Paciencia

Capítulo 43: What the hell

Toc toc.

—Está abierto. —Anuncié, desde mi cama, desde adentro de mi habitación.

Mi papá entró cauteloso, con las manos dentro de los bolsillos de sus pantalones, tenía una expresión pensativa y la cara gacha, se pasó una mano por la barba y me saludó. No había cruzado palabra con él desde que me castigó.
Zach insistía en que arreglara las cosas con él, muchas veces intentó presentarse en mi casa para arrastrarme con mi padre par que hablara con él, pero yo estaba tan enfadada que no podía si quiera mirarlo. Le dije a Zach que lo solucionaría pronto, pero no pensaba hacerlo.
Mi expresión se endureció cuando lo vi.

—¿Podemos hablar? —Asentí.

Él jaló la silla de mi pequeño escritorio, colocándola frente a mi cama y se sentó en ella sin ninguna prisa.

—Sé que tal vez no actué de manera correcta al... decirte todo lo que te dije respecto a Zach.

<<¿tal vez?>>

—Estaba muy enfadado con ambos por mentirme, lo sabes, sé que aceptas que más que nada eso fue... no debieron mentir. —Agache la cabeza. —No conozco del todo a Zach, ni a su familia. —Empezaba a jugar con mis manos, me sentía culpable por desobedecer y que ya me hubiesen descubierto. —Pero te conozco a ti —Lo miré, ¿qué trataba de decir? —te amé desde el momento en que te vi, tan pequeña pesando solamente 2.450 kilogramos y midiendo 39 centímetros. Fuiste lo más precioso de mi vida, claro, junto con tus hermanos, pero fuiste primero y me dije que siempre cuidaría de ti. —Sonrió, era una sonrisa cálida que se me contagió. —Llámalo celos de padre o como quieras, no quiero que nadie te haga daño ni interfiera con el futuro que quieres, y quiero para ti. Pero, también comprendo que quieres al muchacho y que no dejarás de verlo —su rostro se ensombreció. —Aún cuando lo haya convencido a él de... dejarte en paz. Ya ha hablado conmigo y tal vez sea un buen muchacho. —Sonreí. Jamás creí que mi padre estuviese haciendo esto. —¿Lo quieres? —Me preguntó y asentí. —¿Se droga? ¿Fuma? ¿Bebe? ¿No es un mujeriego? —Me reí y negué con la cabeza.

—No, nada de eso, papá.

—¿Te quiere? —Me encogí de hombros. —Sí.

—¿Cómo lo sabes?

—Dos días me lleva a comer después de la escuela, aunque insista en que estoy gorda, él me hace comer. Me regaló un libro que el mismo leyó para asegurarse de que me gustaría. Me ha presentado con toda su familia como su novia.

Mi papá arqueo una ceja.

—¿Cuándo?

—El día del cumpleaños de su abuela. Ese mismo día de hecho, me pidió que fuera su novia. Me llevo muy bien con su mamá. Le caigo bien, creo. Me regaló un vestido hermoso que no pude rechazar, su padre le acompañó a comprarlo. —Su ceño fruncido no se quitaba de su cara. —Además, ha comprado entradas para el concierto de Guns 'N roses. 

Sus ojos se abrieron como platos.

—Bien, en ese caso... creo que tiene mi permiso —Me reí.

—Invitalo a cenar mañana. —Dijo al mismo tiempo que se levantaba y sacaba algo de la bolsa de sus pantalones. Me extendió mi teléfono.

Mi tan preciado teléfono. Mi precioso.

Le di las gracias y no pude resistir darle un abrazo.

—Gracias papá.

Zach se alegró porque le dije que las cosas con papá se habían arreglado, que incluso lo había invitado a cenar. Aceptó pero estaba nervioso.