Cap.36

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Maratón 2/2

Subí rápidamente las escaleras como me había dicho Kendall. Sinceramente, esto, me asustaba. No era lindo entrar en casa y que no hubiera ningún solo mueble, y menos aún, que hubiera escrito en la pared blanca un "Me vengaré, Schmidt". Me aterraba, pero no por mí, si no por Helen. Ella tenía una semana recién hecha, y era la que más podría sufrir los daños. Era un bebé recién nacido, por así decirlo, sólo tenía que protegerla. Corrí hasta llegar a nuestra habitación, me encerraría con la niña dentro y no abriría a no ser que fuera Kendall o Dustin. Entré y cerré la puerta con llave, sin darme cuenta que en realidad, había más peligro dentro de la habitación.

-Hey, hola, cuanto tiempo sin vernos.-Una voz masculina me hizo dar un bote de susto y antes de girarme para ver quién era, intenté abrir la puerta, pero ya era demasiado tarde. Pena tenía una pistola en sus manos, apuntándonos a ambas.- Anda, será mejor que me hagas caso, Schmidt no está aquí para protegerte.

-Maldita sea.-Susurré- ¿No estabas en la cárcel?-Pregunté retrocediendo, al ver que se iba acercando a nosotras. Choqué con la pared y fue justo en ese momento donde me di cuenta de que también estaba Maslow por detrás.

-Bueno, me escapé.-Sonrió malígnamente.- ¿Y qué es esto?-Preguntó intentando coger en brazos a Helen, pero esta vez no se lo permitiría, prefería que me matara a mí que a mi hija.- Já, mira por donde, la zorrita se quedó embarazada y parió a este feo bebé.-Dijo haciendo reír a su amigo.- Puede que esto también me sirva de venganza.

-No la toques.-Ordené apartando a la niña de su alcance. Lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas, pero no eran lágrimas de tristeza, eran lágrimas de enfado, de coraje. Dios, Kendall, tienes que hacerme el favor de subir a detenerlos.- ¡Suéltala!-Grité ahora cuando vi que ya me la habían cogido.

-Shhh, cállate, no querrás que se entere Schmidt que estamos aquí.-Asentí con la cabeza desafiante.- Entonces, la mataré, si comienzas a chillar.-Dijo cogiendo sólo a la niña de una pierna, haciendo que su cabeza quedara boca abajo, y comenzara a llorar perdidamente. Rogaba que la soltara, pero no hacía caso.- Bien, este es mi trato.-Suspiró.- Yo suelto a la niña... Si tú te vienes conmigo.

-¿Co-Contigo?-Asintió sonriente.- ¿A dónde?-Pregunté confusa, haría lo que fuera para que no le hiciera daño a Helen.

-Conmigo a donde sea, tú, yo, sólos.-Dijo y me estremecí. Dios, necesitaba a Kendall ahora mismo.- Alcohol, sexo, drogas, besos, asesinatos, crímenes, robos y mucho más, esa es mi vida.-Rió histéricamente.- Tú la compartirás conmigo, al fin y al cabo, haces lo mismo con Schmidt.

-¿Cariño?-Preguntó una voz tierna, la reconocí al instante.-¿Dónde estás?-Preguntó ahora de más cerca.- Llamé a Dustin, no lo coge, necesitamos irnos.-Dijo ahora sonando al lado.-¿Me abres?-Preguntó tocando la puerta. Miré a Pena y a Maslow, ambos negaron con la cabeza. Kendall intentó abrir él sólo, pero no tenía la llave, yo la había utilizado.- ¡(Tn)_____! ¡Abre la puerta ahora mismo!-Gritó desesperado, creo que sabía lo que estaba pasando.

-Suelta a la niña.-Le dije a Carlos en el último momento.-Me iré contigo, pero ábrele a Kendall y suelta a la niña.-Le separé las sílabas de la última frase. Sonrió victorioso y dejó a Helen encima de la cama. Me acerqué a ella y besé su mejilla. Tal vez esta era la última escena que guardaría en mi memória, pero lo que más me dolía era que ella no se acordara de mí.

-Te necesito para que todo salga bien.-Me dijo y asentí. Hizo una seña para que me acercara a él y me cogió fingiendo del cuello y me puso su pistola en mi cabeza, sólo para asustar a Kendall. No le convenía apretar el gatillo, si no, él iba a pagar muy caras las consecuencias.- Voy a abrirle. Una, dos y...-Abrió la puerta de golpe y Kendall cayó al piso, al parecer, estaba haciendo fuerza para tirarla.- Sabes que no te conviene moverte, Schmidt.-Dijo sonriente mientras me apretaba más junto a él. Repugnante.

-Tenías que ser tú...-Gruñó Kendall.- Suéltala.-Ordenó severo, Carlos hizo caso omiso a su orden.- Suéltala y dame a mi hija.-Volvió a ordenar y le hizo una seña para que viera que Helen estaba tumbada en la cama. Kendall me miró a mí y acto seguido, cogió a la niña en brazos, cosa que agradecí, no quería que la tocaran.- (Tn)_____...-Me miró con cara preocupante.- Suéltala.-Volvió a ordenar a Carlos. Él negó con la cabeza riendo y retrocedió hasta salir por la puerta conmigo.

Criminal con sentimientos {Kendall Schmidt & tú} #CCS1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora