Capítulo veintinueve: Preludio

1.8K 180 35
                                    

El Monje Supremo de Myoda no demoró en abandonar el lugar, la capilla antidemonios, ese sitio era al cual Saburota se dirigía sin lugar a dudas. No obstante, nadie más lo sabía. Tampoco podía decirles, a menos que lo descubrieran por su cuenta, de otra forma Kakura se negaría a ayudarlo.

— Debemos prepararnos para cualquier contingencia. Que uno de los escuadrones del Shinbu le siga la pista a Saburota, ¡Contacten de inmediato al Equipo de Recuperación del Ojo Izquierdo! Juzo, lleva a Mamushi a una de las celdas de contención.

La Orden no tardó en movilizarse ante esa situación crítica. Lo más preocupante era que no podían comunicarse con Terafusa y Kaoru, tal cual estaban las cosas, Toudou ya tenía ambos Ojos en su poder. Con un poco de suerte, el Equipo de Recuperación regresaría en la siguiente hora.

Incluso se vieron en la necesidad de advertirle a los miembros de Myoda que se quedaron en el Ryokan, que permanecieran alertas. Todos se movían hacia distintas direcciones, causando que Rin se desconcertara. Era la primera vez que le tocaba estar en ese tipo de situaciones. Mephisto los llevó consigo en lo que Shiro esperaba al ER junto con Yaozo.

— ¿Por qué debemos permanecer aquí, payaso loco?

— ¡Guarda silencio si quieres que te lo diga! Puede que Fujimoto-kun ya sepa que eres un exorcista, sin embargo, ese pequeño detalle aún lo ignora. ¿Recuerdas?

— ¡Por supuesto que lo recuerdo! ¡No soy un idiota!

Minutos atrás, la única razón por la cual Samael, Shiro y Amaimon accedieron a estar en la misma habitación sin que el segundo intentara matar al peli-verde, fue por la información que este insistió en darles. 

En un principio, gracias a la persecución de Fujimoto, había olvidado comentárselo a su hermano. Mephisto ya podía imaginarse el pánico de los representantes de Myoda, justo cuando Shiro tuviese que ponerles al tanto de la noticia recién adquirida.

— Me alegra que sea así, porque lo más probable es que no puedan evitar que el Rey Impuro resucite. Cuando eso suceda, toda la Orden Myoda y nuestro equipo irá a combatir a esa ponzoñosa alimaña. Amaimon tal vez podría ayudarnos, sin embargo, tú serás el único que se quede aquí.

— ¿¡Ah!? ¡Yo también soy un jodido exorcista! ¿¡Por qué demonios no puedo ir!? ¡No desenvainaré la katana!

— Que la desenvaines o no lo hagas es algo que pasa a segundo plano, en primer lugar ¿Sabes cuál es el motivo de todo este alboroto?

Rin ya era fuerte, pero a comparación del monstruo que lo buscaba, se quedaba corto en poder. Ahora que conocían la identidad de la verdadera mente detrás de toda aquella conmoción, dejar que el mayor de los gemelos fuese con ellos sería entregarlo en bandeja de plata.

— Debido al pequeño coma en el que entró Amaimon, no pudo advertirnos antes. Pero Astaroth no es el único que te busca.

— Espera un momento, ¿Qué quieres decir con un "pequeño coma"? ¡Dijiste que no era grave!

— Sí... Mentí. Después de todo, sigo siendo un demonio, Okumura-kun.

Buscar cualquier cosa para refutar ese comentario sería una perdida de tiempo. La sonrisa que adornó por tan escasos segundos el rostro de Mephisto, pronto se disolvió debido a la seriedad con la que debía ser tratada la información que poseía. Fue extraño ver cierta preocupación en los ojos de Amaimon.

Él está aquí, vino a buscarte personalmente.

— ¿Él...? ¡No me digas que-...!

— No, si fuese Satán hacía mucho que Kioto se hubiese convertido en una ciudad de muerte y desesperación. A nuestro Padre le gusta cargar siempre de frente.

Entre demonios... [Amaimon X Rin] #PGP2018 #PR2018Where stories live. Discover now