Gabriel

26 Abuelo

Nota de Autora: esta historia transcurre en un pequeño AU, por lo que no coincide con el resto que han leído hasta el momento sobre Raphael y Felícita. Podría considerarse una especie de continuación de mis otros FanFics "Reencuentros" e incluso "Curando Cicatrices". (Spam Time (?))

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La vida siempre estaba llena de sorpresas e imprevistos, asombrando constantemente a las personas con sus vueltas y giros inesperados.

Pero nadie había podido prever las grandes confusiones, sorpresas y situaciones inesperadas que ocurrieron ese día en la mansión Agreste...

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Para Nooroo las cosas habían iniciado esa mañana que había pasado en el estudio de su portador, todo indicaba que sería un día como cualquier otro.

Estaba comiendo tranquilo mientras apreciaba algunos trabajos de Gabriel, le gustaba aprender algunas ideas sobre el diseño que tal vez podrían serles útiles a sus futuros portadores al momento de diseñar campeones.

Le llamó la atención un dibujo de lo que parecía el diseño para un broche o accesorio similar con forma de alas de mariposa, tal vez sería el boceto de prendedor para combinar con un traje con temática de la naturaleza.

Era el Kwami de la transformación, por lo que no podía resistirse a alguna idea nueva que pudiese aplicar en algún cambio futuro, mucho menos si era algo relacionado con su propia "naturaleza".

Al parecer se distrajo bastante mirando dicho bosquejo, que no sintió como la puerta del despacho se abría un poco y alguien ingresaba sigilosamente por ella.

Nooroo no notó la presencia de nadie hasta que escuchó una exclamación de sorpresa justo junto a él.

— ¡Fée! — oyó como le decía una voz aguda, sobresaltándolo tanto del susto que dejó caer por accidente las hojas del escritorio, pero los bocetos de diseño en el suelo eran su menor problema en ese momento.

— Oh no... — fue lo único que pudo murmurar asustado.

~•~

Para Gabriel las cosas eran algo complicadas ese día.

Su sobrino, que era como un segundo hijo para él, había venido de visita con su esposa e hija a pasar unos días en Paris, y Gabriel como hombre terco que era había insistido en que se hospedasen en la mansión Agreste.

Pero no contó con que el carácter de su sobrino chocaría tanto con el suyo, antes solían discutir de vez en cuando pero ahora estaba peor que nunca.

Apenas habían llegado en la tarde del día anterior y ya estaban discutiendo luego del desayuno.

Al parecer Felix se había tomado como algo personal su ausencia en las comidas y estaba bastante ofendido por eso. También parecía molestarle mucho el horario de Adrien y el estilo de vida que llevaban.

Admitía que sí pudo ser algo grosero el no presentarse a cenar ni desayunar sin dar ninguna explicación cuando su sobrino venía a visitarlo, pero ya tenía tan arraigado el hábito de comer en su despacho que ni siquiera lo pensó.

También reconocía que las cosas no habían vuelto a ser lo de antes, todo era diferente con la ausencia de Emilie. Pero su sobrino no era quien para venir a cuestionarle el modo de educar a su hijo y llevar adelante su vida ¡Por favor, Gabriel había sido quien básicamente lo había criado, como para que él ahora viniese a cuestionarle!

Había salido esa mañana de su despacho a buscar unas muestras de telas para un diseño cuando se ambos adultos se habían cruzado.

No habían parado de discutir desde entonces.