13

2.5K 130 4
                                    

Mi día había empezado de la mierda y lo único que quería era que terminara, alguna veces en eso consistían mis días; en esperar que todo terminara.

Entro a clases ignorando algunas burlas, miradas feas de la chicas y piropos vulgares de los chicos.

¿Es que no pueden ser un poco lindos?

Sergio entra al salón, radiante y guapo como de costumbre, las chicas le dan miradas coquetas mientras los chicos se limitan a ignorarlo o a mirarlo mal.

Hasta en el grupo masculino hay envidia, aunque no lo crean.

Sus ojos se cruzan con los míos, me dan ganas de pararme y gritarle que es un idiota. Pero entonces me doy cuenta que eso sería egoísta.

No tengo porqué pedirle explicaciones, no puedo obligarlo a que me agradezca el haberlo ayudado ayer, apuesto que no siquiera sabe que fui yo la que lo dejo en el hospital.
Para mi sorpresa de sienta a mi lado, saca su libreta y se coloca sus audífonos.

¿Qué pretende?

Sin prestarle atención comienzo a leer los apuntes de mi cuaderno, de repente alguien lo cierra de golpe asustandome. Y si, tenía que ser... Sergio.

--¿Por qué hiciste eso? -le pregunto molesta, me mira neutral

--Estoy molesto -responde aún con la mano sobre la tapa de mi libreta, lo miro divertida.

--¿Y yo que tengo que ver? -eleva ambas cejas y suspira.

--Tú tienes todo que ver -ok, es el chico más complicado.

--A ver si de nuevo tuviste un mal día por la chica entrometida o fue por tu nueva novia, no es mi problema. No te desquites conmigo. --su ceño se frunce sin comprender, a este paso ya estamos confundidos ambos.

--¿Celosa? -lo pregunta de una manera tan seria que me pone los pelos de punta, niego con la cabeza.

--No, a decir verdad no me interesa con quién salgas.

--Pero a mí si, así que explícame porque te besaste ayer con Dylan -ay por Dios, esto no puede ser verdad.

--¿Qué te importa? -le sonrió de lado, su mirada penetrante sigue fija en mi rostro.

--Ya te dije que me vale mierda si tienes algo con Dylan, pero si es así ya no quiero saber de ti. Así que vengo a que cortemos por la paz todo nuestro jueguito. -vaya chico ardido.

Justo cuando creí que dábamos un paso no, al contrario. Creo que estoy retrocediendo en mi plan.

--No tengo nada con Dylan... -respondo fastidiada, Sergio asiente.

--Me nos mal, porque quiero que solo me beses a mí.

--Si vas a poner reglas, quiero igualdad --Sergio suelta una ligera carcajada.

--¿Me estás prohibiendo verme con más chicas? -pregunta sorprendido.

--Así como no quieres ser plato de segunda mesa y no quieres que me acerque a Dylan. Quiero lo mismo -le doy una mirada desafiante, él niega con la cabeza.

La clase comienza, todas transcurren sin imprevistos.

El receso pasa rápido y como todos: aburrido.

La última clase esta por comenzar así que me apresuró a entrar al salón, pero para mi sorpresa Sergio ya está ahí.

--¿Tampoco hiciste la tarea? -le pregunto divertida, sonrió negando con la cabeza.

Tengo que aceptar que me gusta su sonrisa, solo un poco.

--Solo venía a decirte que está bien, acepto.

--¿Qué aceptas? -odiaba cuando me hablaba y yo no entendía, a veces era lenta.

--Lo que tienes de hermosa lo tienes de lenta -una carcajada sale de sus labios, idiota. Pero sin poder evitarlo yo también ya me estoy riendo.

--Eres un grosero -le digo cuando terminó de reírme.

--El punto es que acepto no salir con chicas si tú y yo tenemos "algo" -acaba de aceptar que tenemos algo, que alguien me golpee porque no lo creo.

--¿Y que se supone que tenemos exactamente?

--No sé, pero me gusta y vale la pena dejar a otras chicas. Simplemente me da mucha curiosidad saber de ti -se encoge de hombros.

--¿Así que seremos exclusivos?

--Si, quiero divertirme solo contigo -y es la primera vez que no hay sarcasmo, ironía o malas intenciones en su comentario.

--Pues vamos a intentarlo... -me acercó a él con una sonrisa de idiota, ya caiste Sergio.
Pone sus manos en mi cintura, sus ojos en mis labios, y sin pensarlo demasiado unimos nuestros labios.

--¿Vas a seguir negando que no hay nada entre ustedes? --la voz de Dylan me tomo por sorpresa, me separo de golpe de Sergio.

Dylan no me mira a mí, está viendo a Sergio. Y juro que jamás lo había visto así, parecía lleno de furia.

--No lo va a negar, somos novios ¿Feliz? -responde Sergio por mí, Dylan luce enojado, pero sé que por dentro está dolido.

Me dan ganas de correr a abrazarlo y explicarle todo, sin embargo no lo hago.

--¿Es cierto Nikky? -pregunta Dylan posando sus ojos en mi directamente. Siento la presión de la mirada de Sergio esperando que responda.

Estoy tan cerca de conseguir lo que quiero, que tendré que hacer un pequeño sacrificio. Todo sea por mí mejor amiga.

--Si, es verdad --Sergio sonríe satisfecho mientras Dylan solo agacha su cabeza.

--¿Podemos hablar a solas Nikky?

--No te quiero cerca de mi chica, adiós risitos de oro. -le doy una mala mirada, rueda sus ojos y termina aceptando.

Dylan y yo nos alejamos un poco.

--¿Ya no sientes nada por mí? -pregunta cambiando su triste rostro a uno serio.

--Dylan siempre te voy a querer, pero...

--Pero lo quieres más a él, ya entendí -asiento y antes de que pueda responderle se aleja.

--Vaya chico insistente ¿No? -quiesiera borrar esa sonrisa socarrona del rostro de Sergio, pero me limito a asentir irritada.

--Debo irme --Sergio asiente, se acerca a mí y sus labios se juntan con los míos.

No duró mucho ese beso, lo cual me desagrado.

Si, era consciente de lo que acababa de pensar. Pero el hecho de que me gustará como besaba no tenía que ver con que él me empezaba a gustar.

¿Verdad? 

¡Golpe bajo, preciosa! (En Edición) Where stories live. Discover now