Capítulo 62: Do you remember?

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Jeje, cometí un error en la edición del capítulo 60, no sé por qué o cómo fue que puse todo lo que llevo escrito, y lo peor es que no estaba editado, una disculpa si ya lo leyeron, apenas iba a ser editado:[ Ay Dios, estoy toda tonta. En fin... Se supone que ya lo arreglé pero si ya lo leyeron no es necesario que lean este. Mil disculpaaaas!

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El 10 de Noviembre a las 6:45 pm Nirvana Rose por fin despertó. 
Movió los dedos de las manos al principio y Zach se percató de inmediato, y llamó a su padre lo más rápido que pudo.

Una felicidad inmensa gobernaba su ser entero, la adrenalina se le había subido de pronto, cuánta felicidad incapaz de contenerse en su pecho. Las lágrimas le brotaron involuntariamente al mismo tiempo de que una sonrisa de oreja a oreja se pintaba en su blanquecino rostro.

La luz de la habitación le lastimó los ojos y apenas pudo alcanzar a ver un panorama distorcionado y borroso, su garganta era como un mismo desierto en el que no había llovido en lustros. Cuando intentó articular una palabra, bueno, fue imposible y apenas caía en cuenta de que tenía un tubo en la boca, salió un gemido apenas.

Miró al rededor, ¿qué estaba pasando?

Una vez que James entró en la habitación, Nirvana lo miró con sus grandes ojos verdes tratando de comprender lo que pasaba al rededor, asustada; dos enfermeros se mantenían al lado de James, leyendo historiales, escribiendo, revisando instrumentos... Mientras tanto Zach llamaba a los Andry.
James revisaba las pupilas de la chica, a parecer todo estaba en orden.

—Nirvana, ¿me escuchas? —Ella asintió sin dejar de mirar al doctor.

—Dios Santo, te quitaré los tubos, ¿okay? Necesito que respires hondo, puede que te cause náuseas, ¿vale? Es normal. A la cuenta de tres... Uno... Dos... Tres.

La chica obedeció y sintió como aquella cosa de plástico se deslizaba fuera de su garganta. Una arcada vino de pronto, y después otra, hasta que por fin estuvo fuera completamente. Tosió un poco y quiso hablar, pero la voz simplemente no le salió. Miró a todos, incluso a Zach, pero no parecía emocionarse en lo absoluto, solo miraba de un lado a otro.

—A-A-agua. —Logró articular.

James le hizo una seña al enfermero indicándole que le brindaran a Nirvana lo que ella pedía.

Intentó sentarse en la cama pero las articulaciones entumidas no se lo permitieron, se asustó.

—¿Qué... Por qué...?

—Tranquila, solo estás un poco adormecida, no pasa nada —La calmó James y ella pudo relajarse un segundo.

Zach se acercaba sigilosamente con un millón de emociones contenidas, con los ojos vidriosos y las manos temblorosas y una sensación rara en el estómago. Pero Nirvana no daba signos de emoción, ni de alguna otra expresión hacia él, de hecho ni siquiera lo miraba.

Un minuto después el enfermero regresó con lo que la rubia había pedido.
Lo bebió lentamente de una pajita mojando y disfrutando de la sensación del agua correr su desierta garganta.

—¿Quién eres tú? —Le preguntó a Zach desde la camilla y al chico se le heló la sangre. —¿Qué estoy haciendo aquí? ¿Dónde está mi mamá? ¿papá? —Esta vez alzó la voz y ni James ni Zach daban crédito a lo que presenciaban.

Quiso levantarse de la camilla pero James lo impidió.

—Tranquila, todo a su tiempo... —La detuvo. —Si te levantas ahora te caerás. Ahora dime, ¿no recuerdas qué pasó? ¿No recuerdas por qué estás aquí?

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