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Fue como si fuese un día de perfecto sol, pero de repente las nubes de extienden por todo el cielo, la lluvia cae a montones y los rayos comienzan a resonar.

Así fue.

Porque dejaron de ser ellos mismos, en el momento en el que sus sentidos nublaron por completo cada centímetro de su ser.

Rugieron los tres a la vez, haciendo temblar la tierra. Los pájaros volaron desesperados y los animales corrieron lo más rápido que podían. Sabían lo que se venía.

Un tercer Wendigo apareció, con las garras afuera y la boca entre abierta, mostrando sus asquerosos dientes.

-Van a pagar.- gruño Isaac, fuera de sí. Desde el momento en el que escucho el rugido de Érika, supo que algo malo había pasado. Cuando escucho el grito de Stiles, sintió como su lobo comenzaba a tomar el control, desesperado por proteger a su pareja.

Nadie tocaba a Stiles. Nadie lastimaba a Stiles. A su pareja. La persona que más amaba, y se iba como nada.

Rugió, mostrando sus ojos ámbar llenos de rabia, y se abalanzó hacia el Wendigo que tenía a Stiles.

Zarpazos y golpes, gruñidos y mordidas. No le importó nada.

Érika se abalanzó sobre el que había llegado último, y comenzaron a luchar de la misma forma. Con rabia. Fuera de sí.

Scott se abalanzó sobre el último. Estaba cargado de rabia. Habían lastimado a su mejor amigo, su hermano. Habían envenenado a su amiga.

Le importó una mierda su regla de no matar, ellos iban a morir aunque sea lo último que haga.

Isaac tiro otro zarpaso, dándole justo en la cara, dejando un perfecto rasguño de cuatro garras a lo largo de esta y lo golpeó con toda la fuerza que tenía en el estómago, tirandolo en el suelo. Se colocó encima de él, con la boca entreabierta ante su sed de sangre.

Colocó sus garras justo en el inicio de su garganta, y sonrió psicótica mente, haciendo más precion.

El Wendigo apretó los labios y cerró los ojos, esperando su momento.

Pero entonces separó las garras de su garganta.

-¿Creiste que te daría una muerte tan rápida después de lo que le hiciste a mí pareja?- su voz era más grave, su lobo había tomado el control.

No se controlo más, y comenzo a dar zarpazos por todo su cuerpo. La sangre volaba por todos lados, la piel se separaba de la carne, mientras los gritos de la víctima no hacían más que insentivarlo aún más. Sonrió aún más grande, al ver como algunas tripas amenazaban con salir de su desgarrado estómago. Los gritos eran música para sus oídos.

Estuvo así, rasguñandolo hasta matarlo.

Entonces sus ojos brillaron en azul.

Al igual que los de Érika, quién había desmembrado al otro.

Y los de Scott brillaron en Rojo. Mostrando por primera vez su naturaleza de un verdadero Alfa.

Volvieron a rugir los tres a la vez, en el momento en el que la lluvia golpeó sus cuerpos.

Isaac volvió en si, cuando su castaño emitió un quejido de dolor.

Entro razón al instante, y fue como si nada tuviera más sentido en ese momento que tener a Stiles a salvo.

Se levantó lo más rápido que tuvo, y se resbaló a su lado, gracias al lodo de la lluvia y se quitó su playera atandola a la pequeña cintura del menor para evitar el sangrado.

《Sentimientos》StisaacDonde viven las historias. Descúbrelo ahora