35.

190 17 6
                                    

Comenzó a acercarse decididamente, hasta que finalmente acortó la distancia que separaba principalmente nuestros labios y comenzó a besarme lentamente al principio, pero luego fue volviéndose más apasionado, y a medida que el ritmo del beso subió, me subió sobre sus caderas y crucé mis piernas para sostenerme, aunque él tenía sus manos en mi trasero por el mismo propósito.

En un movimiento rápido, Valentino bajó el picaporte de la puerta de su cuarto y nos adentramos en la misma, cerrando la puerta de un empujón.

Sus manos se adentraron por debajo de mí remera y comenzaron a acariciar mí espalda, sus manos estaban algo frías y eso me causaba un bello escalofrío.

Valentino me recostó en la cama rápidamente y se posicionó sobre mí, pero antes de seguir algo lo detuvo porque se quedó mirandome.

- ¿Realmente quieres hacerlo? Esto no es necesario si tú no lo quieres de verdad - Dijo al fin.

- Si no quisiera, no estaría así contigo, así que no te detengas - Respondí.

- ¿Segura? - Su expresión era un poco menos preocupada ya.

Solo asentí sonriendo y eso bastó para que sus labios comenzarán a besar y marcar suavemente mí cuello, mientras que a la misma vez comenzaba a levantar mí remera poco a poco.

_______

Narra Fran:

- Esto queda bonito, ¿cierto? - Ana abrió la puerta del vestidor donde estaba para que la ayude a escoger un vestido nuevo.

- Ese me gusta más que los otros, el negro te sienta genial - Le comenté - Además lo vas a matar con ese corto - Bromeé refiriéndome a Dennis, si que lo usaría cuando se vea con él.

- Ssh, cállate tonta - Ambas reímos y yo regresé junto a las demás chicas que veían más ropa, hasta que Ana regresé y pagué el vestido.

Seguramente ya estaríamos por volver porque estaba oscureciendo poco a poco y Francesca parecía tener algo de prisa.

Ana apareció nuevamente y se dirigió hacia la caja de pago y Cris fue junto a ella, seguramente le iba a pagar el vestido ella.
Dicho y hecho, su mamá entregó algo de dinero y luego vinieron hacia nosotras para salir de la tienda.

- ¿Tienen algo más que hacer chicas? - Preguntó Francesca.

Todas respondimos de distintas maneras, pero de forma negativa a lo que hacía preguntado Franni.

Seguido a eso, tomamos dos taxis, ya que claramente en uno solo no entraríamos todas.
Junto a mí venían Ana y Pamela, por suerte, ya que Francesca y Cris a veces se ponían a hablar demasiado y me cansaban de una manera extraordinaria.

- ¿Has comprado algo, Fran? - Fue Pamela la que rompió el silencio absoluto.

- Oh no, raramente no he comprado nada - Las tres soltamos una leve risa - ¿Y tú? - Dije sonriendo.

- Me he comprado un jean y les compré dos vestidos para las niñas - Dijo feliz, yo sentí sonriendo y Ana igual.

- ¿Y tú, Ana? - Le consultó Pamela.

- Pues yo me compré un vestido negro, espero poder usarlo pronto - Levantó su bolsa y la movió levemente pero con una sonrisa.

- Seguro que si, ¿De qué color es? - Volvió a preguntarle.

- Es negro, completamente negro - Contestó Ana.

El Eclipse. «valentino rossi y tú»Where stories live. Discover now