29

1.9K 102 1
                                    

--¿Qué pasa? -Pregunta Dylan con el ceño fruncido en muestra de confusión

--Yo... -no quiero que veas mi cuerpo, no esa parte que me recuerda lo obesa que un día fui.

--¿Tú estás seguro de querer hacerlo? -le pregunto para desconcertarlo, Dylan asiente.

--Claro que quiero, Nikky aún te amo... -sé que sus palabras son sinceras, pero me da miedo que al ver esas rayitas, le de asco.

--Creo que no estoy lista -susurró

--Es por él ¿Cierto? -suspira rendido para luego acomodar su ropa.

--¿Sergio? Él no tiene nada que ver...

--¿Lo amas? Sé sincera, por favor.

--No. Dylan yo aún te amo a ti... -él ríe con sarcasmo y niega con la cabeza.

--Puede que me ames, pero no puedes negar que Sergio causa algo en tí lo suficientemente fuerte como para que no te entregarás a mí.  -la seriedad en sus palabras duele, me niego rotundamente a eso.

--No siento nada por él -me cruzó de brazos indignada pero a Dylan mi respuesta parece darle igual.

--Pues no te creo Nikky. ¡Mierda! Perdón -y sale de su habitación...

Dylan se encerró en su baño y nunca se digno en salir para que pudiéramos hablar tranquilamente como personas civilizadas.

Así que no tuve más opción que irme.

--Nicole ¿Podemos hablar? -la repentina voz de Jaden me saca de mis pensamientos

--¿De que? ¿Vas a decirme lo mierda que soy? ¿Vas a criticarme? ¿¡Vas a decirme lo que piensas que siento!? -grito enojada y tratándome mis lágrimas por orgullo.

--No... ¿Quien te ha hecho todo eso? -se dirige a mí con intención de tocarme pero me alejo de él

--Tú, el único que creí que nunca me lastimaría... -los ojos de Jaden se cristalizan pero no dice nada

--Lo siento tanto... -susurra mientras lágrimas ruedan por sus mejillas

--Tus comentarios hirientes no se borran con un maldito "lo siento" -y subo a mi habitación dejándolo consternado.

Los días de escuela, bendita tortura ¿No?

--Oye -alguien toca mi hombro por atrás, me giro encontrando a un chico de primer año

--¿Hola? -trato de ser amable pero no me está saliendo muy bien

--Dice el profesor de álgebra que vayas al salón de proyecciones porque tiene un trabajo que necesita le deseo a tus compañeros -asiento fastidiada.

Llevo 5 minutos en el dichoso salón y el profesor ni sus luces.

--Hola -mi corazón late rápido cuando escucho su voz.

--Me voy -me levantó lo más rápido que puedo para salir de ahí pero Dylan me tapa el paso y cierra la puerta con seguro.

--Tenemos que hablar... -no quiero.

--Esto esperando al profesor de álgebra -me excuso burlona

--Eso fue invento, yo le pagué al chico porque dijera eso, necesito que me escuches...

--No Dylan. Ayer estaba dispuesta a escucharte y tú solo fuiste un cobarde que se escondió en su baño ¿Sabes lo patético que es eso? -Dylan asiente apenado

--Estaba celoso -¿Qué?

--¿Celoso de que? -cuestiono incrédula

--De Sergio... -ay por Dios

--No tenías porque. Estábamos a punto de acostarnos...

--Exacto. No íbamos a hacer el amor, simplemente íbamos a tener sexo.

--No me vengas con cursilerías. Te acaba de decir que sigo enamorada de ti... No era simplemente sexo.

--Si lo era, porque tú estabas pensando en Sergio. Me sentí usado Nikky

--Eso no te daba derecho a comportarte como un idiota conmigo...

--¿Que me comporté como un idiota? ¡Abre los ojos mi amor! --su pecho sube y baja violentamente.

--¿A qué te refieres?

--Ve que Sergio te va a lastimar, no quiere nada serio y apuesto a que si se lo preguntas va a tener el descaro de aceptarlo. Date cuente que yo sí te amo, recuerda que mientras eras mía todo era perfecto.

--No Dylan, tú también me lastimaste y no solo eso; me humillaste.

--Fue un error, lo siento.

¿Que tiene la gente con "lo siento"? Eso no borra el problema.

--Basta Dylan, déjame salir -él niega con la cabeza.

--Quiero arreglar las cosas

--Pues yo no. Ayer me dijiste que debía sentir y tú no eres nadie para eso. Es mi maldita vida y yo decido que hago con ella --las lágrimas brotan y no me preocupo por esconderlas

--Ya te dije, estaba celoso

--Y yo ya te dije que no tenías porque. Dylan lo íbamos a hacer ¿En serio crees que pensaba en otro? -en sus ojos hay un ligero brillo y cuando abre la boca para responder la puerta se abre estrepitosamente.

--Largo Dylan -Sergio pronuncia lentamente las palabras

--No me jodas, tengo que hablar con ella

--¡Dije largo imbécil! -grita sorprendiendonos

--Te busco después Nikky -asiento desconcertada, Dylan sale. Planeo salir detrás de él pero Sergio cierra la puerta impidiendo mi salida.

--Tengo clase ¿Te importaría dejarme salir?

--No -responde seco y tajante

--¿Por qué no? Tú y yo ya no tenemos nada que ver

--¿Y por eso te acuestas con el primero que se te acerca? -noto la clara molestia en su fría voz.

--Eso no te interesa. Lo que yo haga con otros chicos es mi puto problema.

--No te confundas preciosa. Una cosa es que ya no estemos enrollados y otra que te acuestes con quien quieras. Aún eres mía. Mi preciosa. -abro mi boca sorprendida, es un idiota posesivo.

--Yo no soy tuya idiota. Y la verdad así estoy muy bien. -Sergio ya no dice nada, solo deja libre la puerta para que yo salga.

Pero no lo hago.

--¿Cuento escuchaste de lo que hablamos Dylan y yo?

--Lo suficiente para querer romperle la cara. -y sale del salón.

Al final perdí una clase.
No arregle nada con Dylan.
Sergio me confundió más de lo que ya lo estaba.

Llegue a casa a dormir y esa es la mejores decisiones que he tomado. Dormir tal vez no soluciona nada pero por lo menos hace que olvides un poco aquello que te inquieta.

--Hermanita alguien te busca -aparta Jaden en el marco de mi puerta, asiento.

--Ya voy -respondo seca

--¿Algún día podremos hablar bien?

--No sé, hace mucho te lo Rogue y me mandaste a la mierda, pues ahora me toca a mí.

Bajo las escaleras y ahí está.

--Hola -saluda como si nada hubiera pasado, la cólera me invade.

¡Hipócrita!

¡Golpe bajo, preciosa! (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora