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Me odio.

Me odio porque mi cuerpo reacciona al beso de Sergio de la peor manera posible; queriendo más.

Sus labios se mueven ágiles sobre los míos, son suaves tengo que aceptarlo, e inconscientemente una parte de mí lo está disfrutando.

Nos separamos tratando de recuperar el aire, sus ojos oscuros tienen un brillo peculiar y sus labios se encuentran rojos e inchados.

--Vaya, eres buena besando -habló coqueto sin despegar su mirada de mi rostro.

--Puedo decir lo mismo -le guiño el ojo, él me dio una sonrisa torcida.

--Hola hermanita -Jaden iba entrando a casa con su mochila colgada en la espalda y su uniforme deportivo ligeramente pegado al cuerpo.

--Hola -respondí tímida, Jaden posó sus ojos en Sergio y le dio una mirada curiosa.

--Hola Jaden, creí que nos dejarías la casa sola -dice sarcástico Sergio, mi hermano arquea una ceja sin comprender.

--Callate -le espetó molesta a Sergio.

--Creo que me voy -se encoge de hombros Sergio, y pasa por mi lado deteniéndose frente a mí, antes de que me dé tiempo preguntarle que, sus labios se pegan a los míos en un corto beso.

Se dirige a la puerta y sale por esta, desapareciendo.

--¿Que fue eso? -Pregunta Jaden con cara de pocos amigos.

--Te dije que tenía un plan, Jaden; necesito que confíes en mí. -Sus ojos y sus facciones no se suavizan, estoy en problemas.

--¿Y tus planes incluyen besarte con ese idiota? -En otras circunstancias se vería gracioso con su cabello oscuro alborotado, su uniforme sucio y sus lindos ojos mostrando molestia.

--En realidad si -me sorprende lo firme que lo dije.

--¿Que plan tienes? -Se cruza de brazos intrigado.

--Le voy a romper el corazón al idiota ese -digo con orgullo, Jaden abre sus ojos exageradamente.

--¿Que mierda quieres hacer? -La incredulidad presente en su tono de voz.

--Por su culpa Kensy se fue, él la lastimó y lo ha hecho con muchas chicas más. Es hora de que sienta un poco lo que él hace -Jaden asiente dudoso.

--No me parece la mejor idea, pero sé que nada serviría tratar de hacerte cambiar de idea. Si eso quieres sé que lo vas a lograr -se rinde y sube directo al baño.

Esto va a ser muy interesante...

El resto de mi día solo hice mis deberes, mis calificaciones eran muy buenas a decir verdad, pero la mayoría de la población estudiantil pensaba que obtenía esa notas porque me acostaba con los profesores.

Malditos ignorantes.

Tome un baño tardado como casi no solía hacerlo y solo cene un pan con una taza de café antes de caer muerta en mi cama.
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Por fin era viernes y tendría un buen fin de semana para descansar y dormir hasta que mi cuerpo lo necesitará.

Tenía dos meses que mis padres habían viajado a un negocio en Colombia, y hasta ahora solo me habían dejado un simple mensaje.

"Todo bien aquí, ojala estén igual en casa. Saludos a Jaden, besos Nikky."  

A Jaden le hacían llamadas de vez en cuando por ser el mayor y por estar a cargo de la casa.

--Vamos a la escuela Nicole -grita Jaden desde la cocina, ni que estuviera sorda.
Bajo corriendo para que no me deje.

--Deja de gritar, no estoy sorda -a veces Jaden podía ser un poco fastidioso.

--Nicole, ten cuidado con lo que haces con Sergio, por favor. -Asiento restándole importancia, tampoco estoy tan estúpida para acostarme con él.

Entro al colegio dirigiendome a mí casillero, me sorprende ver a Sergio recargado ahí.

--Buenos días Nicole -siento algo raro cuando lo escucho decir mi nombre.

Algo que si tenia que aceptar era que el muy maldito era demasiado atractivo.

Con su cabello negro, su piel ligeramente bronceada, sus ojos oscuros y esos labios tan suaves. Más su sudadera que se ajusta a su cuerpo y eso pantalones que...

--Estoy aquí -truena los dedos devolviendome a la realidad.

--Si, ya te vi -ruedo los ojos y finjo indiferencia.

--¿Por que estas sonrojada? ¿A caso recordaste nuestro beso de ayer? -Estoy por responderle cuando noto a alguien detrás de Sergio.

Mierda...
Dylan esta ahí parado con una cara que hace que me quiera morir.

--Puedo explicarlo -comienzo a avanzar hacia Dylan pero este se va corriendo.

--¡Eres un estúpido! ¿Como se te ocurre decir eso en voz alta? -Sergio sonríe maliciosamente.

--No hicimos nada malo como para callarmelo. Solo nos besamos, no es como que esté enamorado de ti. -Se encoge de hombros indiferente.

--Pero Dylan no tenía que saberlo -las cejas de Sergio se elevan y luego sonríe de lado.

--¿Aun quieres algo con él? Vaya chica.

--¿Tienes algún problema si así fuera? -Pregunto sintiéndome molesta.

--No, pero después de todo eres todos esos chismes que dicen de ti. -Sus palabras duelen y por un momento me dan ganas de decirle que él es solo un maldito juego.
Que solo quiero regresarle lo que hizo.

--Me importa una mierda si te crees esos chismes. Yo estimo a Dylan -en realidad sigo enamorada de él.

--Pero no puedes negar que yo te gusto... -Su arrogancia me fastidia así que solo le doy una sonrisa burlona y camino en busca de Dylan.

Lo encuentro sentado en el pasto del jardín trasero.

--¿Podemos hablar? Quiero explicarte -me siento a su lado temerosa de su respuesta, Dylan tiene las piernas cruzadas, la cabeza gacha y sus manos están cortando el pasto.

--No tienes que hacerlo, eres libre de besarte con quien se te de la gana -Su melancólica voz hace que mi corazón se apriete.

--Pero quiero hacerlo, porque tú eres muy importante para mí. -Su vista se centra en mí y agradezco estar sentada a su lado porque de lo contrario mis piernas se doblarian.

--¿Que me vas a explicar? ¿Que te besaste con Sergio? ¿Que yo ya no te importó? -El sarcasmo en su voz no me molesta, solo me duele escucharlo hablar así.

--Nada de eso, no te puedo contar todo pero te diré una cosa. Tú eres el chico del que sigo enamorada, y creo que eso va a seguir siendo por mucho tiempo.  -Sus ojos se abren al escuchar mis palabras.

--¿Lo dices en serio? -Pregunta con la voz esperanzada, asiento mirándolo con sinceridad.

--¿Quieres volver conmigo? Juró que será como empezar de cero -oh mierda, justo lo que no quería escuchar fue lo que salió de sus labios.

Me da una sonrisa de boca cerrada esperando mi respuesta. Nunca había deseado tanto desaparecer hasta ahora.

No quiero lastimarlo, no quiero verlo triste por ahí por mi culpa, el no se merece esto.

Abro la boca lista para responderle, todo lo demás se va ir a la mierda, pero no me importa.

¡Golpe bajo, preciosa! (En Edición) Where stories live. Discover now