Entre demonios... [Amaimon X Rin] #PGP2018 #PR2018

Capítulo seis: Hermano mayor

"La lógica humana es extraña..."

— Entonces, te enseñaré a usar la Koumaken — comentó el mayor.

— ¿¡Sabes usar una katana!? — cuestionó Rin mientras sus ojos se iluminaban.

— Sí, sé utilizarla.

— ¡Asombroso! — sin soltar su mano, el niño dio un par de brincos de alegría.

"Pero fácil de predecir"

Amaimon sonrió ligeramente ante aquella celebración. Desde que conoció a Rin, habían pasado unas casi doce semanas, dos días más y se cumplirían 3 meses de conocerse. Actualmente, estaban a mediados de febrero, por eso el frío aún persistía. Sin embargo, una vez finalizara ese mes, estarían a pocos días de la primavera.

— Amaimon...— llamó Rin.

— "Definitivamente, si Aniue se entera, me matará" — pensó mordiéndose la uña del pulgar.

— Amaimon...— llamó de nuevo.

— "Ahora que Rin ya despertó sus poderes, los demonios vendrán tras él" — estaba demasiado ensimismado en el tema.

— ¡Nii-san! — le fue inevitable llamarle así y sentirse como si fuese Yukio.

"Por eso es común ignorar el peligro que no se ve..."

Con eso atrajo la atención del mayor. Amaimon parpadeó perplejo un par de veces, era su imaginación, ¿O acaso Rin le había dicho "Nii-san"? Miró a ver al niño, pensando en su reciente llamado, que le dijera "Nii-san" era una buena señal ¿No?

— ¿Sí? — respondió finalmente.

— Habías dicho que podría pedirte cualquier cosa, ¿Cierto? — preguntó con un leve tono de duda y esperanzado a la vez.

— Sí, eso dije.

La cuestión era que, aunque a Amaimon le causó sorpresa por el mes, sabía que el cumpleaños de Rin era el 27. Sin embargo, saber que Fujimoto y compañía solían celebrárselo en vísperas navideñas hizo que se sintiese enfermo, al punto de olvidarse de ese detalle. Y el hecho de que Amaimon hiciera del conocimiento del niño su linaje demoniaco, justo el día de su cumpleaños, fue bastante cruel de cierto modo.

Por eso, teniendo el estómago revuelto debido a lo que ocasionó, decidió darle un presente al niño. Como no sabía que darle, le había dicho que le regalaría lo que él pidiese, puesto que suponía que a Rin le gustaría un regalo humano. Había pasado de eso ya poco más de un mes y medio. Clavó sus ojos azules en él con interés.

— Entonces...— habló, inseguro de sí mismo, fijando la vista al piso.

— ¿Qué es? — detuvo su andar con esa pregunta.

— ¿Podrías...? — y Rin le reveló lo que quería de regalo de cumpleaños.

— ¿Realmente eso quieres? — comentó curioso.

— Sí — asintió estando levemente sonrojado — ¿Puedes? — su tono fue esperanzado.

Sonrió ampliamente cuando vio que el joven asintió. Le fue imposible no soltar un gritillo a la vez que pegaba un brinco alegre. Durante esas semanas, varias dudas se le plantearon en la mente al pequeño Rin, por lo que tras pensarlas un poco decidía preguntarle a Amaimon.

La primera gran duda que tuvo, fue que, si él era hijo de Satanás ¿Qué pasaba con Yukio? La preocupación había adornado su timbre vocal ese día, acrecentando la curiosidad del rey de la tierra, y recibió una respuesta inmediata. Se relajó cuando supo que, al parecer y sintiendo cierta amargura por eso, Yukio era completamente humano.