Capítulo 29 (Elliot Stabler)

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Despierto y me encuentro abrazando a la mujer más hermosa de este planeta, esa mujer morena de cabello castaño oscuro y ojos del mismo tono que comenzó a volverme loco desde que puso un pie en la Unidad de Víctimas Especiales. Disfruté mucho de ayer, de estar con Olivia en una de las mejores noches de mi vida. De pronto, siento una presencia ajena a mí y a Olivia en la habitación. Miro a mi alrededor y me encuentro con Danielle, observándonos desde la puerta. Despierto a Olivia con cuidado y en cuanto ve a Danielle recargada en el marco de la puerta, se sobresalta y se cubre con las sábanas hasta la nariz.

―Danielle, ¿qué hora es?―pregunté y entonces, le puse atención a su atuendo.

Tiene el pants oficial del equipo de fútbol americano de la escuela.

―Las nueve―Danielle frunció el ceño.

―¿A qué hora es el partido?―preguntó Olivia desde debajo de las sábanas.

―A las diez, pero tengo que estar en el campo a las nueve y media.

―¡Mierda!―gritó Olivia e instantáneamente Danielle se fue de la habitación.

Yo me paré rápidamente de la cama y cerré la puerta. Olivia arrancó la sábana de la cama y se cubrió con ella mientras buscaba algo con que vestirse. Después de haber puesto su jersey de Richard Sherman y unos pantalones de mezclilla sobre la cama, Olivia tomó su celular.

―¿Amanda? Necesito que pases a mi departamento...Por Danielle. Me he despertado tarde y no alcanzaré a llevarla a tiempo al juego...Te veo en un momento...Adiós―Olivia tiró el celular encima de la cama.

Olivia se puso una bata que le llega hasta las rodillas y salió de la habitación. Supongo que irá a darle de desayunar a Danielle. Yo decido meterme a bañar en lo que Olivia regresa, porque si la espero para bañarnos juntos, vamos a tardar demasiado. Tomo unos boxers y entro al baño. Abro la llave del agua caliente para que se calentara el agua mientras yo busco algún rastrillo para rasurarme, ya que el mío se quedó sin filo la última vez que me rasuré y no he ido a comprar navajas. Después de un rato de estar buscando en una pequeña repisa que hay en el baño, encuentro uno de color rosa. Seguramente es con el que Olivia se depila las piernas. Luego le compraré otro.

Mientras me rasuro, siento una gota de sudor recorrer mi espalda gracias a todo el calor que genera el vapor que hay dentro del cuarto de baño. Me pregunto cómo será hacer el amor aquí dentro con Olivia. Debe de ser igual de bueno que en la cama.

Al acabar de bañarme, tomo una toalla y me la pongo en la cintura, sostenida con ayuda de un nudo común y corriente. Cuando salgo del baño, veo a Olivia sentada en la cama, esperando su turno para usar el baño.

―Hola―digo sentándome en la cama.

―¿Cómo amaneciste?―Olivia me da un beso en la mejilla.

―Mejor que nunca, ¿y tú?―digo recordando la noche anterior, en donde los dos nos entregamos a los brazos de la pasión.

―Me siento como una mujer nueva―una sonrisa forzada apareció en los labios de Olivia. ¿Qué le estará pasando? Al rato cuando sea el momento le preguntaré por ello.

―Me alegra oírlo. Sé que a ti y a mí nos gustaría quedarnos a hablar sobre lo que pasó en la noche, pero hay una pequeña, llamada Danielle―cuando dije el nombre de Danielle, Olivia se tensó. Tiene que ver con Danielle―, quiere que vayamos a verla jugar. ¿Amanda ya vino por ella?

―Ya, llegó justo cuando Danielle se estaba terminando su desayuno.

―Tenemos que apurarnos si queremos llegar a tiempo.

Viviendo con los BensonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora