Capítulo 75 (Olivia Benson)

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—Teniente, debería de estar tranquila—me dice Hank por quinta vez en lo que va del día.

Todos me han dicho lo mismo a lo largo de la última hora, a partir de que vi a Danielle en el elevador. La cosa es, que no puedo tranquilizarme, porque hoy es el día en que sabré si Danielle se irá de mi lado o volverá a casa. Yo quiero que vuelva a casa, todos los de la Unidad lo deseamos, pero esa decisión no está en nuestras manos.

—Liv, quiero decirte algo, en vista de que no puedes estarte tranquila—miro atentamente al Sargento de Chicago—. No sé quién sea tu hija, ni que esté pasando con ella, pero lo que te puedo decir con certeza es, que nunca había visto que alguien tan joven armara una operación como esa, ni su forma de sacrificarse por ti y Stabler.

Sus palabras me dejan perpleja. Nunca había pensado sobre la situación de ese modo. ¿Lo que quiso decir Hank es que Danielle saldrá libre y que es una mente brillante?

—Muchas gracias por esas palabras acerca de mi hija. Le informaré sobre ellas si vuelvo a verla—la sonrisa que aparece en mi rostro es triste. Aún no hay noticias de ella o Asuntos Internos.

En lugar de que Hank responda, él mira la puerta de mi oficina y la abre para ver que sucede afuera. Se escucha mucho alboroto, aunque no sé a que se deba. Seguro es una víctima pidiendo respuestas sobre su caso o algo parecido.

—¿Qué sucede, Sargento?

Hank voltea a verme con una sonrisa que podría comerle las orejas con facilidad. Yo arqueo una ceja, provocando que él ría un poco. Es muy extraño ver a Hank reír.

—Teniente, hay alguien allá afuera que quiere verla.

—¿Quién es? Porque en este momento no tengo tiempo para atender muchos problemas debido a mi estado de ánimo—acabo mi pequeña frase con un suspiro.

—Tiene que salir, es alguien que ha deseado ver desde hace tiempo.

¿Será Danielle?

Me levanto de mi silla con rapidez y camino hasta la puerta donde, para salir, empujo a Hank hacia un lado. Al salir de la oficina me encuentro con una serie de personas abrazando a una mujer joven un poco más alta que yo, de cabello oscuro y ojos del mismo tono, con una sonrisa radiante como el mismo sol. Mi hija.

Me abro paso entre todas las personas que la saludan hasta llegar a ella. Mi hija me sonríe y nos damos un fuerte abrazo. Algunas lágrimas salen de mis ojos mientras Danielle me susurra "lo siento" varias veces. Un minuto después unos brazos fuertes nos rodean a mi hija y a mí.

—Al fin, juntos de nuevo—dice Elliot.

—No me gusta arruinar momentos felices, pero necesito que me ponga atención, Teniente Benson.

Los tres nos separamos al escuchar la voz del Capitán Tucker. Él nos sonríe a los tres y me tiende un fólder color beige. Yo lo recibo, pero su voz me detiene al intentar abrirlo. Miro a Tucker con una ceja arqueada al igual que Elliot.

—Son los documentos de un nuevo detective que trabajará para tu Unidad—me dice serio—. Ese nuevo detective se presentará mañana a las 4:00 p.m. en este lugar y hasta esa hora puedes abrir esta carpeta. ¿Quedó claro?

Yo suspiro resignada y cierro bien el folder.

—Sí, Capitán.

—Ahora, disfrute a su familia, es una orden—él nos sonríe y comienza a caminar hacia el elevador.

—Madre—dice mi hija y yo la miro fijamente—, lo siento.

Yo sonrío tiernamente y le doy un beso en la frente.

—No hay nada que sentir. Lo que importa es que sigues con nosotros, aunque después tendrás que contar todo y también tu cómplice Amanda Rollins.

Todos miramos a la rubia que se encuentra preparando una taza de café. Ella alza los hombros nerviosa y todos reímos.

Más personas se acercan a mi hija para estrechar su mano y felicitarla por lo que hizo. Cómo hay mucha gente, Elliot y yo vamos a donde Amanda, quien está algo solitaria. También nos preparamos una taza de café.

—Todo ha vuelto a la normalidad, ¿no?—nos dice Amanda con una sonrisa.

—Parece que sí, aunque aún me falta reprenderte por haberla ayudado—le digo y ella me sonríe nerviosa.

—Da igual que me reprendas, porque ella nos ha superado y yo la ayudé a hacerlo—la sonrisa de Amanda se tornó orgullosa, lo cual genera un poco de confusión en Elliot y en mí.

—¿A qué te refieres?—pregunta mi esposo.

—Creo que ella nos ha superado a pesar de que llevamos varios años siendo policías. ¿Ustedes hubieran ideado y ejecutado una operación para atrapar a un narcotraficante y ex-sicario a la edad de diecinueve años?

Elliot y yo nos miramos, concluyendo que nunca lo habríamos hecho.

—Hicieron bien su trabajo como padres, aunque aún siguen con el mismo—afirma Amanda, volviendo a confundirnos.

—¿Ahora que nos quieres decir?—vuelve a preguntar Elliot.

—Danielle heredó su valor, su instinto policiaco, el sentimiento de querer proteger lo que le importa a toda costa. Creo que ya sé porque eran los favoritos de Cragen a pesar del extenso expediente que tienen.

Amanda se alejó de nosotros para ir a sentarse a su escritorio. Elliot y yo volvemos a mirarnos, nos sonreímos y tomamos de la mano.

—Gracias por haber vuelto a mi vida hace seis años—le digo con toda sinceridad.

—No hay nada que agradecer, Liv—él me aprieta ligeramente la mano.

—Si tú no hubieras regresado, creo que nada de lo que tengo ahora sería posible. Mis hijos, mi trabajo, nuestro matrimonio.

—Después de todo, siempre he estado para apoyarte, exceptuando algunos años donde actué como cobarde, pero ahora lo hago, y creo que siempre seré la relación más larga que has tenido con un hombre, ¿no es así?

—Así es, Elliot Stabler, así es.

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Bueno, este ha sido el último capítulo de Viviendo con los Benson :'( Espero que les haya gustado mucho la historia, que ustedes y yo hemos forjado a lo largo de 2 años, ¿pueden creerlo? :O

Todavía no quiten esta historia de su biblioteca, que aún falta el epílogo por publicar, y les conviene leerlo, es el broche de oro para cerrar este fanfic.

No tienen idea de cuánto los amo.

Nos leemos en el epílogo <3

Dejen un voto y un pequeño comentario, eso me encantaría demasiado :D

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