Si hablamos de pertenencias, quiero ser tuyo y de nadie mas.
Si hablamos de compañias, quiero estar contigo y con nadie mas.
Si hablamos de sentimientos, te los entrego a ti, a nadie mas.
-¡Feliz navidad!- exclamó contentísimo, enrollando los brazos al rededor de su cuello a la vez que era levantando en peso por el rubio, quien pasó los brazos al rededor de su cadera alzándolo. Por un segundo frunció levemente el entrecejo, pero rápidamente volvió a sonreír.- Creo que ya te lo había dicho, pero no importa. ¡Feliz navidad!
-Feliz navidad, mí vida.- sonrió besándolo, y sentándolo sobre la mesada con las piernas abiertas para hacerle un hueco a él.- todo huele riquísimo.
-¿Si? Es la receta de mama, ella siempre hacía galletas y pastelitos, y torta. La torta no puede faltar. ¡Es lo más importante!. Siempre elegimos a alguien y se la estampamos en la cara. -¿Quién fue el año pasado?- pregunto curioso, rodeándole la cintura.
-Scott.- río, besándole la nariz.- No se acerca a una torta desde entonces. Y quién sabe, talvez te toque a ti a este año.
-Oh no, yo paso. Gracias.
-Ese es problema cariño, tu no eliges.
-Stiles...
-Noup, no te prometo nada. Tampoco puedo decirte a quien elegí para ser mí víctima este año.
-Eso es porque no eligió a nadie, este año me toca a mí.- comento su padre entrando a la cocina, dejando una taza ya vacía sobre el lavabo.
-¡Papá!
-¿Que? Talvez te toque a ti este año, ¿quién sabe?
Stiles le saco la lengua, y el hombre río.
-Bueno, yo ya tengo que irme. Llegaré antes de las ocho.- dijo acomodándose su abrigada chaqueta beige, y cerrándola hasta el cuello. Luego se hecho una bufanda negra tapándose un poco la barbilla.
-¿Lo prometes?- le pregunto con la mirada de Bambi, un poco dolida.
El corazón se le encogió al imaginarse a Stiles esperando a su padre para navidad luego de la muerte de su madre. Probablemente acurrucado junto a Scott, mientras Mellisa le susurraba que pronto llegaría.
-Te lo prometo hijo, a ambos.- abrazo al chico fuertemente y beso su cabello con muchísimo cariño. Luego se dirigió hacia el, y también le abrazo. Besó su cabello rubio y le sonrió a ambos adolecentes.- Cuídense, ¿de acuerdo? Recuerda no dejar el horno prendido, Stiles. Y Mellisa llegará a las siete.
-De acuerdo papá.- respondió el, y dejo un sombrerito de lana rojo sobre su cabeza, haciéndole rodar los ojos.- Ve allí y muéstrales a tus agentes el buen gusto que tiene tu hijo para los gorros con orgullo. ¡Y no te lo quites porque te vas a enfermar!
-De acuerdo, de acuerdo.- acepto levantando las manos, rendido.
Beso una vez más la frente de su hijo y camino hacia el cuando había tomado sus llaves.
-Feliz navidad, Isaac. Estoy muy feliz de que la pases con nosotros.
-Yo también, señor.
Le revolvió el cabello y salió de la casa con una gran sonrisa, despidiéndose de ambos chicos y mirando como nevaba desde afuera.
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