Capítulo Veinticinco.

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-Quiero que te cases conmigo.- Murmuró él, en la mañana cálida.

Ella lo miró de soslayó, e inclinando un poco la cabeza, preguntó:

-¿Por qué?

Nico la miró, algo extrañado para ser sincero. Esa era una reacción... Interesante, a decir verdad.

Es decir, se esperaba muchas otras reacciones de su parte, -Llanto, gritos, hasta enojo.-Pero que lo mirará con una cara casi de aburrimiento y le preguntase el por qué, como esperando que le dijese algo realmente novedoso... Bueno, eso no era realmente predecible.

-¿Cómo que por qué?- Dijo él, sentándose en la cama de Veronica, algo descolocado por lo demás.- Ronnie, te estoy pidiendo que te cases conmigo, y lo único que haces es preguntar por qué.

-Lo sé.- Ella se incorporó en la cama, sentándose a su lado y mirándolo a la cara.- ¿Por qué quieres eso, Nico? ¿Por qué quieres que me case contigo?

-Te amo.- Respondió él.- Te amo, y quiero que te cases conmigo, ¿Qué es lo que no entiendes?

-Nico...-Ella tomó suavemente una de las manos de su novio.- Sé que me amas, y yo te amo a ti, de eso no ha duda, pero hace cinco meses jamás se te hubiese cruzado por la cabeza pedirme matrimonio y... Dioses, Nico, creo que ni hace tres meses se te hubiese ocurrido.

-¿A qué quieres llegar?- Dijo, al notar como se ponía nerviosa, y se tensaba en la cama.

-¿Me estás pidiendo matrimonio por el bebé, Nico?- La luz del sol se filtraba por las cortinas, y Nico estaba seguro de que jamás la había visto tan hermosa. El sol hacía su piel brillar, junto con sus ojos, estaba aún sonrojada e intentaba tiernamente cubrir su desnudez.

Nico estaba seguro de que, por algún motivo, siempre se veía hermosa cuando iba a romperle el corazón. Esa vez, no sería la excepción, estaba seguro. 

Algo en ella la hacía verse más hermosa cada vez que hacía o decía algo que le iba a doler a él.

-¿Y qué si así es?- Le preguntó, a la defensiva.- Vas a tener a nuestro hijo, Ronnie, y te amo. Déjame hacer las cosas bien... No veo lo malo en pedirte que te cases conmigo y que estés embarazada.

-Es que no me estas pidiendo matrimonio y estoy embarazada,-Levantó la mano a su rostro, y ordenó un poco su cabello.- Me estas pidiendo matrimonio por qué estoy embarazada, ¿Ves la diferencia?

-Yo...- Se quedo en silencio.

-Nico, no creo que...

-Cásate conmigo.- Le dijo, mirándola a los ojos.- De verdad, esto es totalmente en serio... Quiero que nos casemos.

-No.- Respondió ella, suavemente.

Nico se quedó en silencio. 

Le había dado mil vueltas al tema, inseguro y asustado de cómo reaccionaría ella, pero finalmente había decidido hacer las cosas bien y quería que ella se casara con él. Jamás espero que ella cuestionara sus motivos para pedirle matrimonio, ni que le dijese que no... En su mente, era casi un hecho que ella aceptaría.

-Mi amor,-Acarició su rostro, al ver cómo se veía tan triste de repente.- Tú sabes que si no fuera por el embarazo no me estarías pidiendo matrimonio ahora.

-¿Por qué no?- Nico la miró, con los ojos irritados.

-Si yo no estuviera...

-No.- La interrumpió.- No es eso, dime la verdad. 

-Yo...-Se quedó en silencio.- Yo prefería hablar de esto en otro momento.

-¿Qué es "esto"?- No lo miró.- ¿Veronica?

Blind Spot, Weak Spot. (Di Angelo)Where stories live. Discover now