Capítulo Veinticuatro - Primera Parte

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Su madre le fue a decir que un joven la esperaba en la puerta. Ni siquiera se había despertado por completo aún, cuando dicho joven entró por la puerta de su habitación.

¿Acaso su madre era tan ingenua? Embarazada y todo la dejaba a solas con un chico en su cuarto, con razón nunca fue difícil convencerla de que estaba en lo de Anaís cuando en realidad estaba con Nico. Bueno, por otro lado, su madre no tenía idea de cómo estaban las cosas entre la mayor de sus hijas y el novio de la misma. Por supuesto, sabía que algo estaba mal, pero no sabía cómo el personaje que había dejado entrar en su casa tenía que ver con eso.

-Hey.- Percy se veía demasiado incomodo, tanto que a Veronica casi le daba risa verlo así.

-Hola.- La joven se sentó en su cama, con los pies apoyados en el piso.- ¿Qué haces aquí?

-Yo... Necesito tu ayuda.- Se sentó junto a ella en la cama.- Estoy un poco confundido.

-¿Qué tengo que ver yo con que tú estés confundido, Percy?- Le sonrió, intentando evitar pensar que Percy estaba confundido con lo que ella creía que estaba confundido.

-Primero necesito que leas esto.- Le entregó algo que parecía un pequeño paquetito. Cuando lo tuvo entre sus manos, Veronica notó que más que un paquetito eran dos hojas de papel dobladas en cuatro, que dentro traían una pequeña bolsita de tela.- Me dijeron que tenías que ver lo que había ahí luego de leer la carta.

-Está bien.- Dejó la pequeña bolsita a un lado, y comenzó a desdoblar los papeles.

-Será mejor que espere en algún otro lado.- La detuvo, antes de que ella comenzara a leer.- Creo que... Es mejor darte privacidad.

-Puedes esperar en la sala, si de verdad quieres salir.- Se veía incomodísimo en aquella situación, y ella no estaba muy cómoda tampoco. Es decir, primero que durmieron juntos, luego que el bebé es tuyo, y luego le dice que no es suyo... Las cosas habían sido demasiado entre ellos dos, y eso que se conocían hace menos de cuatro meses.

-La verdad, -Percy miró sus manos un segundo.- Esperaba irme y volver mañana. De verdad, hay mucho que procesar en esa carta, Ronnie.

-Está bien.- Dijo ella, con una sonrisa gentil.

Percy salió rápidamente, pero a la vez de manera forzosa. Lo confundía estar cerca de ella, y sabía que no era sólo por sus poderes como hija de Ate. Sus recuerdos habían sido confusos nuevamente, durante las horas previas a verla de nuevo. Ya no sabía si era Nico o él quien la había dejado embarazada, y tampoco estaba seguro de sus sentimientos por ella... Aunque eso ya era muy incierto desde antes.

En fin. Percy cerró la puerta tras de sí, y Veronica se dispuso a leer la carta que estaba entre sus manos.

"Hace mucho que no escribo una carta, especialmente a mano. Sé, sin embargo, que en un comienzo no es usual identificar el nombre de remitente, pero estoy casi seguro de que Percy no te dirá de quién es. Soy Nico."

Frunció los labios por un segundo, y alejó la vista de la carta que reposaba entre sus manos. 

No sabía si quería seguir leyendo ahora. Con sólo recordar lo que decía la otra carta de Nico... Es decir, había sido bastante doloroso leer como ya no la amaba, de que la imagen que él tenía de ella como persona ya no valía nada, de como sinceramente esperaba que las cosas entre Percy y ella salieran bien... En fin, estaba dolida.

Pero un detalle hizo que la curiosidad de la joven de ojos verdes alegara. Ahí decía que hace mucho que no escribía una carta.

Se animó a seguir leyendo, para poder saciar su curiosidad, pero al mismo tiempo se prometió dejar de leer si algo de lo que allí había escrito le dolía, como la otra carta... Carta que, vale la pena mencionar, había leído más de una vez, de forma casi masoquista.

Blind Spot, Weak Spot. (Di Angelo)Where stories live. Discover now