15

2.4K 122 0
                                    

"Decir adiós duele, pero duele más saber que no lo volverás a ver" -cierro molesta el maldito libro de literatura.

¿Es que los libros se empeñan en torturarme? 

Había faltado a la escuela y me encontraba en mi cama haciendo un ensayo sobre un libro de literatura, personalmente amo la materia pero estoy odiando el libro.

Decidí bajar a la cocina a desayunar y olvidarme de los deberes por un momento, todo es mejor con el estómago lleno, mi filosofía de siempre.

Después de desayunar voy a la academia de ballet, solo ir cuando tenía diez años, recuerdo perfectamente mi última presentación y esa sensación de nervios antes de subir al escenario, recuerdo a mi padre grabando, a Jaden con cara de fastidio y harto de ver a muchas niñas con mallas rosadas y tutús. Y luego estaba mamá; la mujer más emocionada y aquella que grito hasta quedarse sin voz en cuanto yo aparecí ahí, bailando y siendo feliz.

Siento las lágrimas acumularse en mis ojos y las dejo salir libremente, a veces cansa mucho esconder lo que sentimos.

--Señorita ¿Puedo ayudarte? -un chico castaño me sonríe amablemente

--Venia aquí a ballet ¿Aún podría entrar de nuevo? Ya sabes, por la edad -acepto avergonzada, el chico me mira un poco incómodo

--Nunca es tarde para algo que se quiere de verdad. Las clases son por la tarde... -una sonrisa se extiende por mi rostro, hay gente agradable y él es uno de ellos.

--¿Me darías informes? -él asiente emocionado y entramos a la academia.

Salí de aquella academia sintiendo una felicidad momentánea, me sentía una niña pequeña con una gran ilusión. Como cuando tenía 7 años, solo me preocupaba por no olvidar los pasos de mi presentación y en qué mi chongo estuviera perfecto.

Lo había decidido; regresaría a bailar. Era casi un hecho que me iba a otro país, pero una gran parte de mí se sentí atada a este pequeño pueblo.

¿Qué era esa parte? No lo sabía, pero yo pertenecía a este lugar y no me quería ir. Si les decía eso a mis padres, claramente pensarían que estoy loca. Un día les digo que extraño la familia que éramos y cuando me dan la oportunidad de volver a tener eso, simplemente me niego a irme.

Había una clase muestra hoy por la tarde, lo único que necesito es ir a casa y encontrar mis zapatillas.

--¿Dónde estaba niña? -la voz de mi mamá suena ligeramente preocupada, vaya, pensé que se había olvidado de mí.

--Voy a regresar a bailar -me cruzó de brazos mirándola fijamente, esperando sus insultos.

--¿Justo ahora que nos vamos a otro país? --no hay molestia o disgusto en su voz, solo... ¿Nostalgia, ternura? No lo sé.

--Si, sabes que desde pequeña amo bailar -alzo orgullosamente mi barbilla, de nuevo no hay agresiones.

--Lo sé, recuerdo muy bien tu primer presentación. Fuiste la más hermosa -¿Qué sucede aquí? Mi madre me llamo hermosa y sé que debería emocionarme pero me siento rara.

--Solías decirme eso cada que bailaba, cuando lo deje comenzaste a odiarme -sus facciones se suavizan y niega con la cabeza.

Mi madre es una mujer particularmente guapa.
Con su gran altura (a comparación de mí) su cabello rubio (el mío castaño) sus grandes curvas y esos hermosos ojos azules. Aquellos que me miraban con amor y dulzura cuando algo no me salía, hasta que... Comenzó su desprecio.

--No te odio, eres mi hija -mi pecho de aprieta, sus palabras son falsas.

--No sé que hice mal contigo, solo sé que un día dejaste de decirme que era lo qué más amabas y pasaste a exigir más de lo que podía dar -sus claros ojos se cristalizan

--Trataba de hacerte más fuerte... -habla mirando al suelo ¿Se arrepiente?

--Pues solo me hiciste infeliz -hay tristeza en lo que siento en este momento, pero mis palabras suenan enojadas y muy rencorosas

--Por eso quiero reconstruir nuestra familia, nuestro hogar... -una risa sale de mí

--Lo siento mamá, yo no quiero eso --su boca se abre de sorpresa. Pensé que quería eso, pero me doy cuenta que quiero hacerla enojar, que me grité.

--¿No irás con nosotros? -y ahí está ella, con su mirada reprochante y su cuerpo tensado.

--No. Suerte en el viaje -y subo a buscar mis zapatillas

Llegue a la academia con pánico, como la primera vez en todo. Ya saben; momentos y lugares donde nos sentimos vulnerables y un poco raros, esos nervios de no saber que va a pasar.

Esa sensación de experimentar algo nuevo, en realidad no es nuevo para mi. Pero después de no hacerlo por años, se siente como la primera vez.

Me cambio mi ropa deportiva y me pongo mis zapatillas, curiosamente una imagen de Sergio sonriendo aparece en mi cabeza.

¿Por qué carajo pienso en él?
Creo que ha sido por lo que le dije a mi madre.

La clase comienza, hicimos estiramiento y en lo cual aún sigo siendo buena, me alegra saber que no perdí mucha flexibilidad.

Me cambio y salgo a mi casa, a media cuadra hay un chico recargado en la pared, la intriga me consume mientras me acerco.

--¿Dónde te habías metido preciosa? -pregunta un meticuloso Sergio, río incrédula

--Ni pienses que me puedes controlar --ahora es él quien rie sarcástico

--Solo me preocupa no saber dónde estás -se encojo de hombros, lo miro divertida

--¿Qué haces aquí? -de repente siento un gusto de verlo

--Vine a verte, vamos a divertirnos -me tiende su mano y me guiña el ojo

--No puedo, mañana tenemos clases

--No seas aburrida preciosa. No sabes que puede pasar mañana... Así que hoy debes divertirte.

--Supongo que es mejor que estar en casa con mis padres -su sonrisa se borra por unos segundos, creo que hable de más.

Tomo su mano y damos vuelta a la cuadra, caminamos unas cuantas manzanas hacia no sé dónde. Solo espero que no sea capaz de matarme.

--Deja de pensar tanto Nicole, no voy a asesinarte -me río con ganas, parece leer mi mente.

NA: hola 7u7
Ojalá les guste...
PD: ya habrá actualizaciones TODOS LOS FINES DE SEMANA 🤗
Besos a todos :3

¡Golpe bajo, preciosa! (En Edición) Where stories live. Discover now