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—¿Dinah sigue molesta contigo? —pregunta Lauren observando todo con curiosidad. Suspiro.

—No hemos hablado.

Voltea y me observa con una mirada indescriptible—. Sé que es mi culpa —menciona—. Y sé que tienes derecho a estar molesta conmigo, pero, se supone que somos novias, y deberíamos llevarnos bien, para que no se haga más pesado, ¿no? —aparta la vista como si no quisiera que yo me diera cuenta de que en una parte de ella aún le cuesta trabajo decir eso.

—Supongo —acepto—. Aunque en realidad, no pienso que sea tu culpa lo de Dinah, siento que ella sólo está un poco dolida y fuera de sí.

Suelta el aire que estaba reprimiendo y asiente—. No podemos dejar que eso afecte su amistad. —sonrío leve—. No sólo vine aquí porque me estuvieras evitando. También quería de alguna forma hacerte saber que puedes contar conmigo.

Nunca pensé que Lauren sería capaz de apoyarme en algo, pero supongo que siente que debe hacerlo porque la apoyé cuando acababa de terminar con Dinah.

—Te agradezco, Lauren. —asiente y sigue observando mi casa.

—Tienes buen gusto, Camila.

Me sonrojo al pensar en que ella me gusta.

Mi timbre vuelve a sonar y elevo una ceja—. Dame un segundo —pido mientras me acerco a la puerta para abrir. Una vez lo hago, observo a Dinah frente a mí—. Wow, ¿Dinah?

Me sonríe, esa sonrisa que es más de disculpa que de felicidad—. Hola, Mila.

Parpadeo varias veces—. ¿Ya estás mejor? —asiente.

—Lamento lo que dije —comienza—. No pienso eso de ti, Mila, sabes que no.

Dicen que todos tienen su manera de sobrellevar una perdida, y Dinah tiene la suya, que es básicamente no saber como llevarlo, pero por algo soy su amiga, y es para apoyarla en momentos como este. En el que cualquier otra persona la dejaría, dejándose llevar por palabras que no significan nada realmente, porque cualquiera puede decir, pero no todos pueden hacer. Yo puedo entender que Dinah no estaba hablando en serio por el tiempo que la conozco, y sé que se estaba dejando llevar por las emociones de la ruptura. Y como soy su amiga, debo apoyarla en los momentos en los que está perdida y no sabe qué hacer.

—Lo sé, Dinah, no estoy molesta. Estaba triste, porque te tardaste mucho en aparecer. —la chica baja su mirada y traga saliva.

—¿Camila? ¿Puedo tomar de tu...? —la voz rasposa de Lauren nos hace prestarle atención, acaba de llegar hasta mí con una botella de vino en su mano. Y sus ojos están detenidos en Dinah, y los de mi amiga en ella.

—¿Lauren? ¿Qué haces aquí, en casa de Mila? —pregunta cuando reacciona, luego me voltea a ver.

—No, uh, yo- sólo… estoy aquí porque Simón me lo pidió —explica y yo la observo confundida—. Pero, ya me voy.

—No, no, entiendo que deben pasar tiempo juntas, no quise incomodar —Dinah habla con los ojos tristes.

—No estábamos pasando tiempo juntas —aclara la ojiverde—. Acabo de llegar.

No entiendo porqué está negando todo. Oh, claro, para que mi mejor amiga no sufra.

—Bueno, de todas formas yo sólo quería hablar con Mila —asegura Dinah—. No esperaba verte.

Lauren muerde su labio inferior—. El destino, tal vez.

Dinah suspira—. No, Lauren, ni siquiera lo intentes. —me observa—. ¿Podemos hablar después?

—Vamos, Di, fue un error. Y sé que piensas que Camila y yo tenemos algo, pero no es nada fuera del contrato. Yo te amo a ti y a nadie más. —mi pecho se oprime, aunque ya sabía esto, escucharlo duele.

—No te amo, Lauren. —le doy una mirada sorprendida a mi amiga. Hay decisión en sus ojos, y no estoy segura de si está hablando en serio o si está mintiendo—. Adiós, Camila. —se da la vuelta y se va.

Fake Love | CamrenWhere stories live. Discover now