Fix Me {Leo Valdez}

11. ¡Es sólo un pequeño gesto!

-No, está bien, no te preocupes. Claro que te servirá para que recuerdes mi olor –sonreí con la misma sonrisa que hacía que la gente desconfiara de mí, y me alejara los objetos punzantes- Así no hará falta que me extrañes, y mi hermoso aroma estará siempre acompañándote. –le guiñé un ojo.

-No me entusiasma tanto la idea de llevar encima olor a caca de centauro –nos echamos a reír.

Ahí volví a reparar en su apariencia el día de hoy, mi desarreglada camisa le quedaba muy bien, de hecho.

-Te ves realmente mal- le dije, luego instintivamente me tapé la boca. ¿Qué rayos había sido eso?

-¿Qué? –me preguntó algo confundida, por suerte no había escuchado bien.

-Dije que te ves realmente mal –dije, ¡pero yo no quería decir eso!

Ella se sorprendió, y desató su trenza.

-Creo que tienes razón, no se me veía bien –me dijo en tono neutro, claramente dolida.

-¡No! –jadeé. Que frustrante era esto, ¿Afrodita por qué? ¿Qué hice yo?

“Ya sabes lo que tienes que hacer, hijo de Hefesto” pude oír su voz en mi mente.

-Leo, ¿qué te ocurre? –preguntó- ¿Estás ocupado? ¿Quieres que me vaya?

- Sí –dije instintivamente. ¡No! No, no, no, no, no. Una vez más, no quería decir eso- Vete -¡Quédate!

-De acuerdo  –sus labios carnosos se volvieron en una línea fina, y comenzó a irse, luego rápido se dio vuelta y agregó:- Gracias por llevarme a mi cama anoche –luego se fue.

Instintivamente, golpeé mi cabeza contra la pared.

Nada podía ponerse peor.

Maldije por lo bajo, ¿por qué Afrodita me hacía esto?

“Leo Valdez, ya te lo había advertido” oh genial, la señorita corazón de miel había vuelto.

“¿Por qué es esto necesario?” pregunté abatido.

“¿La amas realmente?” hubo una pausa “Por cierto, ¡fue muy tierno eso que hiciste por ella! ¡Se han convertido en una de mis parejas favoritas!” suspiró “Es una de las razones por las que hago esto”

“Parece que intentas separarnos”

“Oh no, sólo te pongo a prueba”

“¿Cómo es eso?”

“¿La amas lo suficiente como para desprenderte de la reina de Ogigia contándole su pequeña historia de amor?”

“Mi relación con Calipso y mi relación con Alice es totalmente distinta…”

“¿Cuál relación?” preguntó enojada “Estuviste en Ogigia una semana aproximadamente, conoces a la descendiente de los poderes de Clairé desde hace un mes, si no me equivoco”

“Aun así…” titubeé.

“De acuerdo, entonces mejor hago que la hija de Apolo se enamore de ese tal Jake Mason, sería mucho más práctico, ¿no crees?”

“¿Qué? ¡No!” protesté, eso era absurdo.

Pude escucharla reír en mi cabeza, aunque más bien sonó como un eco.

“Ya veo. Entonces quieres seguir con esto de insultarla en lugar de hacer los cumplidos que quieres hacerle”

“¡Por supuesto que no! Ya he logrado que se enoje conmigo por tu culpa”