30

17K 1K 67
                                    

Hoy es día 28 de diciembre, el día de los santos inocentes. Por desgracia, es lunes y hoy trabajo. Cada mañana, cuando me despierto, tengo una foto de mi novio en mi móvil recién mandada por él. A veces son fotos de él, otras veces del paisaje que se ve desde su ventana y otras del perrito de su familia, un husky siberiano precioso. Estocolmo está totalmente nevado y me encanta ver las fotos que me manda con todo nevado.

Lo echo de menos.

Cuando llego a la editorial, subo al despacho de mi madre al ver que tengo un mensaje suyo para que vaya a su despacho. Llamo a su puerta y cuando recibo su afirmación, entro. Beso su mejilla y me siento en la silla de enfrente.

-Prepara tu ropa de invierno que nos vamos a Estocolmo. -canturrea. Una sonrisa gigante asoma por mi rostro.

-¡¿De verdad?!

-Si. Tenemos una reunión y Caterina y Simon nos han invitado a su casa para pasar los días allí. Nos vamos mañana mismo a las cinco de la tarde hasta el día 5. Simon y Caterina me han dicho que no les dirán nada sus hijos porque quieren que sea una sorpresa. Se ve que Erik está presionando a su hermano para que se haga cargo unos días antes para que él pueda volver antes y verte. Así que será una sorpresa. Emil tampoco lo sabe. Sorpresa para todo el mundo.

No me sentía tan contenta desde que logré aprobar ese maldito examen de matemáticas al sexto intento en tercero de la ESO.

-¡Perfecto! -exclamo emocionada.

-¿Estáis bien con Erik?

-Muy bien. Hace poco tuvimos un pequeño inconveniente con la perra de Wilma, pero ya se ha solucionado todo.

-Si, Emil me contó. -dice con una mueca.

-¿Y tú qué te traes con Emil?

-Me gusta, es mono y me trata bien. -murmura algo sonrojada. Yo me río por lo bajo.

-¿Os habéis...?

-Si. -sonríe contenta y yo suspiro intentando quitar las imágenes de mi cabeza. -Jodidos suecos. Lo hace espectacular.

-Ya te digo, Erik es impresionante. -murmuro en plan maruja.

Las dos carcajeamos.

-Erik contigo, Emil conmigo, Alba con Chris, Carol con Lukas, Simon con Caterina... Veo que a los suecos les gustan las españolas. -dice mamá divertida. Yo me río.

-Es verdad. Ahora falta Isak, pero está casado. -digo negando con la cabeza.

-Aish, uno menos. Con lo mono que es, podría ser para tu tía Laura.

Yo suelto una carcajada.

-Dios mío, pobre Isak, con lo bueno que es.

-El muchacho saldría traumatizado.

-Ya te digo

🔼🔼🔼

Cuando mi jornada laboral termina a las 6 de la tarde, decido hacer lo que debería haber hecho la semana pasada. Al llegar a mi destino, subo hasta el tercer piso por el ascensor y llamo a la puerta con la letra "C". Unos pasos apresurados se escuchan y a los pocos segundos, un pequeño de 4 años me abre la puerta.

-Dede. -saluda contento.

-Hola, Saúl. ¿Está tu papá? -pregunto después de besar su mejilla.

-¡Papá! -chilla.

Pablo viene rápido y cuando me ve, sonríe.

-Saúl, cariño, ve a tu habitación. Los mayores tienen que hablar. -dice Pablo, mirándome.

LLÁMAME DEDE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora