15

18.8K 1K 155
                                    

Llegado el fin de semana, las chicas me llaman para salir. Hemos unido a Alice al grupo pero hace dos días volvió a Suecia aunque prometió volver pronto. Ahora estoy en casa delante de mi armario como una idiota, desde hace media hora, mirándolo fijamente a ver si escupe la ropa que me voy a poner.

Cansada de esperar por algo que no ocurrirá, decido ponerme yo a buscar algo. Decido ponerme un top rojo de hombros descubiertos, corto por encima del ombligo y con las mangas acampanadas, una falda de polipiel negra hasta un poco más abajo de mitad de muslos y unos tacones del mismo color de la falda.

Me maquillo un poco con base, rubor, un delineado sutil y fino, y los labios los dejo sin pintar, los tengo rosados de por sí.

Cuando estoy lista, guardo dinero en mi funda del móvil y lo meto en el bolsillo de la falda. Guardo la llave en mi sujetador y salgo de casa para ir directamente a la discoteca en la que me esperan las chicas desde hace diez minutos.

Al llegar, mis dos amigas están al lado del portero, mirando la hora impacientes.

-Sólo me he retrasado diez minutos. -les digo cuando llego. Ellas me miran mal.

-Ya nos puedes dejar pasar, Marcus. -le dice Alba al portero, dándole un toquecito en el pecho.

-No me llamo Marcus. -dice él, abriendo la puerta para que entremos.

-Discúlpala, creo que se pincha. -murmuro bajito.

Él se ríe y me deja pasar. Le sonrío agradecida y entramos las tres a la discoteca que está abarrotada de gente. Se nota que es sábado. Vamos a la barra y pedimos nuestras bebidas. Cuando nos las han dado, vamos hasta los sofás y nos sentamos.

-Esa noche que me desperté con Erik en la cama... -les digo, ellas asienten como para que continúe. -Os dije que no había pasado nada, y así creí que era. Pero Erik, por la noche, vino a casa y me contó que nos habíamos besado. Luego vino todo a mi cabeza y... si. Nos besamos.

Alba suelta un chillido y aplaude haciéndome reír.

-En el sofá, en la pared, en la cocina, en el dormitorio, en todos lados. -bufo.

-Qué perra. -murmura Carol mirándome pícara.

-Esperad que la cosa no termina. Después de ese momento de lucidez, lo esquivé un poco durante dos días, me daba vergüenza mirarlo a la cara después de provocarlo y besarme con él por toda la casa. Y hace tres días, me lo encontré en mi despacho y me dijo que siempre le provocaba inconscientemente y sin más me besó. -murmuro dándole un gran trago a mi bebida.

-¿Y qué tal? -preguntan las dos emocionadas.

-Besa como un puto Dios. -susurro. Ellas sueltan una carcajada. -Pero estoy algo enfadada con él. Después de besarme, se fue sin más.

-Oh, por eso me ha preguntado que si salíamos esta noche. -murmura Alba pensativa.

-¡¿Se lo has dicho?! -exclamo mirándola con los ojos abiertos.

-Claro, de hecho, puede que esté entrando con su hermano ahora mismo. -murmura ella mirando el techo disimuladamente.

Yo me giro y efectivamente allí están.

-Te mato. -gruño.

-¡Erik, Chris! -grita ella, levantando la mano.

Bufo y doy otro trago a mi bebida hasta vaciar mi vaso. Carol me mira divertida y yo le saco el dedo del medio.

-Hola. -saludan los dos a la vez, entrando en mi campo de visión.

Christian y Erik les dan dos besos a mis amigas, luego Christian me los da a mí y Erik duda un poco pero al final me los da. Pobre, debía pensar que le iba a patear las pelotillas o algo. Se sientan en los dos asientos libres y cuando pasa el barman, le piden las bebidas, yo le pido otra para mí.

LLÁMAME DEDE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora