--¿Qué vas a decirme? ¿Qué debo disculparme con mi madre? -pregunto sarcastica, los oscuros ojos de mi padre me miran tristes.
--No, quería decirte que tu madre y yo tenemos negocios separados...
--Y se van a volver a ir, para que no sepa de ustedes por otros 6 meses ¿No? -sus ojos se cristalizan, mierda, creo que me estoy desquitando con él.
--No, está vez ustedes vienen con nosotros -¿Cuando me volví loca para creer que nos quieren cerca de ellos?
--¿Ir con ustedes a otro país? -mi corazón se acelera, en el fondo lo que más deseaba era viajar con mi "familia" o lo que aún queda de ella.
--Jaden va ir con tu Madre a Chile, y tú irías conmigo a Colombia. Solo si ustedes quieren --su rostro se ilumina ante la mínima posibilidad de que si sea posible.
--¿Y que dice Jaden? -mi hermano no estaría muy feliz de dejar sus prácticas, ni sus partidos y menos a sus amigos.
--Eres la primera a la que le preguntamos, si tú aceptas le diremos a Jaden -mi padre se acerca a mí y toma mis manos entre las suyas.
--Papá irnos significa dejar toda una vida aquí, Jaden no podría y yo no soy lo suficiente egoísta para obligarlo -mi padre asiente comprensivo, físicamente se parece a mí, como Jaden a mamá. Pero en personalidades todos somos muy diferentes.
--Jaden podría buscar nuevas oportunidades en otros lugares, incluso le convendría. Solo piénsalo nena -asiento con una sonrisa en mi cara, me hace feliz que piensen en nosotros.
Mi papá se aleja y yo entro a mi habitación, mi teléfono empieza a sonar, en la pantalla aparece el contacto de Sergio. Respondo divertida.
--¿Es que ya me extrañas? -le pregunto burlona mientras me reviso las uñas, idiota ya sé que no me puede ver.
--La vida es muy mierda ¿No crees preciosa? --las palabras son arrastradas y si voz suena ronca.
¿Está ebrio?
--A veces... -respondo y de inmediato me arrepiento.
No puedo mostrarme blanda con él, porque entonces él me va a destruir a mí.
--¿A ti que te ha pasado? Si tú vida es la de una princesita. --las ganas de llorar y gritarle que no sabe nada de mí, me invaden. Pero trato de controlarme.
--Para tu información, hasta la vida de las princesas es imperfecta... -una risita se escucha de su parte.
--Pero tiene finales felices -habla con melancolía, una parte de mí se pregunta que le pudo haber sucedido a Sergio Roggers para que esté hablando conmigo sobre las princesas.
--Supongo... -digo luego de laconicos segundos de silencio.
--Así que Dylan y tú han vuelto ¿Eh? -ojalá hubiera podido saber la forma en que lo había dicho, pero su voz sonaba neutral.
--¿Quien te ha dicho eso?
--Alguien, también supe que hoy tendrán una cita -una risa involuntaria sale de mí.
--¿Y? -estoy muriendo porque me diga que está celoso, sería un gran paso.
--Y que si así es, te quiero lejos... -¿Qué mierda?
--Tú no puedes pedirme eso... A menos que estés celoso -una risita burlona suena
--Eso jamás va a pasar preciosa, pero yo no soy plato de segunda mesa
--Nunca dije que lo fueras...
--Si vas a estar con Dylan a mí me dejas de molestar, si no tienes nada con él podemos seguir divirtiéndonos --la insinuación es presente en su voz.
--No estoy con Dylan, solo vamos a hacer un trabajo -me arrepiento de darle explicaciones. No somos nada como para que yo le diga que hago con otros chicos.
--Así me gusta -y juro que está sonriendo en éste momento
--¿Dónde estás? --me atrevo a preguntar, sé que debe estar en algún bar
--En mi casa -responde después de varios segundos, ¿Borracho en su casa?
--¿Estás bebiendo en tu casa? -no puedo evitar sonar preocupada, al diablo. A mí no me importa que haga.
--Si, no me sorprendería que tú no conocieras el alcohol -no sabe con quién habla este chico.
--¿Por qué crees eso? -una sonrisa se dibuja en mis labios, en cuanto lo noto me sorprendo. ¿Por qué demonios estoy sonriendo?
--En tu mundo de caramelo donde todo es perfecto y rosa, seguro jamás te has emborrachado.
--Te falta conocerme -y antes de que responda se escucha un estrepitoso ruido, como de vidrios rompiéndose.
--¿Sergio? ¿Sigues ahí? --no escucho respuesta, nada.
--¡Sergio! -y la llamada se corta.¿Qué mierda fue eso?
Escucho la puerta abrirse, supongo que debe ser Jaden así que llegó a él corriendo.
--Me alegra que me hayas extrañado hermanita -sonrie fingiendo nostalgia
--¿Donde vive la hermana de Sergio? -pregunto sin rodeos, Jaden enarca una ceja
--¿Mi dulce y hermosa novia? -asiento extrañada por la manera en que se refiere a ella.
--La misma...
--¿Para que necesitas saber eso? -pone sus brazos en jarra mientras me cuestiona
--Necesito ver a Sergio -me encojo de hombros.
--De nuevo ese chico, Nikky ya te dije que él no te va a querer bien... -una sensación desagradable recorre mi cuerpo, la molestia es presente en mis ojos.
--¡Cállate! Tú no sabes nada Jaden, así que cierra tu maldita boca -sus cejas se elevan ante la sorpresa de la forma en la que le acabo de hablar.
--De acuerdo ya, te mando la dirección por mensaje. Pero calma tú mal humor mujer -le doy una mala mirada antes de salir de ahí.
El mensaje con su dirección me llega y su casa solo está a unas cuantas cuadras de la mía.
Pero yo no sé manejar y tampoco usar un colectivo. Mierda, si que era una chica mimada.
Para todo siempre hay una primera vez, así que voy a la parada de los colectivos, si pregunto seguro podré llegar.
En la parada había muchos colectivos, con letreros de los lugares a los que se dirigían, tome el que creí me quedaba más cerca de la casa de Sergio.
En el colectivo subieron varias personas, y un hombre de aproximadamente 30 años, atractivo pero asqueroso, su maldita mirada fija en mi me daba escalofríos.
Y así fue por todo el camino, hasta que me tocó bajar.Caminé algunas calles y avenidas, cuando por fin llegue a dónde quería, m sentí aliviada, pero estaba nerviosa por Sergio.
NA:
Hola amigos, aquí otra actualización 🤗
Ojalá les guste, nos vemos 😆
YOU ARE READING
¡Golpe bajo, preciosa! (En Edición)
Teen FictionSeguro, arrogante, pervertido, meticuloso, calculador, celoso, cruelmente honesto y posesivo pero con el corazón más puro que puede haber. Sergio Roggers es el típico idiota rompecorazones, hasta que recibe su merecido de quien menos espera: la zor...