26. Esto no es un juego.

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26. Esto es un juego.

Otra vez aquí.

La residencia masculina me traía a la mente un extraño sentimiento familiar. A fin de cuentas había vivido allí todo el año pasado. Casi podía decirse que estaba acostumbrada a notar los ojos de los estudiantes masculinos ante una intrusa. Me recordaba mucho a los típicos fuertes que los niños solían construir con almohadas cuando eran pequeños, que siempre decoraban con una bandera de no se permiten chicas.

Sin embargo no tenía mucho tiempo para hacer una visita turística. Tenía que encontrar a Logan antes de que Elizabeth recibiera su primer suspenso. Según el registro de estudiantes, la habitación de Logan estaba situada en el tercer piso del ala oeste de la residencia masculina. La habitación 178.

Cuándo me situé delante de la puerta de la habitación de Logan suspiré profundamente. Adentrarme en territorio enemigo en una misión suicida no era una de mis aficiones favoritas. Además era consciente de que Logan no me daría los apuntes solamente pidiéndomelos. Tendría que negociar con Logan, y eso equiparaba casi negociar con el mismo demonio.

Golpeé mis nudillos sonoramente sobre la puerta. Y en menos de un minuto esta se abrió, dejando entrever a Logan, quien primero adopto una expresión de fingida sorpresa, para después cambiar a una de sus sonrisas de superioridad.

Odiaba a Logan.

— Jo Goligth. ¿A que debo este honor? — No le conteste. Empuje a Logran para que me dejara pasar de forma brusca hacia su habitación. Logan cerró la puerta detrás de mí. — Podías habérmelo pedido simplemente por favor.

— ¿Por qué tienes una habitación individual?— Pregunté yo desconcertada. ¿Logan recibía una habitación individual por la cara mientras yo había tenido que compartirla con dos chicos?

—No me gusta compartir. — Repuso Logan cruzándose de brazos.

— Pensaba que las habitaciones individuales eran un mito en el internado. — Repuse yo mientras daba vueltas por la habitación cotilleando cualquier detalle. Es curioso cómo puedes conocer a alguien gracias a su habitación. Pero la habitación de Logan era tan hermética cómo él mismo. Mientras que yo me esperaba que aquello fuera una especie de desorden, a juego con su carácter, todo parecía estar ordenado, y en su lugar.

No había posters, ni ninguna decoración, ni en las paredes, ni en el escritorio, ni estantería ni en la pequeña mesita de noche de madera. Era como si Logan hubiera llegado al internado al día anterior, y aún no le hubiera dado tiempo a mudarse del todo.

—Jo Goligth, ya te he dicho que con un poco más de confianza en ti misma, podía llevarte lejos. — Contestó Logan haciendo que abandonara mi tarea inspeccionando la habitación.

— Déjame adivinarlo, ¿manipulación? ¿Chantaje?— Contesté yo soltando una sonrisa sarcástica.

— Solamente unas palabras mágicas. — Logan cambió de tema sin borrar la sonrisa de su rostro. — ¿Qué haces aquí? ¿Me echabas de menos en Yale?

— Sabes por qué estoy aquí. — Repuse yo con cierta firmeza.

— No, no lo sé. —Contestó él con tranquilidad.

—Le robaste a Lizzie los apuntes. —Arquee las cejas. ¿Se estaba haciendo el inocente cómo un juego?

—No sé de qué hablas. ¿Es una excusa o algo así? ¿Querías verme y no se te ocurría cómo?

—No te hagas el sorprendido. ¿Los tienes, verdad? Vale que me odies y quieres amargar mi vida. Pero Lizzie no entra en el plan, ¿Entiendes?— Inquirí alzando la voz. No quería sonar débil y alterada delante de Logan, pero me parecía totalmente injusto que estuviera metiendo a Lizzie en sus juegos. Aquella guerra era entre nosotros. No había necesidad de meter a más gente.

Jo es nombre de problemas. (JNENDC2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora