Capítulo veintidós:

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    22.

El domingo no me moví de mi cama en todo el día. Nisiquiera hable con mis compañeras de cuarto. Quería estar sola.

Estaba momentáneamente abrumada por lo que había pasado. Habíamos terminado, en parte era mi culpa, yo le había gritado que las relaciones se basaban en confianza, y que como él no confiaba en mí, lo mejor sería terminar. Pero el dijo nada, siquiera parecía importarle lo que yo acababa de hacer, no es que yo realmente quería cortar, pensé que por un momento, que él me diría que no le dejara, que podíamos solucionarlo, pero no.

Es tiempo que dejes de leer novelas muggles. Me gritaba mi cabeza.

No estaba viviendo una fantasía donde todo era perfecto, estaba viviendo la vida real, una vida en tiempos de guerra, donde en algo más de un mes, tendría que tomar decisiones sobre mi futuro. No podía estar amurrada por acabar de romper con mi novio, mientras familias enteras de magos y muggles se sumian en tristeza porque el Ministerio tocaba sus puertas y un "Emos encontrado a éste pariente suyo muerto".

No hablaba con nadie que no fuese Seamus, al resto le respondía con monosílabos. Cama-Clases-Cama, ése fue mi esquema durante la siguiente semana, nisiquiera me dieron ganas de ir a ver el partido de Gryffindor contra Hufflepuff, creo que ver al resto de los alumnos felices y emocionados, iban a lograr que vomitase. El día del encuentro, luego de llevar un poco de comida del Gran Salón, fui directamente a las habitaciones de mujeres. Tenía que terminar un par de redacciones para Transformaciones e Historia de la magia, iba por la mitad de mi jugo de calabaza cuando los vítores en el campo de quidditch se hicieron audibles. Lancé una blasfemia antes de cerrar la ventana de un sólo movimiento de varita, sin embargo la voz de Luna Lovegood, que por alguna extraña razón estaba haciendo de comentarista, aún me golpeaba en la cabeza. Desde aquella tarde, la voz de la gente me provocaba migraña.

Los párpados me pesaban un poco cuando Lavander irrumpió en la habitación, indignada. Me miró y luego se sentó en su cama.

—Ése McLaggen es un idiota, ¡Le ha pegado a Harry con el bate!

Levanté la vista rápidamente, ¿qué?

—Pero, ¿No que McLaggen hacia de guardián suplente mientras Ron estaba en enfermería?

—Si, pero le ha quitado el bate a Crooke y le ha dado de lleno a Harry, el pobre ésta inconciente en Enfermería, quizá así le haga compañía a mi Ro-Ro -Solté una pequeña carcajada,Lavander me miró mal- ¿Qué? ¿Acaso tú y Malfoy no se tienen apodos?

—Las parejas normales no hacen eso- dije con la voz quebrada- ¿Por qué no vas a ver a Ron?

—¡Lo haría si pudiera!, pero cuando entro a verlo, siempre está dormido.

—¿Ah, sí?- respondí mordiendome los labios para no reirme en su cara.

—Dime algo, ¿Sigue Hermione Granger yendo a verle?

—Si, me parece que si. Es lo normal, ¿no? Son amigos.

—¿Amigos? ¡No me hagas reír! Ella pasó semanas sin dirigirle la palabra cuando nosotros empezamos a salir.

—Bueno, no es que fuese muy fácil hablar con Ron desde que ustedes comenzaron a salir- explique.

—¿Qué?

—Ya sabes, normalmente, bueno. Tu y Ron se la pasaban besándose, es bastante incómodo hablar con alguien que está haciendo eso.

Hermione entró en la habitación, y Lavander salió rápidamente de la habitación, Hermione se sentó en mi cama y sacó una golosina de mi cama, para luego comérsela. La miré horrorizada, ¿Por qué se comía mi comida?

—Nos han masacrado, trescientos veinte a setenta.

Casi me he caído de la cama.

—¿Harry está bien?

—No lo sé, Madame Pomfrey no ha dejado que nadie se quedase- Hermione me miró- Hoy Harry ha llegado un poco tarde al partido.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Nos dijo que... bueno, se había encontrado con Malfoy y que éste iba acompañado de dos niñas, a Harry aquello no le preocupó, pero a mi sí

Sentía que iba a volver a llorar, así que tragué y miré hacia mis manos. Puto mujeriego.

—Nosotros, nosotros terminamos hace una semana.

—Oh, Dios, __________.

Hermione se ha lanzado a mis brazos y comenzó a acariciar mi espalda mientras me resigné a llorar. Exactamente como cuando le he contado a Seamus.

Lloré por un buen rato, mientras Granger intento reconformarme con dulces palabras, pero para un corazón roto no es tan fácil sanar.

El día siguiente, cuando Hermione, Lavander y Parvatil bajaron a desayunar, Ginny entró a la habitación y se sentó en mi cama, con los ojos rojos, e imitando a Hermione ha sacado una de mis ranas de chocolate y se la comió tan rápido como come Ron

¿Desde cuando la gente se tomaba tantas libertades para usar mis cosas?

—He peleado con Dean.

Ginny se ha quedado en mi habitación contándome todo e intenté ayudarle lo más que pude, pero yo jamás había sido muy buena con los concejos.

Por desgracia, la semana que siguió, se llenó de encuentros para mi. Ahora, cuando no quería, le veía en todos lados, en los jardines, en los pasillos, afuera de los baños, en el séptimo piso, hasta en mis sueños. Draco y yo nos veíamos más veces en un día de lo que habíamos hecho el trimestre pasado en una semana. Lo que me dejaba ausente en clases y en los pasillos, volvía a ser como un fantasma, siempre estaba pero no. Había veces que le pillaba mirándome, en clases y en el Gran Salón, pero cuando intentaba devolverle la mirada, siempre la sacaba y apretaba las mandíbulas. Y yo que pensaba que íbamos a volver pronto.

Una fría tarde, sin embargo, Ernie MacMillan me detuvo frente a Draco, para mi desgracia, entrenándome un pergamino de Dumbledore, dirigido hacia mi.

Mi corazón pego un salto, y pude notar de reojo, que Draco empalidecía de golpe

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Se que está corto y todo eso, pero hoy he empezado el colegio y mi tiempo está super reducido :c, intentaré subir dos veces a la semana.

*Siempre he tenido una pregunta, ¿Qué leen cuando sale ___________? Yo, por alguna razón Kris akjakajak*

Can't Hold Us (2T-DM)Where stories live. Discover now