-Santo cielo. -jadea Caterina.

Ya te digo, suegra.

-Diana Costa, ¿me concederías el honor de casarte conmigo? -pregunta mi novio, abriendo la cajita y mirándome con una sonrisa.

Yo muerdo mi labio ocultando una sonrisa y dejando que una lágrima baje por mi mejilla. Asiento repetidas veces con la cabeza.

-Claro que si. -murmuro en español. Él sonríe y baja del escenario.

La gente aplaude y sus amigos vitorean y silban en voz alta haciéndome reír. Me lanzo a los brazos de Erik y beso sus labios repetidas veces.

-Estás loco. -susurro en sus labios, besándolos de nuevo. -Te amo tanto.

-Te amo. -susurra él sonriendo.

Deshago mis brazos y lo miro con una sonrisa. Me pone el anillo poco a poco y siento miles de flashes hacia nosotros. Me río un poco y besa una vez más mis labios. Escucho un chillido por parte de Alice y se lanza encima de nosotros.

-¡Voy a ser tía! -grita emocionada. Yo me río y asiento con la cabeza.

-Felicidades, cielo santo, no me lo esperaba, qué fuerte, qué ilusión. ¡Voy a ser abuela! -dice Caterina rápidamente, abrazándome.

Erik me presenta a todos sus amigos, a algunos socios de la editorial, a algunos famosos de los cuales no sé el nombre. Todos nos felicitan por el compromiso y por el embarazo. Los últimos que me presenta, es a los jugadores de fútbol los cuales reconozco fácilmente. Eso demuestra el fútbol que he visto a lo largo de toda mi vida. Estoy emocionada y todo.

-Chicos, ella es Diana. Cariño, ellos son Marcus, Jimmy, Ola y Sebastián. -me dice Erik, señalándolos.

-Si, si, sé quiénes son. Oh, Dios mío. -susurro emocionada. Ellos se ríen.

-Chica fútbol, buena elección, Pettersson. -dice Marcus sonriendo.

-Es un placer. -digo sonriendo.

Los saludo a todos con dos besos y un pequeño abrazo.

-Una chica preciosa, Erik. -dice Ola, asintiendo la cabeza satisfecho.

-Ey, gracias. -digo contenta.

-No la miréis mucho. -advierte Erik, apuntándolos con el dedo. Ellos levantan las manos a modo de rendición y yo me río un poco.

-Felicidades por el embarazo y por el compromiso. -dice Sebastián, sonriendo.

-Gracias. -decimos al unísono.

-Esperemos que este Pettersson si siga con el fútbol no como el padre. Qué decepción, Erik, qué decepción. -dice Marcus negando con la cabeza. Nosotros nos reímos.

-Debo reconocer que os saldrá el hijo guapo. -murmura Jimmy.

Yo sonrío.

-Será por mí, porque este... -murmuro sin acabar la frase, mirando a mi prometido de reojo. Ellos sueltan una gran carcajada y Erik jadea dramáticamente.

-Qué fuerte. -dice él, fingiendo estar dolido.

-No te enfades, vejestorio. -murmuro pellizcándole la nariz.

-¿Qué edad tienes, Diana? -pregunta Ola.

-¿Vosotros también me echáis 19? -pregunto con una mueca. Ellos asienten con la cabeza haciendo reír a Erik. -Tengo 24.

-Oh, bueeno. -dice Jimmy, haciendo un gesto desinteresado con la mano.

🔼🔼🔼

-Hola, mamá. Antes de que lo veas en la prensa... estoy embarazada y Erik me ha pedido matrimonio. Te quiero, no me mates. -digo al micrófono de mi móvil.

Le mando la nota de voz a mi madre y suspiro sentándome en el sofá. Erik suelta una carcajada y yo le sigo. Se sienta a mi lado y me hace sentar encima de sus piernas.

-Amor... espero que no me lo hayas dicho que si por estar enfrente de tanta gente. -murmura.

-No, no, no. -digo rápido. -¿Eres tontito? Claro que quiero casarme contigo, mierda, eres el padre de mi hijo, el hombre al que amo.

-No sabes lo feliz que me ha hecho escucharte decir que si. -murmura besando mi espalda.

Desabrocha mi vestido por la espalda y baja mis tirantes del todo haciéndome quedar con el torso desnudo. Sonrío un poco y retiro mi pelo hacia un lado. Besa mi espalda de arriba a abajo.

-Te amo. -susurra sin dejar de besar mi espalda. Me hace levantar y baja mi vestido del todo dejándome en braguitas. -¿Puedo hacerte el amor estando embarazada?

-El médico me dijo que si. -murmuro sonriendo.

Me coge en brazos y me lleva hasta la habitación. Me tumba en la cama mientras se desnuda ante mi atenta mirada. Su cuerpo es perfecto y presiento que con 60 años va a estar igual de bueno que ahora.

-Nunca me cansaré de mirarte. -murmuro mientras me quito las braguitas.

-Es un verdadero halago que me lo digas tú, amor. -murmura mordiendo su labio.

Viene hasta mí y se tumba encima de mí con cuidado. Sonríe pícaro y lame mi cuello.

-Voy a hacerte el amor por todos estos 60 días que he estado sin verte ni tocarte. -susurra en mi oído.

🔼🔼🔼

ÚLTIMO CAPÍTULO...

LLÁMAME DEDE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora