40

212 44 25
                                    

Sabía lo que aquel día sería, sabía lo que mi padre estaba tratando de hacer y sabía lo que yo tenía que hacer

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Sabía lo que aquel día sería, sabía lo que mi padre estaba tratando de hacer y sabía lo que yo tenía que hacer.

Desperté en brazos de Matías, era tan lindo verlo así, acaricié suavemente sus mejillas recorriendo cada parte, fundí mis dedos jugueteando por su cabellera castaño oscuro, de repente no sé si soñaba o se percató de mis caricias, pero: sonrió, me derretí con aquella sonrisa que solo yo conocía, aquella que esbozaba al verme, no tenía hoyuelos u otras cosas pero era la mejor sonrisa que podía apreciar por las mañanas y diariamente.

Los lunares cerca de su cuello lo hacían ver aún más sexy y tierno, su torso desnudo porque había dormido sin remera era un delirio, sus brazos que me protegen ante todo, pasaría horas y horas describiendo la felicidad que se me hacía verlo dormido, o todo el amor que sentía y sigo sintiendo por él, haría toda una novela solo describiéndolo a él.

—Acosadora —musitó adormilado.

—Me encanta apreciarte —me senté sobre la cama abrazada de mis piernas flexionadas mirándolo.

—Me entero —mencionó burlándose, y mi "yo" madura opto por sacarle la lengua—. Estás hermosa, mi pequeña.

—No te burles de mi intento de espantapájaros, tengo unas horribles ojeras, un cabello haciendo competencia al de una bruja y un increíble aliento.

—Aun así eres hermosa —seguía alagándome, pronto se me acercó y brindó un beso en mi frente—, muy hermosa —corrigió susurrando.

—Y tú muy sexy durmiendo —le guiñé un ojo y salí corriendo de la habitación con Matías persiguiéndome.

Al atraparme me encarceló en sus brazos y me giró lentamente para dar cara a cara con él y besarnos.

—Mucho amor por las mañanas —mi padre tosió para que pongamos atención y nos percatemos de su presencia—. No importa —me miró analizándome—, sigan en lo suyo —y bebió un sorbo de su café.

Nos encontramos en el comedor todos los que habitábamos en la casa ese día, desayunamos juntos y compartimos algunas novedades.

—Casi lo olvido —mi padre tomó el mando de la conversación—. Esta noche habrá una cena aquí en casa así que espero que todos se preparen y se diviertan.

***

La tarde la aproveché para mostrarle a Matías el pueblo para que conociera un poco más a cerca de su historia y algunas anécdotas.

Volvimos un poco temprano para ayudar en la preparación de la cena, recibir a mis familiares y revoltosos primos.

Me alegraba que el pasar de los años hizo entrar en razón a mi padre, que se diera cuenta de que ya era una adolescente que iba por el mundo pasando los mejores años de su vida junto con el chico que la hacía feliz. Tanto que él mismo fue quien decidió reunir a ambas familias para una cena en casa de mi abuela y poder cambiar las cosas para bien, era necesario remediar tanto mal.

Antes de que amanezcaWhere stories live. Discover now