Capítulo 110 (+18)

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—Eres una diosa, mi vida. ¿Cómo no me va a gustar todo lo que te pones? Y cuando no te lo pones... —le robó un beso y suspiró—, pues ni se diga.

—¿Me vas a explicar por qué tanto misterio y a qué se deben las sorpresas? —inquirió cruzando sus brazos detrás del cuello de Elliot. 

—Ya lo verás —respondió, entendía que después de lo que les dijo Allan olvidara su aniversario por lo que su única intención era que ambos pudieran pasar una noche inolvidable—. Te vendaré los ojos.

—¿Otra vez?

Él asintió y le ató una venda color negro en los ojos.

Salieron de la habitación y habían más pétalos de rosas en el pasillo. Bajaron por las escaleras, donde habían más pétalos, muy despacio para que Liv no resbalara.

—¿Cenaremos fuera de la casa? —preguntó al sentir que él abría la puerta corrediza de vidrio que daba a la piscina.

—Ajammm —respondió y besó su mejilla.

—¿Todo el piso esta lleno de pétalos? 

—Ya lo verás. Por el momento déjate llevar por lo que sientes.

—¿Puedo ver ya? —preguntó ansiosa—. Voy a caerme. ¿Y si me mareo?

—Claro que no te vas a caer porque yo te estoy llevando y no dejaría que pase —rió por su insistencia—. Sé que no te estás mareando. Ya llegamos. Ahora bajemos con cuidado estas escaleras.

—Son las que dan a la playa.

—Que perceptiva, Teniente.

Continuaron caminando, ambos seguían sintiendo los pétalos de rosas a sus pies. Llegaron hasta donde ya estaba armada la sorpresa y Elliot sonrió, había quedado tal y como lo había explicado. Él sólo había estado hasta la mitad de lo que armaban y se había tenido que ir a vestir a la habitación.

En la arena, unos metros lejos de la casa estaba una mesa y dos sillas. La mesa y las sillas estaban instaladas justo en el medio de un corazón formado con velas, dentro del corazón habían más pétalos de rosas rojas. Sobre la mesa ya estaba servida la cena y la botella de la bebida espumosa que había puesto a enfriar horas antes.

 Sobre la mesa ya estaba servida la cena y la botella de la bebida espumosa que había puesto a enfriar horas antes

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Elliot quitó la venda de los ojos de Liv y ella recordó la fecha que era y lo que estaban celebrando.

"Es nuestro aniversario... y lo olvidé por completo." pensó con tristeza y varias lágrimas bajaron por sus mejillas. —Lo siento —susurró y se giró para abrazarlo, pegándolo a su cuerpo lo más que su barriga permitía.

—Shhhh... mi vida, no llores —acarició su espalda y besó su cabello.

—Lo olvidé.

—No importa, cariño.

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