Capitulo veinte:

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20.

Quizá me puedo dedicar a la adivinación y esta es mi vocación secreta. Charlotte me fue a levantar a eso de las nueve de la noche, diciéndome que saldría con ella y Tyler a una fiesta. En primera instancia le dije que no, que no andaba con ánimos y que prefería quedarme en casa, al soltar una risotada, me he dado cuenta que no tengo escapatoria, y así me lo confirmo segundos más tarde. "Sabía muy bien que dirías eso, ahora adivina qué ¡La fiesta será acá!". Había pensado enviarle una carta a Fred para decirle que viniese a la fiesta también, cuando caí en la cuenta de que mi lechuza aún no había regresado desde que la había enviado en noche buena. Quizá Remus no había tenido tiempo de responder, pero... ¿Era posible de que tardará una semana? No, claro que no. ¿Acaso me habían interceptado al animal? No quería ni pensarlo.

Me puse unos tejanos oscuros y un suéter que me la señora Weasley me había enviado por Navidad, sorprendiéndote bastante. Era morado y tenía mi inicial tejida a mano, piense mi cabello en una coleta alta y me quede en la pieza hasta que una estridente música comenzó a sonar. Tome un respiro profundo, y mi mente viajo a Draco, ¿Qué estaría haciendo ahora?

*

Volví a casa cuando debía hacerlo, así no levantando sospechas en nadie. Mi lechuza seguía sin llegar, y ni noticia había tenido de Draco. Remus me estaba esperando en la estación de trenes, y me ha estrechado fuerte entre sus brazos. Creo que jamás lo había visto tan pálido y asustadizo, su pelo estaba perdiendo el color y estaba bastante delgado. Sin embargo, su tacto me ha fortificado un montón.

Nos fuimos directo a casa, y ambos nos recostamos en su gran cama; le escuche atentamente todo lo que me tenía que decir: Como su relación con Tonks era casi nula, como mi madre aún no llegaba de un pequeño viaje a los Países Bajos, como él había pasado todo este tiempo entre los hombres lobos, tratando de convencer a Greyback y a su manada de unirse a Dumbledore en la batalla que se venía, sin obtener muchos resultados; asimismo como el actual Ministro d e la magia había irrumpido en la casa de los Weasley para charlar con Harry, intentando que este "apoyase el Ministerio" para que la comunidad mágica se sintiese más segura, pero como buen favorito de Dumbledore, Potter rechazó la oferta, diciendo que no estaba para ser la marioneta del Ministerio.

Ahora ha sido mi turno.

Comencé a relatarle lentamente lo que había sido estos últimos cuatro meses en Hogwarts, comenzando con lo bien que me iba en las pruebas, pero en lo abrumador que era la cantidad de deberes, luego hable con poco lujo de detalles estas vacaciones, y cuando el me pregunto sobre Draco, notando como mi rostro se tornaba débil y demacrado, me ha estrechado entre sus brazos. Tan sólo le he dicho que nos habíamos peleado y que ninguno sabía que rumbo iban a tomar las cosas.

**

Una tarde poco después de Año Nuevo fue la fecha de regreso a Hogwarts, no les mentiré diciendo que quería ir al colegio, por primera vez en mis casi seis años de educación mágica no quería irme de casa, porque sabía que regresaba significaba enfrentarme a Draco tarde o temprano, y aunque lo quería con todas mis fuerzas, un poco de ego aún revolvía mis entrañas, haciéndome sentir engañada de una manera sin límite. Mi madre me fue a dejar al tren, ya que Remus tenía que volver a su tarea con los hombres lobos. Mama me específico que no era tan necesario comprar una lechuza, prometiendo que en breve tendría algo mejor. ¿Qué podía ser más útil en estos tiempos que una lechuza con la cual contactarse con sus cercanos?

Al día siguiente de el regreso a clases, en la Sala Común, un simple anuncio hizo sacar sonrisas a todos los alumnos de sexto año: Las clases de aparición comenzaban este trimestre para todos quienes cumpliesen los diecisiete antes del 31 de Agosto, el curso tenía una duración de doce semanas y costaba eso de doce galleons. Yo y mis beneficios de levantarse temprano me ayudaron a poder poner mi nombre de las primeras, excluyéndome del montón de alumnos que se apiñaron en la siguiente media hora.

Ese día todos en la sala común hablaban de eso, y en clases también; el hecho de esfumarse y aparecer en otro tanto como se te de la gana, le daba a todos un nuevo mundo de posibilidades.

-Será genial eso de...- Seamus chasqueo los dedos- Mi primo Fergus lo hace continuamente para molestarme, ya vera cuando yo también puede desaparecer.... Le voy a hacer la vida imposible.
-Si es que no explotas en el proceso, ya todos conocemos tu complejo de hacer...- dije imitando sus movimientos con las manos, cambiando esta vez el chasquido por una onda expansiva. Seamus me miro con mala cara mientras algunos alumnos se reían.

Sin embargo mi comentario no le bajó los ánimos, estaba tan feliz imaginando la circunstancia de cargarse a su primo que agitó la varita con excesivo entusiasmo y en lugar de generar una fuente de agua cristalina, que era el objetivo de la clase de encantamientos de ese día, hizo aparecer un chorro de manguera que reboto en el techo y le dio de pleno en la cara de Flitwick.

El profesor se secó con una sacudida de su varita y, enfurecido, le ordeno a Seamus que copiara la frase: "Soy un mago y no un babuino blandiendo un palo". No evite la risa tonta, ganándome una acusatoria mirada de mi amigo.

-Ya te dije, Seamus. Boom.

Una fría mirada estaba clavada en mi espalda, le rogué a los creadores del colegio que no fuese quien estaba pensando que sería, y dándome vuelta en la silla, lo menos disimulada que pude, me encontré con dos estanques de plata líquida mirándome con tristeza, un escalofrío me recorrió el cuerpo, y obligue a mi cuerpo a girar nuevamente, mirando hacia la pizarra. Había olvidado completamente que en sexto y séptimo año, todos los alumnos de las cuatro casas estábamos juntos en clases. Si no dejábamos las cosas claras pronto, serían las más largas horas en clases.

Después de clases, sabía que el me seguía los pasos, aunque no le viera ni le escuchara, sentía su presencia desde Noche Buena. Su mano se enrollo en mi muñeca, dejándome peligrosamente cerca de sus labios.

**

"El tiempo es traicionero cuando te encuentras en el infierno"

He decidido seguirle después de Encantamientos, ella tenía Runas Antiguas y yo la hora libre. Siempre tuve la esperanza de que ella apareciese por mi chimenea lo que restó de vacaciones, pero al ver que no lo hizo, caí en la cuenta de que ella no tenía porqué. Había sido yo quien la había cagado, no ella. Yo la había engañado, ella no. Yo era el monstruo, ella la víctima.

Pensé que iba a ser concedido con un incómodo hola, y una sonrisa que no cumpliría con sus ojos, pero estaba equivocado. Ella apretó sus brazos alrededor de mi cuello y escondió su cabeza en el hueco de mi hombro. Y aquí estamos, yo momentáneamente abrumado por su presencia, cálida y acogedora entre mis brazos.

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Quizá el capítulo sea corto y blablabla, pero cualquier chileno estaría bajoneado por lo que pasó hoy en el Mundial 😭, pero por lo menos lo dimos todo en la cancha y casi nos cargamos a los brasileños en los más de ciento treinta minutos del partido >:c. Ánimo a todos los países habla hispana que aún quedan en octavos de final 🙆🙅💁.

Subo otro el martes o el miércoles.

Can't Hold Us (2T-DM)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon