Cap.47

2.1K 109 2
                                    

Desperté con la extraña sensación de no haber dormido bien. Tenía dolores en la columna vertebral, también en mis muslos y brazos. Abrí lentamente los ojos y comprendí el por qué. Kendall estaba casi tirado sobre mí, tenía una pierna encima de las mías, sus brazos me tenían inmovilizada y su respiración tranquila vagaba por mi cuello.

-Ay, quita.-Dije intentando salirme de su agarre. Se revolvió entre las sábanas y ni siquiera se despertó.- Kendall, me haces daño.-Dije e instantáneamente abrió los ojos. Se quitó de encima mío y bostezó.

-Lo siento. ¿Qué hora es?-Preguntó estirando sus brazos.

-Las diez y media.-Dije mirando mi despertador.- Despierta a Helen, es hora de su biberón.-Dije cerrando los ojos de nuevo, el sueño se apoderaba de mí.

-Si tuviera hambre lo habría pedido, (Tn)_____.-Suspiró y me abrazó por detrás.- Además, ya hace mucho que no hacemos lo que tú ya sabes.-Susurró y me dio una palmada al trasero. No pude evitar reír.

-Que chiflado eres.-Dije besando sus labios.- Nuestra hija está durmiendo a nuestro lado, la vamos a traumar.-Dije girándome para verlo de frente. Besé nuevamente sus labios.

-Oh, (Tn)______, siempre tienes excusas... Trato de hacerte feliz todo lo que puedo, pero llega un momento en que tú me tienes que hacer feliz a mí.-Dijo subiendo ambas cejas y volví a soltar una silenciosa carcajada.- ¿Por favor?-Preguntó antes de que me estrellara contra sus labios y los besara ferozmente. Eso había sido un rotundo sí. Rió y se aposentó encima mío.

Empujé la cuna de Helen sin moverla demasiado para meterla en el cuarto de baño. Sí, ya sé que soy muy cruel, pero de vez en cuando tengo que satisfacer a mi novio.

...

-No quiere comer.-Le dije a Kendall al ver que se sentaba a mi lado. Le volví a dar el biberón en sus manos, ya que no le gustaba que se lo diera yo, le gustaba ser mayor y tomarse su biberón sola.- Ya estamos como aquella vez, ¿Recuerdas? No quiso comer en todo el día, y hoy va en camino de eso.

-Déjame probar.-Dijo tomando a Helen en sus brazos e intentando que bebiera algo de biberón, pero nada. Falló igual que yo. - ¿Sabes? Aquel día estuve más de tres horas intentándolo, me cansé demasiado, no quiero cansarme de nuevo. Acabaré cogiéndole manía a los biberones.-Reí y tomé de nuevo a Helen.

-¿Y qué hacemos?-Pregunté balanceándola.- Qué haremos contigo, pequeña diablilla...-Le susurré mientras la hacía unas leves cosquillas en los laterales de su cuerpo y se retorcía de risa. Le besé la mejilla y miré a Kendall, nos estaba sonriendo.

Oímos un disparo. ¿Un disparo? Oh, no, otra vez no, por favor. Pena no podía volver a jodernos, esta vez Kendall no tendría consideración y acabaría con él con un tiro en la cabeza. Ambos intercambiamos miradas antes de actuar. Por suerte, estábamos cerca de las mesillas de noche. Kendall abrió la suya y sacó su pistola, la cargó con diez cartuchos y bajó el arma para levantarse sin hacer ruído. Me hizo una seña para que dejara a la niña en la cuna y fuera tras él, para cubrirle las espaldas. Nunca lo había hecho, pero si era para proteger a mi familia, sin duda alguna, lo haría. Me tendió otra arma, la cogí y juntamos las espaldas para no correr peligro. Bajamos las escaleras y por suerte, nadie había entrado. Salimos al jardín y vimos a un hombre muy grande corriendo en dirección contraria a nosotros, Kendall le apuntó, pero ni siquiera le disparó. Tenía sospechas.

-¿Quién eres tú?-Le preguntó al ver que se había detenido y había dado la vuelta hasta volver hacia nosotros.- Responde.-Apresuró Kendall subiendo de nuevo el arma. Yo sólo vigilaba la casa.

-Un problema.-Dijo antes de soltar una carcajada. Kendall me miró pensando, esto no era bueno.

-¿Quién eres tú? ¿Para quién trabajas?-Cuestionó de nuevo haciendo reír al hombretón de voz grave.- ¿Trabajas para Carlos Pena y James Maslow? ¿Te han contratado? -Kendall me empujó disimuladamente hacia dentro de la casa, para que no corriera peligro por si me disparaban por los lados. Estábamos frente la puerta.

-Justamente al contrario, amigo. Todos me llaman problema, como te he dicho antes.-Dijo vacilándole, Kendall gruñó enfadado.- Pero bueno, no estoy aquí para resolverte tus dudas, creéme, no te gustará saber todo de mí. 

-Dime por qué vienes a disparar a mi jardín.-Exigió.- No tienes ningún derecho, y yo no soy un vecino normal y corriente. Dime que tramas.

-¿Y frustrar todos mis planes?-Rió- Sueñas demasiado, Schmidt.-Kendall se sorprendió. Le había estado espiando.- ¿No te dejaste algo arriba?-Preguntó de nuevo vacilando y yo no caí en lo que quería decir hasta que Kendall mostró una mueca de preocupación en su rostro.

-Mierda, Helen.-Dijo antes de subir escaleras a toda pastilla y encontrarse la cuna vacía.

Criminal con sentimientos {Kendall Schmidt & tú} #CCS1Where stories live. Discover now