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[2 días después]

Con el frío sudor pasando por su frente, el castaño se levantó de golpe con los ojos bien abiertos y el temor colado en la sangre.

Su respiración era agitada y podia sentir como su cuerpo temblaba.

-¿Stiles? ¿Que pasa?

Escucho una voz detrás suyo, y fue cuando se dio cuenta de que un peso hundía la cama a su lado.

Todo era muy confuso, y estaba totalmente oscuro.

-¿Isaac?- murmuró con los labios temblandole y el corazón en la garganta.

-¿Estas bien?- pregunto el ojiazul, sentándose en la cama.

-Creo que no.

Fue lo único que salió de su boca y un gimoteo salió de sus labios. ¿Por que tenía tanto miedo?

- Se como hacer que estés mejor.

Lo siguiente fue sentir los labios del contrario chocar con los suyos con fuerza, demaciada fuerza, y meter su lengua de golpe.

Se subió arriba de su cuerpo manoseandolo sin pudor alguno.

- No, Isaac, no quiero, apartate- murmuró posando las manos en su pecho, tratando de alejarlo con todas sus fuerzas.

Pero las fuerzas de un hombre lobo no eran nada acomparacion de las suyas.

- Basta, Isaac, basta.- sollozo, mientras sentia los mordiscos en su cuello.

El cuerpo le temblaba a más no poder, más lágrimas caían como cataratas por sus mejillas mientras gritaba y pataleaba.

El rubio comenzó a pasar sus manos por todas sus caderas y piernas desaciendoce poco a poco de la ropa.

-¡Apartate! ¡Basta! ¡Dejame! ¡Porfavor, Isaac, no eres así!

Y solo rogaba y rogaba.

Entonces despertó.

La única razón por la que no grito fue porque tenía el corazón fuera del pecho y la garganta cerrada.

Tenía lágrimas en los ojos y en las mejillas, el cuerpo seguía temblandole mientras apretaba las sábanas con fuerza y miraba para todos lados.

El cuarto tenía la luz apagada pero podía verse un poco por la luz del pasillo que se reflejaba debajo de la puerta.

Giro su cabeza y Isaac no estaba a su lado.

Entonces recordó como le había sonreído con burla por dejarlo con una erección y cerrarle la puerta en la cara por haberce comido el poco helado que le quedaba.

Colocó una mano en su pecho, tratando de calmar su desesperado corazón.

Se secó las lágrimas y trato de tranquilizarce, solo había sido un muy mal sueño e irreal, Isaac jamás haría algo que él no quisiera. Nunca. Y él lo sabía.

Se levantó de la cama y salió de su habitación hasta llegar a cocina y sacar un vaso de agua con un calmante. Literalmente la cabeza le estaba matando y no podía relajarse.

-¿Stiles? Amor, ¿estas bien?- pregunto el ojiazul bajando por las escaleras y tallando sus ojos- escucho tu corazón desde mi habitación

Stiles no contesto.

Entonces Isaac se despertó un poco más y olió el temor que emanaba el cuerpo del castaño.

- Eh, ¿que pasa bebé?- pregunto preocupado, acunando las mejillas del castaño con sus manos.

《Sentimientos》StisaacDonde viven las historias. Descúbrelo ahora