Capítulo 55: Disease

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Cierta noche cuando se disponía a entrar a su habitación, después de un largo día de cafés, capuccinos, pasteles, tartas y jugos se encontró con su ventana abierta. El viento hacía ondear las cortinas blancas pero ella no recordaba haberla dejado abierta, se acercó al ver en su escritorio dos rectángulos de papel color azul cielo. Hiperventiló en ese instante, eran las entras para el concierto de Guns 'N Roses.

Zach Parrish había trepado hasta allí arriba como solía hacerlo y las había puesto en su escritorio, se suponía que esas entradas eran para ellos dos, ahora Nirvana tendría que ir con otra persona, si es que iba. Estaba muy sorprendida, se había olvidado de esas entradas, y el concierto, según la fecha que ponía ahí era en menos de una semana.

Pensó en devolvérsela pero luego pensó que las merecía por todo el daño que él le había causado. Era una buena forma de cobrárselo, aunque no era suficiente.

Nirvana Rose fue a ese concierto con su padre y fue de lo mejor, llevaba una camiseta de la banda y una chaqueta de cuero, unos jeans negros y unas botas también, no dejó de preguntarse todo el camino si Zach estaría allí. ¿Habría comprado entradas para él? De cualquier modo perdió las esperanzas e encontrárselo cuando vieron a la multitud de gente.
No tenía ninguna probabilidad de encontrárselo ahí, no tardó mucho en que Zach se alejara de su mente, la banda salió al escenario tocando Wellcome to the jungle y la multitud estalló. Así como ella.

Las vacaciones se habían pasado volando, y aunque su mejor amiga se había dado paso a la universidad, no estaban demasiados lejos, la facultad se encontraba a pocos minutos de la preparatoria. Pero la extrañaba, lo bueno de todo eso era que al finalizar la escuela ambas se iban juntas a casa, no estaba tan mal, a excepción de que en la escuela tenía que sentarse con Richard y sus amigos en la hora de receso. 

De vez en cuando se preguntaba en qué carrera y en qué universidad estaría Zach. ¿Se habría ido a Boston? No lo había vuelto a ver de nuevo, tal vez sí se había ido. Bueno, eso ya no tenía por qué interesarle.

Por las tardes trabajaba y el dinero lo usaba para comprar libros y alguno que otro juguete para sus fieles amigos, que por cierto, se odiaban... Da Vinci siempre atacaba al can.

Mantenía buenas notas y sacaba sobresalientes en los exámenes, no le estaba yendo tan mal.
Aunque no había mucho que contar, había vuelto a caer de nueva cuenta en la monótona existencia que vivía antes de conocer a Zach. Exactamente igual.

Richard pensaba que su mejor amiga ya había superado a su ex, y aparentemente estaba en lo cierto, pero no estaba seguro si debería hacer presentes sus sentimientos y confesarselos a la chica. No quería que ella se alejara de él como la última vez, iría poco a poco, conquistándola cada día.

***

Era un sábado por la mañana muy fresco; las aves cantaban y el color anaranjado del cielo daba un aspecto de paz y armonía al paisaje entero. Tolkien estaba rascando la puerta del cuarto de su dueña, dormía con ella en su propia cama en el suelo y Da Vinci lo observaba con odio por despertarlo desde la suya.

Alguien tocó la puerta y Tolkien se quedó quieto, corrió hacia la ventana y empezó a ladrar. Nirvana despertó malhumorada regañando a su mascota por hacer tanto ruido y Da Vinci maulló en forma de burla.

Toc toc.

Se escuchó abajo y se preguntó quién estaría tocando tan temprano. En cuanto abrió la puerta su perro bajó a toda velocidad a rasgar la puerta de la entrada.
Ella bajó tan rápido como sus piernas todavía dormidas se lo permitieron y abrió. Ahí estaba de pie su mejor amiga, agitada tratando de recobrar la respiración; a juzgar por su aspecto había corrido desde su casa. Tolkien saltaba cerca de ella.

PacienciaWhere stories live. Discover now