Capítulo 2

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―Liv, es hora de levantarse―escuché que decía la voz de Fin.

            Abrí los ojos lentamente y vi como la niña de cabello y ojos café oscuro que saqué de la escena del crimen abrazaba a Noah. ¿Qué tenía esta niña que podía atrapar a cualquiera? Ya me había atrapado a mí y a Amanda, aunque para ella hay una razón demasiado desgarradora.

            Me tallé los ojos para ahuyentar el sueño y me senté en la cama a observar un poco más a las dos criaturas. Seguían profundamente dormidas. Sonreí para mí misma y me levanté para ir a mi oficina. Fui a la cocina a prepararme un café, más tarde le diría a alguien del equipo si me acompaña a comer algo si es que no tenemos que ir a algún lugar.

            Mientras me preparaba el café, me sentía extraña entre todas las personas del departamento. Todos tenían ropas limpias y yo las del día anterior. "No tiene que afectarme, sólo piensa que trabajaste sin cesar toda la noche hasta el amanecer" me repetía a mí misma.

            Fui a mi oficina de nuevo con mi café. Encendí mi computadora para checar si no tenía algún correo de Rafael Barba sobre nuestros casos pendientes. No había alguno de Barba, pero si uno de Sonny y otro de alguien desconocido. El de Sonny decía:

            "Liv, sigo en la escena del crimen. Hay varios documentos que revisar y sigo en eso desde que empezamos a registrar el apartamento. ¿Podrías mandar a alguien a ayudarme? Es demasiado trabajo y si podemos acabar con esto cuanto antes mejor."

            Después de leer el correo de Sonny, tomé mi celular para llamarle.

            ―Carisi―dijo él después del segundo tono.

            ―Hola Sonny, ¿todavía no acabas?

            ―No, aún no. Fui al estudio para checar los papeles de la casa, así como otros, pero al entrar me llevé una gran sorpresa. Hay cinco archiveros repletos de carpetas con documentos.

            ―Mandaré a alguien en una hora a ayudarte, tal vez incluso vaya yo.

            ―Olivia, tú tienes que cuidar de la niña que aún no sé quién es.

            ―Yo tampoco lo sé, aún no despierta.

            ―Después de lo que vivió debe de estar cansada.

            ―Ya lo creo. Te dejo Sonny, tengo que trabajar.

            ―Igual yo.

            Colgué y fui a ver a Noah. Él seguía dormido, pero la niña ya había despertado. Estaba viendo a Noah desde la cama contigua, donde yo había dormido. Me senté a su lado.

            ―Hola pequeña―dije con una sonrisa sencilla.

            ―Buenos días―dijo ella volteando a verme―, es un niño muy tierno.

            ―Es mi hijo Noah.

            ―Debe de ser una madre muy buena para tener un hijo tan tierno―en sus ojos oscuros se notaba lo buena que esta niña, lo tierna y lo gentil.

            ―¿Cómo te llamas?―dije tomándole una de sus manitas.

            ―Danielle.

            ―Bueno Danielle, ¿te gustaría desayunar algo?

            ―Sí, por favor.

            ―Ven conmigo.

            Me levanté de la cama y cargué a Noah, después le tendí una mano a ella y salimos de la habitación. En cuanto Amanda y Fin nos vieron, se acercaron rápidamente.

Viviendo con los BensonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora