20. Un pequeño malentendido.

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20. Un pequeño malentendido.

-Y aquí está la biblioteca. -Anunció el becario con voz aburrida mientras atravesábamos las puertas de roble de la biblioteca de Harvard. Parecía que estaba tan entusiasmado por enseñar el campus a los futuros alumnos cómo yo lo había estado con Logan, ya un mes atrás.

Fruncí el ceño. Me había apuntado a esta estúpida visita al campus, esperando que me facilitara de alguna manera encontrarme a Ian, pero todavía no había habido suerte. Obviamente, cómo me esperaba Ian no estaba en la biblioteca.

-Y ahora vamos a la cafetería. -Anunció de nuevo el becario con el mismo entusiasmo.

Eran las doce de la mañana. Ian no iba a estar en la cafetería. Había recorrido casi mil kilómetros para encontrarle y no iba a perder el tiempo en un estúpido recorrido por una universidad estúpida que no me interesaba para nada.

En lugar de seguir al pelirrojo me escondí detrás de una estantería de la biblioteca examinando los libros, y fundiéndome con el lugar. Solo era una universitaria estresada escogiendo algún libro.

Espere cinco minutos desde que el becario pelirrojo, y los demás chicos de la excursión se perdieran por el camino para salir de mi escondite. Me había librado por fin de ellos.

Ahora tocaba la parte difícil. ¿Dónde podía estar Ian un miércoles a las doce de la mañana? Era obvio que no estaba en clase. ¿Qué universitario iba a clase?

Podía estar jugando al lacrosse, o durmiendo la mañana en su cama.

El problema era que no tenía ni idea donde quedaba la residencia de Ian, ni donde quedaba el campo de lacrosse. Quizá al final hubiera sido una buena idea quedarse con el pelirrojo. Pero era demasiado lento. Había pospuesto este momento desde hace un año, y ahora se había convertido en una urgencia.

Necesitaba decirle a Ian lo que sentía antes de que fuera demasiado tarde. ¿O ya era demasiado tarde?

Giré la cabeza tratando de sacar esos pensamientos autodestructivos de mi cabeza. ¡Por supuesto no era demasiado tarde! Era el momento justo.

Otra opción era llamar a Jack y preguntarle donde demonios podía encontrar a Ian directamente, pero me parecía demasiado incomodo, así que deseche la idea al instante. Era verdad, que toda la historia de arreglar las cosas con Ian había sido suya, pero no creía que él quisiera participar demasiado. Ni siquiera le había avisado de que iba a ir a Harvard.

De hecho, nadie sabía que había decidido ir a Harvard. Ni yo quería pensar demasiado en ello, porque era consciente de que aquello se trataba de una locura. Ian llevaba sin hablarme más de un año, y no sabía lo que podía encontrarme allí. Aquel viaje podía terminar cómo una total decepción.

Pero tenía que hacerlo. Tenía que aclarar las cosas. Tenía que avanzar.

Avancé por el pasillo, pendiente de que alguno de los universitarios despreocupados con los que cruzará fuera Ian.

- ¿Eres Terry Coper, verdad? ¡Llevamos minutos buscándote! -Una señora de cincuenta años había aparecido de la nada para agarrarme de los hombros de forma fraternal.

- ¿Qué?-Pregunté desconcertada. Estaba segura de que esa señora no era Ian.

-Tengo a Terry. -Anunció ella por una especie de micrófono metálico que le colgaba de la oreja. Al momento se dirigió hacia mí esbozando una amplia sonrisa. -Ya nos han avisado de que eres muy bromista, Terry.

-Pero yo no soy Terry. - Protesté mientras la señora me llevaba prácticamente a rastras por el pasillo.

- ¡Por supuesto! -Contestó ella sin perder la sonrisa. Aquella señora empezaba a darme mucho miedo. ¿Estaba siendo secuestrada en medio de un pasillo repleto de estudiantes? ¿Me encontraba en problemas por no estar con el grupo de visita?

- ¡Tengo mi identificación! -Dije señalando a la tarjeta de visitante que me había dado el becario pelirrojo al principio del tour. Al momento añadí una excusa. - Siento haberme despistado del grupo. Simplemente estaba consultado un libro, y de repente el grupo no estaba...

- ¿Le has robado tu identificación a uno de los alumnos que están de visita? -La señora soltó una carcajada, ignorando totalmente mis intentos de hacerle entender que yo no era esa tal Terry Cooper. -Me encantan tus bromas, Terry, querida. Deberías venir a Harvard más a menudo. Es un honor tener en Harvard a una economista de tu altura, además de ser tan joven...

Toda tenía sentido. O más bien, nada tenía sentido. ¡Acababan de confundirme con una economista famosa! Lo más cerca de una clase de economía que había estado nunca, era una vez que me había confundido de clase cuándo no sabía orientarme en el internado. Y me marche en cuánto oí producto interior bruto. ¡Odiaba la economía y nunca la había entendido! ¿Cómo se supone que iba a dar una charla?

- ¡Pero esto es un error! -Grité tratando de que alguno de los muchos estudiantes del pasillo se apiadarán de mí, e hicieran entrar en razón a aquella señora loca que me había secuestrado. Pero todo el mundo me ignoró. - ¡No tengo ni idea de economía!

La señora me ignoró mientras seguía tirando de mí. Finalmente abrió una puerta y me hizo entrar todavía sujeta por ella.

- ¿Tienes ya a Terry? -Preguntó un señor de edad avanzada y barba blanca.

¡Era el decano de Harvard! Iba a volver a hacer el ridículo delante del decano. A este paso no me iban a aceptar en ninguna universidad.

- ¡No soy Terry! -Protesté de nuevo tratando de quitarme a la señora de encima. Pero volví a ser ignorada.

-Y ahora os presentamos a la eminencia de economía, Terry Cooper.

Prácticamente fui empujada de mala manera hacía lo que parecía una multitud de estudiantes, que aplaudían apasionadamente.

Tragué saliva. Estaba subida a la tarima del salón de actos, frente a una multitud de estudiantes y profesores que esperaban que diera un discurso sobre economía.

Y lo peor era que ya había encontrado a Ian. Y por supuesto, no estaba solo.

De repente noté cómo el mis nervios sentimientos y las palabras llevaba practicando mentalmente desde que había subido al avión a Massachusetts subían por mi garganta, provocándome arcadas.

Iba a vomitar delante de todo Harvard.

¡Jo y sus malentendidos! Aunque al menos ya ha encontrado a Ian, aunque no estaba solo... ¿De quién estará acompañado? ¿Qué sentirá Ian ahora por Jo? ¿Jo ha vomitado delante de todo Harvard?... ¡TENDRÉIS QUE ESPERAR UN POCO PARA SABERLO!

¿Qué os ha parecido el capítulo? Me he reído mucho haciéndolo... Sé que es un poco corto, asi que intentaré subir el siguiente antes para compasaros por el retraso de la semana pasada y lo cortito que es este capítulo... Pero ahora toca #DRAMAIAN así que los capítulos serán más intensos jajajaja

Muchas gracias por todos los votos y comentarios. Os lo agradezco mogollón, porque me animáis a seguir escribiendo, y a mejorar cada dia. ¡Os quiero!

-SILVER.

B��B��B�i�;uyۭ


Jo es nombre de problemas. (JNENDC2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora