34

17K 1K 140
                                    

Ya ha pasado un mes desde que hice esa tremenda tontería. La semana pasado cumplí 24 años y sólo recibí felicitaciones de mi familia. Nadie más. Este mes he estado trabajando de noches para no cruzarme con nadie. Alba y Carol ni siquiera vienen a mi casa o me llaman, nada. Mi madre me llama todos los días y Erik... no sé nada de él, sólo que no ha vendido las acciones.

Pero todo el drama de Erik no es todo, estoy jodidamente embarazada de casi dos meses.

Hoy si debo ir a la editorial porque hay una reunión de socios. Así que... aquí estoy, subiendo por el ascensor, cruzando los dedos para que no me cruce con nadie aunque sé que en la reunión estará Emil y a lo mejor alguno de los hermanos Pettersson. Bajo un poco la falda de mi vestido y salgo del ascensor.

Entro en la sala de juntas justo cuando Jaime sale. Pues adiós. Dentro está mi madre, Guille, Emil, Chris y Lukas. Genial, el pack completo.

-Hola. -musito.

Sólo mi tío y mi madre contestan. Los otros tres sólo me miran con una pizca de desprecio. Me siento, saco mi laptop y empiezo con la reunión. Noto que, cada vez que pregunto algo, los tres suecos me contestan cortantemente y de manera muy seca. Cada vez que responden así, siento un pinchazo en el corazón y mis ojos se aguan. Pero lo disimulo mirando la pantalla de mi ordenador.

-Entonces... -suspiro. -El próximo mes lanzaremos tres de los vuestros.

-Si, supongo. -responde Emil, seco.

Cierro mis ojos y doy un brinco sobresaltada cuando mi madre le da un golpe a la mesa. La miro y justo cae una lágrima por mi mejilla.

-Ya basta, demonios. -gruñe ella, mirando a los chicos.

-Mamá, no. -susurro limpiando mi lágrima.

-No estoy dispuesta a ver como te dejas despreciar. Diana, joder, ha pasado un mes. Cuéntaselo, te estás ganando un odio no merecido. -dice mi madre exasperada. -O lo cuentas tú o lo cuento yo.

-¿Contar qué? ¿Que ha dejado a mi hermano por su ex? -espeta Chris. Yo miro dolida.

-Diana. -advierte mi madre.

-No, mamá. -murmuro.

-Diana no ha vuelto con Pablo, nunca lo hizo. -dice mi madre mirándolos enfadada. Yo lloro silenciosamente. -Nos escuchó hablar ese día en mi despacho sobre las acciones de Erik. Ella no quiso que os fuerais todos a la ruina por su culpa y cortó con Erik con esa escusa de mierda para que no vendiera las acciones. Lo hizo para no dejaros en la calle a todos vosotros y lo único que ha recibido es rechazo y desprecio por parte de todos vosotros.

Me levanto callando un sollozo con mi mano, cojo mi bolso y salgo de allí rápidamente hacia mi despacho. Me encierro dentro y me siento en mi silla con la cabeza entre mis manos.

Por una parte me alegro de que mi madre lo haya dicho porque así sabrán el porque lo he hecho, pero por otra parte tengo miedo de que Erik. Aunque bueno, ya no creo que quiera volver conmigo después de lo que he hecho.

La puerta de mi despacho de abre y a los tres segundos se cierra. Levanto mi cabeza y allí veo a los tres suecos con los brazos cruzados.

-¿Eres tonta o te lo haces, Dede? -pregunta Chris.

-¿Qué iba a hacer? ¿Dejar que dejara todo por mí? -pregunto exasperada.

Ellos se sientan en las sillas delante de mí, excepto Emil. Me hace levantar, se sienta en mi silla y me sienta a mí en sus piernas. Me abraza y yo me acurruco contra su pecho para sollozar en paz.

-Erik está hecho una mierda, Diana. -me dice Emil, acariciando mi cabeza.

-Pero tú estás peor, tienes que decírselo, Dede. -dice Lukas.

LLÁMAME DEDE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora