Capítulo veinticuatro:

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No diré que no estaba emocionada, realmente queria volver con él, dos años con alguien no se olvidaban rápido, y de hecho, a veces me extrañaba de que él no viniese a saludarme cuando nos cruzabamos en el pasillo; la realidad me llegaba de golpe para dejarme bajoneada todo el día.

En la hora de la cena no le vi, y una tímida sonrisa me cruzó los labios, pensando de que podía estar preparando algo, así que a penas terminé de cenar, me dirigí a la torre de astronomía con el corazón golpeandome alegremente el pecho. Sin embargo, al llegar sentí las rodillas fallarme...

No había nadie.

"No te decepciones tan rápido, quizá el está retrasado o tu comiste muy rápido" Aquello me lo repetí durante dos horas, hasta que comprendí que él no iba a llegar.

Me lo había hecho de nuevo

Cerré el retrato de la Dama Gorda de un portazo, y subí las escaleras raudamente, no quería ver a nadie, no quería oír a nadie, no quería sentir a nadie. No quería nada, nada que no fuese él.

***

El domingo me despedí de Seamus, ya que él iba a ir a unas lecciones suplementarias de Aparicion en Hogesmeade, mejor para mi. Hermione y Lavander también fueron. Parvatil se quedó con su gemela en-no-sé-dónde mientras yo me daba vueltas por el colegio.

Casi todos los estudiantes se hallaban en sus respectivas salas comunes: Los de Gryffindor en una torre, los de Ravenclaw en otra, los de Slytherin en las mazmorras, y los de Hufflepuff en el sótano, cerca de la cocina. Muy pocos alumnos deambulaban en los pasillos o en la biblioteca, como yo. No sabía dónde ir, ni a donde iba, pero llegué a los baños del segundo piso, dónde nadie iba porque estaba Myrtle y porque la cámara de los secretos tenía su entrada ahí, pero necesitaba estar sola. Aunque soledad era una palabra que no iba conmigo: Myrtle apareció y me dedico una sonrisa sarcástica.

—Dijo que vendría a verme otra vez, y también te lo prometió a ti, y hace mucho que no se le ve ni un pelo. Creí que yo le gustaba, quizá si te marcharas del colegio él volvería... Tenemos tantas cosas en común...y estoy segura de qué el se dio cuenta, es sensible, la gente se burla de él, se siente sólo y no tiene nadie con quién hablar así que expresa sus sentimientos conmigo.

Le miré teniendo la vaga impresión de saber de quién estaba hablando.

**

La tarde del lunes, sólo habíamos cuatro alumnos en la clase de Pociones, ya que el resto estaba examinandose en Aparición en Hogesmeade.

Harry.

Ernie.

Draco.

Y yo.

Llegué un poco atrasada a clases, ya que no tenía muchas ganas de ir, Slughorn aún no comenzaba la clase. Draco al verme entrar sonrió y movió sus cosas para que me sentara a su lado, sin embargo intenté pasar de largo, lo hubiese logrado si es que Slughorn no me lo hubiese negado, indicandome que me sentara con Malfoy.

—¿Los cuatro son demasiado jóvenes para aparecerse? ¿Todavía no cumplen los diecisiete?- negamos sistemáticamente- Bueno, como hoy somos muy pocos, haremos algo divertido. ¡Cada uno de ustedes preparará algo divertido!

—Excelente idea, señor- lo aduló Ernie, frotándose las palmas.

Malfoy, en cambio, ni siquiera esbozó una sonrisa.

—¿Qué quiere decir con «algo gracioso»?- masculló.

—Lo que quieran, ¡a ver si logran sorprenderme!- contestó Slughorn.

Draco, enfurruñado, abrió su ejemplar de Elaboración de pociones avanzadas. Estaba claro que consideraba aquella clase como una auténtica pérdida de tiempo. Vale, ya somos dos.

¿Eran fantasías mías o él había adelgazado? Estaba más pálido y su piel parecía grisácea; probablemente hacía mucho que apenas veía la luz del día. Ya no mostraba ese aire de autosuficiencia y superioridad, y ya no hablaba arrastrando las palabras, sino, las lanzaba con ira e insolencia, como si lo que pasaba a su al rededor le molestara mucho. Según yo, eso sólo podía tener una explicación: La misión, fuera lo que fuese, no iba por buen camino.

Me pilló mirándole y me dedicó una sonrisa de medio lado; no rompí la mirada, seguía habiendo algo en aquellos ojos grises que me encantaba.

Hora y media más tarde, mientras recogíamos las cosas para irnos, Draco dejaba un pequeño beso en mi mejilla.

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Dedicado a los alemanes (Müller te hago de todo) Gracias por vengar a Colombia, Chile y México jiji. ¡Suerte mañana a Argentina!

Can't Hold Us (2T-DM)Where stories live. Discover now