Capítulo 33 (Elliot Stabler)

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Hoy fue domingo familiar, acabamos de llegar a casa desde el centro comercial porque fuimos a comprar algo de ropa para ir a la boda de Kathleen. Hoy fue la primera vez que vi a Olivia emocionada por ir a la celebración. Eso me hace feliz, porque de ese modo sé que ya no le importa Kathy, o tal vez si pero ya no lo demuestra.

Estoy en nuestra habitación esperando a que Olivia salga del baño porque le pedí que se probara el vestido que se compró. No tengo ni la menor idea de qué color sea la prenda, sólo espero que combine con la corbata que compré esta tarde. Después de un rato, Olivia sale del baño y yo comienzo a volverme loco. El vestido de Olivia es azul marino, sin tirantes y se ajusta muy bien a sus curvas. Su pecho, su cintura, su cadera, todo. Me alegra que su vestido combine con mi corbata, que es azul claro.

Me acerco a Olivia y coloco mis manos en su cadera, atrayéndola hacia mí. Le beso los labios, saboreándolos cada segundo que tengo disponible para hacerlo. Cuando me separo de ella, fijo mis ojos en los suyos, que me miran expectantes. Cualquier persona podría perderse en los ojos de Olivia, sobre todo con esa mirada.

―Te ves hermosa―dije y ella se ruboriza.

―Gracias, aunque tú no te quedas atrás―dijo ella enredando su mano en mi corbata de color verde militar, ya que no me he quitado la ropa del trabajo.

―Es bueno saberlo―y de un modo a otro, ya estaba tumbado sobre la cama.

Olivia se acostó a mi lado y yo me giro hacia ella. Se ve tan hermosa que me tiene hipnotizado. Pongo una mano en su trasero y la atraigo hacia mí, haciendo que nuestras partes íntimas estén en contacto. Liv se frota un poco contra mí. Con una mano sujeto la barbilla de Olivia y comienzo a besarla, pidiendo acceso a su boca, que ella me concede inmediatamente. Con la mano libre empiezo a recoger el vestido en un dobladillo.

Cuando lo tengo lo suficientemente recogido, acaricio el muslo de Olivia y voy subiendo hasta sus bragas. Acaricio su trasero por encima de la tela y ella roza su pelvis con la mía una y otra vez. De pronto, se escucha un grito.

Olivia y yo nos separamos de manera abrupta. Ella se quita el vestido rápidamente y se pone una bata. Los dos salimos de la habitación para ir a la de los niños.

Danielle se mueve frenéticamente sobre la cama mientras aprieta los párpados. Olivia de inmediato se acerca a ella y la toma por los hombros. La sacude con fuerza para despertarla, pero una pesadilla tiene capturada a Danielle.

―¡Danielle, despierta!―grita Olivia sin dejar de sacudir a Danielle.

―No lo haré más, no lo haré más, por favor, papi, no me pegues―dice Danielle, atrapada por el mal sueño.

―Dani...

―¡Olivia! ¡Ya no por favor!

Olivia soltó a Danielle y se tapó la boca con una mano. Danielle abrió los ojos, está llorando. Miró a su futura madre, petrificada.

―¿Olivia?―preguntó Danielle con su voz cargada de temor mientras se sienta en la cama.

―¡Mi niña!―exclamó Liv y la abrazó fuertemente. Danielle lloraba sobre su hombro.

Yo me quedé mirando desde la puerta, creo que necesitan un momento para estar a solas.

―Lo siento, Olivia, de verdad lo siento―escuché que decía Danielle.

―No pasa nada, mi amor. Estoy aquí, estoy aquí―dice Olivia tratando de tranquilizarla mientras yo cierro la puerta.

Voy a la cocina y me recargo sobre la barra. ¿Qué carajos acaba de pasar? Por primera vez he escuchado a Danielle gritar por la noche y lo peor fue que en la pesadilla que tuvo apareció Olivia. ¿Por qué Olivia? Olivia ha tratado tan bien a Danielle que se me hace increíble que en la pesadilla de Dani, Olivia haya sido la mala del cuento. Después de un rato abro la alacena y busco bolsitas para hacer tés. Tal vez un té calientito le ayude a tranquilizarse a Danielle. Preparo el té y regreso a la habitación de los niños.

Viviendo con los BensonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora