LLÁMAME DEDE ©

36

Erik aparca enfrente de la casa de sus padres que está llena de coches. Baja rápido y me ofrece su mano para bajar. Sonrío enternecida y la tomo para bajar. Entrelazamos nuestros dedos y entramos en el jardín que está tiene una larga alfombra negra para pasar, rodeada de fotógrafos y periodistas.

-¿Pero esto no era la celebración del aniversario de la revista? -pregunto incrédula.

-Si, por eso hay prensa. Han venido muchos de los escritores más famosos del país, también están algunos jugadores de fútbol conocidos con los que jugué, algunos actores y familias adineradas. A la prensa le interesa venir. -dice divertido.

Yo lo miro sorprendida pero quito esa cara cuando los fotógrafos y periodistas se percatan de que estamos llegando. Al instante, al ver al director general de la editorial aparecer de la mano con la chica que pensaban que había roto, empiezan a sacar fotos a punta pala, cegándome.

-Erik, algunas personas afirmaron vuestra ruptura, ¿eran falsos esos rumores? -pregunta una mujer en sueco, apuntándonos con un micrófono, Erik me coge de la cintura y nos paramos.

-Esos rumores eran falsos. -afirma Erik. Mentiroso, novio. -Nuestra relación va mejor que nunca. Gracias.

Erik toma mi mano y nos vamos hacia el interior de la casa mientras los fotógrafos nos acribillan a fotos. Al entrar, vemos algún que otro fotógrafo pero no tan pesados como los de fuera. Uno de ellos nos hace posar por una foto y eso hacemos. Dos o tres fotos después, vamos hacia Simon y Caterina.

-¡Dede! -exclama Caterina. -Estás preciosa, Dios mío.

-Gracias Caterina, tú también. -digo sonriendo. Me abraza fuerte.

-Eres una tonta, jovencita. Arriesgarte de esa manera con Erik y todo el mundo... Aish. -me dice. Yo me río un poco.

Abrazo a Simon con una sonrisa.

-Erik tienes que subir a hablar. -dice su madre.

-Voy. -dice ajustándose la corbata. Me abraza por los hombros. -Lo siento, amor, pero voy a anunciar tu embarazo.

Yo abro mucho los ojos y luego se me escapa una risa nerviosa.

-¿Estás seguro?

-Totalmente. -susurra. Besa mi mejilla y se va rápido hacia el escenario improvisado del gran salón de la casa Pettersson.

Me pongo al lado de sus padres cuando Emil, Isak y el resto de los hermanos Pettersson llegan. Los saludo a todos con un abrazo y un beso, y prestamos atención al escenario cuando la música se baja.

-Buenas noches a todo el mundo. -dice Erik en sueco. -Muchas gracias a todos por asistir esta noche. Es un honor para nosotros recibiros en nuestra casa un año más para celebrar el octogésimo aniversario de la editorial "Pette". El éxito que hemos tenido ha sido sólo gracias a vosotros. Este es mi primer año como director general, y espero estar muchos años más al frente de esta empresa.

Todos aplaudimos y sus amigos vitorean haciéndolo reír.

-Antes que seguir con esta celebración, me gustaría anunciar dos cositas de nada, a lo mejor poco importantes para vosotros, pero muy importante para mí. -dice de nuevo, sonriendo en mi dirección. -Hace un tiempo que mantengo una relación con una mujer preciosa, la cual me tiene enamorado como nunca nadie. Es una mujer que ha pasado infiernos a lo largo de su vida y, realmente, me siento muy afortunado de estar a su lado. La primera cosa que quiero decir, es que... no, voy a decir las dos cosas a la vez.

-¿Qué está pasando? -susurra Alice confundida. Yo sólo sonrío.

-A pesar de no llevar años y años en una relación contigo, Diana, nunca había sido tan feliz como lo soy ahora. Te amo como nunca amé a nadie, y sé que estoy quedando como un blando delante de mis amigos al confesarte mi amor aquí delante de todo el mundo. -dice señalando a sus amigos y a otros grupo de hombres, que reconozco como futbolistas. Ellos se ríen. -Amo cuando me regañas por arrastrar los pies, cuando te aburres en las reuniones de tu editorial y te pones a jugar al Candy Crush, cuando muerdes tu labio escondiendo sonrisas, cuando no quieres asumir que no llevas la razón, cuando te levantas con mal humor y no me hablas hasta que te hayas tomado un café... Ayer me diste la mejor noticia que podrías haberme dado nunca, voy a ser padre dentro de menos de siete meses y esa noticia hizo decidirme a dar un paso más. -Erik saca una cajita de su chaqueta y yo tapo mi boca mirándolo sorprendida.