19

117 46 8
                                    

Momentos; son los que pasan por mi mente realizando mosaicos de cada episodio transcurrido de mi vida refregándome en la cara lo estúpidamente feliz que era, tales como

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Momentos; son los que pasan por mi mente realizando mosaicos de cada episodio transcurrido de mi vida refregándome en la cara lo estúpidamente feliz que era, tales como... mi primer beso.

Muchos otros meses después vivíamos casi gritando a los cuatro vientos que nos gustábamos, pero nunca fuimos capaces de romper timidez y confesarlo, nos dedicábamos a hacernos saber que había cierta "química" entre nosotros y por razones quizás tontas evitábamos entrar en el asunto si quiera mencionarlo, supongo era para no arruinar el acercamiento que logramos cultivar.

Todo lo hacíamos juntos, proyectos escolares, salidas al parque, al cine, en verano íbamos por unos helados de vainilla con cobertura de chocolate y en invierno por unos cafés con madalenas.

—Vamos al cine en la noche —si bien lo recuerdo era día de San Valentín y Matías, por alguna extraña razón estaba entusiasmado por ir.

—No sabía que te gustaría ver "Orgullo y Prejuicio"

— ¿Extrañada?

—Un poco.

—Tal vez soy de ese porcentaje de chicos que se arriesgarían a matarse del aburrimiento con tal de tener una cita contigo —me guiñó el ojo.

— ¡No bromees Matías!

—Lo que hace uno por amor —musitó.

— ¿Qué dices?

—N-no nada mi pequeña —por primera vez lo había visto sonrojarse, sus mejillas se tornaron de un rosa claro y sus ojos ¡cómo describirlos!

—Respondiendo a tu invitación ¡acepto!

— ¡Perfecto! Pasaré por ti a las siete p.m.

—Estaré esperando, y sobre las entradas, si quieres, puedo pagarlas yo.

—Ya te hablé al respecto mi pequeña, no es necesario que insistas, yo las puedo pagar sin problemas.

—Es que no quisiera que pienses que soy interesada o algo parecido, sólo eso.

— ¿Interesada, tú? En definitivo no pienso eso sobre ti, tienes suficiente dinero para comprar el mundo.

—Aun así...

—No lo tomes a mal pero quiero valerme por mi propia cuenta y demostrarte que yo también puedo.

—Haces bien Matías, hablaré con mi madre para que distraiga a mi padre mientras vienes a casa... ya sabes —le hacía gestos indicando las reacciones de mi padre, de su parte Matías entendió toda esa danza que hacía con mis manos y mi expresión.

—Pues bien, sigo sin entender cómo es que en estos años tu padre no logra aceptarme aun teniendo la certeza de que te cuidaría con mi vida si así fuese necesario —inquiría exasperado.

—Cosas de él, todavía me trata como una niña por más de que ya tenga dieciséis años, sigo siendo "su bebita".

—Así como para mí seguirás siendo mi pequeña, por el contrario, sé que el motivo no es ese, es por la diferencia de clases sociales —mencionó y apretó fuertemente el vaso de jugo que tenía entre su mano derecha, aquello era hiriente teniendo razón—. Algún día tendrá que aceptarme, no desistiré hasta lograrlo.

Matías me había demostrado en muchas ocasiones que él nunca desistía, nunca lo haría...

Llegando a casa percibí la típica fragancia a comida recién hecha, todas las cosas en su lugar y música clásica que mi madre acostumbraba a escuchar mientras realizaba los quehaceres del hogar.

—Llegas temprano hija

—Sí, la maestra nos dejó retirarnos antes, madre... Matías y yo quedamos en salir y quisiera que tu...

—Distraiga a tu padre, ya lo sé —intuyó atinando—. ¿A dónde irán esta ocasión? —agregó.

—Me invitó al cine, todavía tengo una duda.

—Dime hija.

—Estoy consciente de tu cambio, amo la madre en la que te convertiste pero... tú eras alguien que aborrecía a personas diferentes a nosotros ¿por qué con Matías te comportas diferente? ¿qué hizo para ganar tu confianza?

—Como madre, solo quiero que mi hija sea feliz y lo eres con Matías, cualquier persona lo notaría.

—Así que es eso...

—Y porque me recuerdas a mí, enamorada de una persona que no tenía ni un centavo en los bolsillos, mis padres siempre quisieron que me case con un hombre rico entonces me obligaron a casarme con tu padre, tuve que aprender a amarlo y por sobre todo, soportarlo.

—No sabía eso de ti, perdona no quería hacértelo recordar.

—Pasó tanto tiempo, la herida ya sanó, tengo una hermosa y gran familia, soy feliz y deseo que tú también lo seas hija mía, sabes que cuentas con todo mi apoyo. Te quiero no lo dudes.

—También te quiero y bastante mamá, perdona por la pregunta —la abracé y ella asintió a mis palabras correspondiéndome también el abrazo.

Mientras llegaba la hora me arreglé para la ocasión, un vestido simple que enmarcaba mis curvas, tenía estampados muy sencillos y perlas en el escote, cabello medio recogido por un pasador y unos aretes que mi madre me obsequió ese mismo día.

Antes de que amanezcaWhere stories live. Discover now