Cap.42

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Ok, chicas, no os esmerásteis mucho con los comentarios ayer, (Ni uno solo) que triste... Pero bueno, me apetecía subir el capítulo, así que... Lo subí.

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Ya era hora de dormir. Eran más de las tres de la mañana, pero simplemente, no tenía sueño. Hasta ahora, claro. Quedaba sólo yo para dormirme, Kendall había trabajado mucho hoy y subió a dormir a las doce, y Helen se quedó dormida en mis brazos a las diez. Me aburrí de ver televisión y subí las escaleras. Pude escuchar una dulce melodía entre la quietud de la noche, podía reconocerla, venía de Kendall. Me acerqué a la puerta, y sin hacer ruído, miré por el pequeño trozo que dejaba ver. Kendall estaba acunando a Helen en sus brazos y cantándole para que se durmiera, al parecer, se había despertado y le había despertado a él. Una ténue luz los iluminaba a ambos y se veían perfectos. No podía desear nada más. 

-Tell me who´s your angel? Who´s your shoulder. To hold your boulders? Tell me, when it's raining, Who will warm ya? Who will hold ya?- Suspiró- You might be broken with all these cracks in your skin, you might be broken thats where the light gets in...-Miró a la niña con ternura. Vaya, tenía ganas de entrar y comérmelo a besos.- You´re something beautiful, beautiful, beautiful... You´re something beautiful, beautiful, beautiful... And i just want, you to know, you to know you to know. That you´re not alone, you´re not alone... Oh, oh...-Miró al techo y volvió a suspirar.-Vamos, entra, ya te vi.-Dijo refiriéndose a mí. ¿Cómo me había visto?

-Creí que estabas durmiendo.-Dije entrando y cerrando la puerta a mi paso. Me senté al lado de los dos y Helen levantó la cara para verme.- Bueno, en realidad, creí que los dos dormíais.-Dije ahora soltando una pequeña risita.- Me gusta mucho tu voz, Kendall.-

-Gracias.-Me dedicó una tierna sonrisa.- Helen se despertó y... me despertó a mí.-Dijo haciendo una mueca.- Estoy cansado, pero tenía que dormirse de una manera o otra.-Dijo ahora bufando. La niña alzó ambos brazos insinuando para que la cogiera yo, y eso hice.

-Duerme.-Ordené.- Ha sido un día duro para ti, y lo sé. No voy a dejar que no descanses por la niña, yo me ocuparé de eso. Mañana te tienes que levantar temprano, y tienes que descansar.-Dije obvia. Besé su mejilla y me levanté de la cama.-Dormiré en el cuarto de invitados con ella.

-No.-Dijo levantándose él también.-Venga ya, no voy a dejar que duermas ahí con la niña, está muy oscuro. Durmamos los tres juntos.-Me miró rogándome.-¿Por favor?-Dijo ahora curvando su labio inferior hacia afuera y suspiré. Como decirle que no. Asentí y sonrió emocionado, metió a Helen entre las sábanas. Al medio, para ser justos. Apagó la luz y pronto caí en un profundo sueño.

Ya hacía muchas noches que no soñaba. Pero esta sí. Estaba en mi antigua casa, en Nueva York, ya hacía más de un año que no iba por ahí. Vi a mi padre, viendo las notícias de la televisión, donde Kendall salía, como siempre, acusado de asesinato. 

Por otro lado, estaba Logan, medio desnudo, algo completamente normal. Llevaba los bóxers blancos que tanto le gustaban, su cuerpo tallado como un Dios y comiendo de sus cereales en la encimera. Alice jugaba con sus muñecas en la alfombra, peinándolas e inventándose diálogos y representándolos con agudas voces en las muñecas rubias y huecas. 

Me sentí muy mal. Tenía ganas de estar ahí, hablando con mi hermano mayor, jugando con mi hermana pequeña o pidiéndole dinero a mi padre para ir a la feria. Los extrañaba tanto... Ya hacía unos nueve meses que no los veía, y se me hacía pesado. Algo en el sueño cambió.

Vi mi secuestro. Vi como mi hermano se tapaba la boca nervioso hablando conmigo por teléfono, y una vez colgado, comenzaba a llorar. Alice lo miraba triste, sin entender nada. Jack estaba también al teléfono, hablando con gente para que me buscaran. ¿Tan mal lo habían pasado? 

Todo se volvió negro. Negro como el día que nació Helen, pero esta vez sin dolores. Una escena apareció ante mí. Kendall estaba tirado al piso, con un gran charco de sangre, el mismo charco que le había hecho Jack al apuñalarlo y dejarlo en coma. Mi padre cerraba los puños con agresividad, estaba cumpliendo su venganza, pero había un error. Kendall era, es y siempre será incocente. Mi padre cometió un error. Un error del que nunca lo perdonaré.

Criminal con sentimientos {Kendall Schmidt & tú} #CCS1Where stories live. Discover now