35. Fuera del armario.

9.8K 857 193
                                    

35. Fuera del armario.

— ¿Qué haces tú aquí ahora?—Mascullé sin contener mi furia. Retiré mis manos de los hombros de Jack y los crucé sobre mi pecho. Al ver aparecer a Ian la tristeza se había convertido en enfado. Solo me apetecía gritarle a pleno pulmón.

—Necesito hablar contigo. —Contestó Ian mirándome a los ojos. Pero ni siquiera aquella carita de corderito degollado hizo que cambiara mi opinión. Lo de poner morritos no iba a salvar a Ian esta vez.

—Creo que es mejor que os deje solos... Feliz año a los dos, chicos. — Jack me dirigió una última mirada y se alejó de allí rápidamente.

—Vamos a hablar a la biblioteca. —Articule yo sin cambiar la posición de mis brazos. No me apetecía montar ninguna escena en mitad de la fiesta llena de invitados, además, la música sonaba por encima de cualquier conversación. La única posibilidad era susurrar al oído, y no me apetecía acercarme tanto a Ian en esos momentos.

Atravesé el vestíbulo y me dirigí hacía la puerta de la biblioteca. Por suerte, cuándo encendí la luz de la sala, pude comprobar que nadie la había ocupado previamente. Me apoye sobre la mesa de madera de cerezo que se encontraba en mitad de la habitación y miré a Ian esperando que comenzara a explicar por qué había vuelto a meter la pata.

Ian cerró la puerta y avanzó hasta donde yo me encontraba.

—Perdón. —Se limitó a decir sin ni siquiera atreverse a mirarme directamente.

— ¿Por qué?—Inquirí yo alzando las cejas. ¿Era acaso Ian consciente de lo que significaba para mí que diéramos el paso de ser una pareja? ¿Estaba el evitándolo de forma directa? ¿Qué le pasaba a Ian con el hecho de que saliéramos a la luz? Tenía demasiadas preguntas, pero sabía cómo funcionaba Ian. Mi mejor amiga había salido con él mucho tiempo, y yo había sido testigo de aquel tortuoso último año. No podía presionar demasiado a Ian, porque solo conseguiría que huyera, cómo había pasado aquella noche.

—Yo hui...—Ian paro un momento su discurso. Su expresión delataba que estaba buscando las palabras exactas para continuar, pero no era capaz de encontrarlas. —Me entro miedo. No sabía cómo iba a reaccionar Jack.

— Te marchaste corriendo, Ian. ¡Me dejaste plantada en la fiesta de fin de año de mi madre!— Notaba la furia en mis palabras, y cómo las lágrimas amenazaban con salir de forma violenta.

—Fue un error. Te quiero, y quiero que estemos juntos. — Respondió Ian avanzando hacía mi para cogerme de las manos. Al instante me deshice de ellas. No me apetecía ninguna muestra de cariño cuándo estábamos discutiendo. Los problemas no se arreglan con un abrazo ni con palabras bonitas cómo Ian estaba acostumbrado a hacer con Lizzie. Después de haber sido testigo de esa relación me había jurado que las cosas serían diferentes esta vez. Sin embargo la realidad era otra. Aquí estaba, cómo Lizzie había estado muchas veces antes que yo, llorando por Ian, mientras este siempre salía con la suya.

—Pero no quieres hacerlo público. Puedes venir todas las noches a mi habitación, puedes dormir conmigo ¡Pero no puedes contarles a tus amigos que lo haces!

— Jack es mi amigo, y está enamorado de ti. ¡No quiero hacerle daño! Imagínate decírselo tú a Elizabeth.

— Jack me animo a salir contigo. Y no me da miedo contárselo a Lizzie porque sé que ella lo va a entender. No estamos haciendo nada malo, Ian. Y no me importa si se enfada, porque quiero estar contigo, y eso es más importante. Y creo que tú no sientes lo mismo.

—Por supuesto que te quiero, Jo. Y quiero estar contigo. — Ian volvió a avanzar hacía mi para acariciar mis manos.

—A veces querer estar con alguien no es suficiente. Se necesita también voluntad, compromiso... Las cosas no caen del cielo, Ian. — Esta vez no fui capaz de apartar las manos de Ian de las mías. Aquel pensamiento había rondado mi cabeza las últimas tres horas y por fin lo había escupido. Pero eso significaba que ahora era verdad, no solo una idea estúpida.

Jo es nombre de problemas. (JNENDC2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora