Capítulo 30: "Bipolares"

1.7K 93 11
                                    

Comenten y voten.



-¡Jazmín! -Escucho a mi madre gritar desde abajo. Su voz se puede escuchar desde dos o más kilómetros. -¡Jazmín, baja ahora mismo!

Oh oh, qué habrá pasado ahora, que yo sepa no he echo nada malo... bueno, he echo cosas malas, pero muy pocas.

Muy muchas, querrás decir.

Ignoro a mi conciencia y salgo de mi habitación con miedo, voy por el pasillo y bajo las escaleras de una a una a mi ritmo.

Veamos, por qué me habrá gritado así, me habrá gritado así por qué comí su tarta de chocolate que había en la nevera, no, no creo, por eso no se enfadaría, entonces, por qué será.

Llego hasta la cocina donde está ella dándome la espalda mientras que prepara algo. Al escucharme se da la vuelta, me sonríe como todas las madres hacen y viene hacia a mi.

¿Qué está pasando, o mejor dicho, qué le pasa?

-Aquí estoy, qué querías. -Le pregunto con una sonrisa nerviosa.

-Quiero que vayas a comprar unas cositas para cenar, hoy vendrá un amigo de tu hermano y tu primo. -Dijo con una sonrisa y yo me aguanto para no soltar un suspiro de alivio.

-Ah, vale, qué te traigo. -Pregunté y ella me miró con una sonrisa confundida.

-Pensé que te ibas a quejar porque no querías ir tu y querías que fuera tu hermano o yo, estas muy rara, pasó algo. -Me ha pillado, tendré que mentir.

-Que va, estoy perfectamente bien, y quiero ir yo porque no tengo nada que hacer y me estaba aburriendo en mi habitación. -Dijo con la sonrisa más fingida que haya tenido. Me mira por unos segundos mientras que piensa en algo, pero lo deja pasar y me dice qué es lo que tengo que comprar, yo asiento con la cabeza y salgo de casa a por el recado.

Cuando ya estoy fuera suelto un suspiro muy largo, estaba cagada, creí que se había enterado de la locura que hice en el instituto o en el supermercado, pero en el supermercado nadie lo sabe más que Mary y...

-¡Las cámaras de seguridad! -Grité a nadie con los ojos abiertos. Debo deshacerme de aquel video donde salimos Mary y yo. Pero no hay por que preocuparse ahora.

Había pasado como casi una hora desde que llegué en frente de la puerta de mi casa. Cuando llamo la puerta es abierta por mi primo, éste me abraza con una sonrisa y yo se la devuelvo confundida, hace unos días estaba enfadado conmigo y ahora me saluda tan alegre que parece que le han traído su coche favorito o algo.

-¿Cómo has estado? -Pregunta cuando ya he entrado dentro. Me doy la vuelta y lo miro por unos segundos.

-Bien. -Mi respuesta más bien sonó a una pregunta porque todavía estoy muy confundida, voy a la cocina y escucho risas desde el salón, ignoro las risas que seguro será la de mi hermano y su amigo que habrá llegado ya cuando yo estaba comprando. Entro a la cocina y me encuentro a mamá preparada, iba con un vestido negro que le llega por debajo de las rodillas, unos tacones no tan altos del mismo color e iba maquillada. No parecía mi madre, más bien parecía mi hermana mayor, se le veía muy joven.

-¿Mamá? -Pregunto sorprendida. Ella me mira con una sonrisa y mira algo en mi mano, la bolsa donde traje el recado. -¿A dónde tan arreglada? -Ella se ríe y responde:

-Tu padre me va a llevar a un sitio, como dijo él, es una sorpresa. -Cuanto amor hay en esta casa. Amo muchísimo a mis padres y estoy muy contenta de que se quieran muchísimo pero tanto amor, yo no lo aguanto, es muy bonito, pero no me gusta.

-¿Y entonces, por qué me pides que te compre estas cosas? -Pregunto señalando la bolsa.

-Ya no hace falta, hija. -Dijo y la miré con la boca abierta.

She Is ImpossibleNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ