Capítulo 14

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Todos estaban en la sala de espera mientras Elliot entraba a cirugía en el Hospital Mercy. Olivia no podía dejarse de culpar por lo sucedido.

"Debí ordenarle que saliera. ¿Qué haré sin él? No se puede ir de mi vida otra vez" se decía ella con lágrimas en los ojos.

—Hey Liv, toma —dijo Fin entregándole un té a su amiga—. No te hagas esto... no es tu culpa —agregó sentándose a su lado.

—Debí sacarlo de ahí. Todos tenían sus chalecos... yo... yo no debí permitir que siguiera sin uno.

—Él no querría que te culpes por sus actos.

—Va a estar bien. Se tiene que poner bien... él... él lo dijo —susurró tratando de calmar sus lágrimas y levantándose de la silla—. ¡Oh Dios! Tengo que llamar a sus hijos. Ellos tienen que saberlo —caminó de un lado a otro preocupada por la reacción de los Stabler.

—Nosotros nos encargamos teniente —ofreció Carisi. Liv vio a Fin y éste asintió, como forma de decirle que él hablaría ya que lo conoce de hace mucho más tiempo y conoce a los hijos de Elliot.

Los minutos se estaban haciendo eternos. Todos estaban preocupados por la salud de Elliot. Había perdido mucha sangre. Tenía mucho tiempo dentro y nadie salía para dar información sobre su estado.

Los hijos de Elliot llegaron 2 horas después y seguía sin haber noticias de él. Todo estaba pasando tan rápido. Kathy no había llegado con ellos. Al parecer llegaría después y sus hijos la mantendrían informada. Al llegar abrazaron a Liv y esta seguía llorando aún más. Minutos después apareció Tucker.

—Olivia, ¿cómo estás? —preguntó preocupado por su pareja.

—Yo... sólo... es mi culpa —terminó de decir. Sólo pudo abrazarla y decirle que todo iría bien, aunque se sentía incómodo por como ella estaba sufriendo. Sabía que eran cercanos, amigos, compañeros por 12 años pero al verla así tan destruida sólo podía imaginarse que no era solo cariño el que sentía por aquel hombre, era mucho más que eso.

—¿Familiares de Elliot Stabler? —preguntó por fin el doctor dirigiéndose a todos.

—Nosotros —dijeron sus hijos al mismo tiempo.

—¿Cómo está él? —preguntó Liv limpiando sus lágrimas y parándose nuevamente de la silla, librándose de los brazos de Tucker.

—No quiero mentirles...

"No, no, no, él dijo que estaría bien y así no empieza una buena noticia" pensaba Liv volviendo a soltar pequeñas lágrimas.

—Ha perdido mucha sangre. La bala estuvo a punto de rozar una arteria del corazón. Perforó el pulmón. Las 24 horas siguientes son decisivas. Realizaremos una nueva transfusión de sangre.

—Yo... Él es de mi tipo de sangre, puedo donar —dijo ella con voz inaudible y nerviosa.

—Tenemos su tipo de sangre disponible pero pueden donar si desean —dijo el doctor retirándose de la sala de espera.

—¡Espere! ¿Podemos verlo? —preguntó Maureen, la mayor de los Stabler.

—Por el momento no. Ya les avisaré.

Liv estaba tratando de ser fuerte, de no llorar más pero después de lo que dijo el doctor no lo logró. Se fue a un rincón del pasillo, lejos de todos a llorar. "Tienes que estar bien" repetía ella para sí misma. No quería que nadie la viera. Tenía que tranquilizarse para regresar con todos.

—Hola Liv —dijo Kathleen acercándose.

—Lo siento...

—Él estaba feliz. Está feliz de estar aquí —se corrigió el "estaba" porque su padre va a estar bien se repetía también.

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