13

18.3K 1.2K 190
                                    

Me despierto por el sonido del timbre de mi piso. Abro los ojos poco a poco e intento sentarme pero no puedo. Un fuerte brazo me tiene sujeta. ¿Un fuerte brazo? Giro la cabeza para mirar el dueño de este brazo con vello rubio.

-¿Erik? -susurro confundida.

El timbre sigue sonando así que me deshago de su brazo poco a poco y salgo corriendo hacia la puerta. Abro poco a poco y veo a Alice, Carol y Alba con una sonrisa. Empujan la puerta y entran.

-Hola. -canturrean.

Van hacia el sofá y se sientan en él, como si fuera su casa. Voy con ellas y me siento en la mesita del centro para verlas a la cara.

-¿Se puede saber qué cojones pasó anoche? -murmuro con el ceño fruncido.

-¿Hasta dónde recuerdas? -pregunta Alice divertida.

-Sé que nos fuimos del hotel con tus hermanos y fuimos a la discoteca nueva del centro. Bebimos bailamos y... no sé.

-Pues no pasó nada más. -dice Carol con una mueca.

-¿Entonces por qué coño tengo a Erik en la cama? -pregunto alterada.

Ellas abren la boca sorprendidas y Alice pone una mueca de asco muy rara.

-No jodas que te has follado a mi hermano. -susurra asqueada. Yo me río.

-Qué suerte. -se queja Alba.

-No sé si me he acostado con él, joder.-susurro. -¿Y si nos hemos acostado? En la habitación no hay condones.

-Buenos días. -murmura una voz entrando al salón.

Levanto mi mirada y las chicas se giran para ver al Dios Nórdico sin camiseta que ha entrado en el salón.

-Ven aquí. -le digo, señalando el sofá. Besa mi mejilla y saluda a las chicas. -¿Por qué estás aquí?

-Porque me acabas de decir que me siente. -murmura confundido.

-En mi casa, Erik. -él sonríe. -¿Nos hemos acostado?

-No, no, no. -se apresura a decir. -Cuando nos fuimos de la discoteca, te acompañé aquí y nos encontramos a Pablo sentado en el escalón, esperándote. Le dijiste un poco de todo y me hiciste subir. Me pediste que me quedara hasta que te durmieras pero me dormí yo también.

-¿Entonces no os habéis acostado? -pregunta Alba triste. Nosotros nos reímos.

-No, Alba. -dice Erik sonriendo.

-Dios mío, nunca había sonado tan bien mi nombre. -susurra emocionada haciéndome carcajear.

-No está bien. -me dice Erik bajito. Yo niego con la cabeza.

-Nada bien. -murmuro divertida.

-Tranquilo, se le pasará. Tiene un enamorado diferente cada día. El mes pasado fue Guillermo, anteayer fuiste tú, ayer fue tu hermano... -dice Carol como si nada.

-Eso es mentira. -se queja Alba. -Aunque Christian está hecho todo un Dios, debo reconocerlo. Y Guillermo ni te digo, pero tú hijo mío... ¿de dónde has salido? -pregunta Alba mirando su torso desnudo.

-Dede, protégeme. -susurra Erik. Yo sonrío divertida.

Él me coge de las manos y tira de mí. Me sienta en sus piernas, de modo que tape todo su torso, haciéndome reír.

-Aww qué buena pareja. -murmura Alba.

-¿Es bipolar? -pregunta Erik. Yo niego con la cabeza.

LLÁMAME DEDE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora