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Aún puede escuchar el ruido de su propia puerta cerrarse y el suave sonido de la voz de Isaac susurrando que lo amaba antes de irse. Puede escuchar el sonido su propio corazón rompiéndose tratando de ser devuelto a su lugar mientras su pecho le quemaba, asfixiandolo.

Apretó sus cabellos con sus dedos sintiendo como su espalda se deslizaba contra la pared hasta terminar con las rodillas pegadas a su pecho, queriendo gritar pero sin encontrar las fuerzas necesaria. Sentía que su pecho estaba en llamas, que le rogaba que gritara y apagara ese fuego que le estaba consumiendo.

Sintió una lagrima deslizarse por su mejilla hasta terminar en su barbilla. Miró fijamente la pequeña gotita que había caído sobre su pantalón seguida de miles.

Amaba tanto a Isaac que le dejó ir, le obligó a irse, porque el merece lo mejor del mundo y es algo que el no puede darle.

Porque por ahora, el no es nada.





(...)






Al llegar a la escuela salió de su Jeep sintiendo miradas sobre el. Usualmente eran por las semanas que había faltado a la escuela o el peso que había perdido. No solían molestarle, pero hoy sentía que le estaban juzgando hasta por respirar.

Miró a la manada que parecía estar esperándole pero su mirada solo se dirigió a Isaac. Tenía ojeras notorias debajo de sus ojos y su cabello estaba despeinado. Imagínense cuántas horas debía estar un lobo sin dormir para tener semejantes ojeras.

Se miraron pero rápidamente se fueron en la dirección contraria del otro, dejando a la manada sin respuesta.






(...)









-Escuche lo que...lo que pasó entre tú y Isaac. Lo siento mucho, Batman.- le dijo Erika llegando a su lado en la hora del almuerzo. Estaba totalmente solo en la biblioteca, donde había decidido irse por los estúpidos cuchicheos de todos de por qué no estaba con su manada, y que había pasado con Isaac y bla bla bla.- Estoy aquí para lo que sea que necesites, ¿de acuerdo?

-Lo sé, Catwomen. Lo sé.- susurró permitiendo que la rubia el apretara la mano suavemente antes de soltarla para que ambos puedan comer.

-De todas formas, quería hablar contigo hoy. Yo sé que no quieres que nos preocupemos por ti, Stiles. Pero han pasado muchas cosas y ha sido demasiado para todos nosotros. Queremos...queremos que sepas que apesar de que nos tienes a todos cuando sea, tal vez sería bueno que hables con alguien. Alguien...

-Profecional.- terminó Stiles de decir por ella. Erika asintió lentamente, mirándole suavemente pero con firmeza.

-Si, profesional.- repitió tragando saliva.

-No necesito un terapeuta, Erika.- le respondió con la mandíbula un poco tensa luego de unos largos segundos.

-Stiles, por lo que has pasado no ha sido algo pequeño. Es algo...es algo que va más allá de lo que nosotros podríamos ayudarte.

-¿Por qué no lo dices?

Erika le miró confusa, como si hubiese recibido un golpe.

-¿Qué?- susurró con el seño fruncido.

-Vamos, dilo. Di lo que sucedió, ¿o es una palabra prohibida?.- gruñó comenzado a enfadarse.

-Stiles...- susurró Erika sin aliento, viendo algo que jamás había visto en sus ojos.

-¿No puedes decirlo? Entonces lo diré por ti.- se acercó a su rostro con sus narices casi rozando.- me violaron, Erika. Me violaron en puto y asqueroso callejón hasta que perdí la jodida conciencia. Toda su puta manada amenazó con violarme y casi me matan. Casi nos matan a todos nosotros.

La rubia le miró con los ojos llenos de lágrimas y vió como mordía su labio para no llorar.

-Si no puedes decir eso entonces no deberías hablarlo en voz alta.- le dijo con la voz rota, y ella no sabía si era de rabia o de tristeza.- la realidad es esa, y ni tú ni la manada y menos un jodido terapeuta va a poder cambiarla.










(...)








Llegó a su casa cerrando la puerta de un portazo que hizo retumbar el cuadro de la pared y su padre se levantó de la cocina preocupado al verlo llegar tan temprano.

-Hijo, ¿estás bien? Deberías estar en la escuela, ¿sucedió algo?- le preguntó tomandole de la muñeca.

Mal movimiento.

-¡NO ME TOQUES!- le gritó zafandose de su agarre como si el toque le quemará hasta el hueso.-¡NUNCA VUELVAS A TOCARME!

Subió las escaleras a grandes zancadas dejando a su padre con el corazón en la boca y los ojos desorbitados.

-¡Stiles!

Tiró su mochila con rabia hacia la pared y cerró la puerta poniéndole el pestillo. Se sacó su ropa a los tirones escuchando las súplicas de su padre para que le deje entrar y hablaran, pero le ignoró y caminó hacia el baño sin pensar en mirarse al espejo.

Prendió el agua caliente y se metió debajo del agua sin importar como le quemaba. Le dolía, y sentía perfecto.

Tomó el jabón y comenzó a pasárselo por el cuerpo justo con la esponja, dejando marcas rojas por el camino ante la brutalidad de como frotaba los objetos contra su delicada piel.

Se sentía sucio, usado.

Y su cuerpo ya no se sentía como propio.















Pasaron millones de años, lo sé. Pero aquí estoy, amores.

Decidí que la novela seguirá cómo está, pero los cambios comenzarán desde ahora y mi objetivo es hacer algo nuevo, más profundo, y diferente.

Espero que les guste, y lxs he extrañado muchísimo ❤️.

Dejen sus comentarios like Always.

《Sentimientos》StisaacDonde viven las historias. Descúbrelo ahora