—Pues gracias —tomó a su hijo en brazos—. Todos mis hijos están bastante guapos hoy eh.

—Pues claro. Es el primer cumpleaños que pasamos con nuestro hermanito menor —contestó Kathleen y besó la mejilla del niño.

—El primero de muchos cumpleaños. Espero que Liv no se dé por vencida y los siga haciendo cada año —comentó Richard riendo.

—Esperemos —dijeron todos a la vez.

—Ya que estamos tan guapos todos, nos tomaremos una foto —llamó la atención Elizabeth, todos asintieron y se sentaron en el sofá grande, acomodándose alrededor de su padre.

—Selfie Stabler —comentó Maureen riendo.

—Aunque faltan dos —afirmó Eli refiriéndose a los gemelos.

Richard sacó la foto con la cámara instantánea de Elizabeth, luego otra con el celular de su padre, más con el de Kathleen con otras poses, haciendo caras, pucheros, en fin una sesión de fotos completa.

—Alex —saludó al responder la llamada de su amiga.

—Hola Liv. Ya vamos a salir de la pastelería. Quedó increíble el pastel —informó la rubia sonriendo y subiendo al auto—. Dime que todavía no llegó nadie. Aunque estamos a tiempo según yo eh —añadió riendo mientras veía la hora.

—No he escuchado el timbre. Supongo que nadie llega. Sigo en mi habitación —contestó sentada frente al tocador que tenía en su habitación, puso la llamada en altavoz y continuó maquillándose.

—¿Qué sigues haciendo ahí arriba?

—¡No sé qué demonios ponerme todavía! —resopló frustrada—. Elliot no ayudó en nada con respecto a que me pongo. En lugar de ayudar a elegir, preguntaba y dijo que me quedaría bien una cortina. ¡Una cortina, Alex! Claro, como él no está gordo.

—Espera —pidió la rubia dejándola en la línea y riendo un poco por todo el discurso de quejas que le habia terminado de dar.

—¿Qué pasó? —preguntó Allan al ver a su novia moviendo la cabeza de un lado a otro mientras sonreía.

—Es Liv. Está muy, muy enojada por no saber qué ponerse. Sé que no me debería reír porque puede que me pase igual pero no puedo dejar de hacerlo.

Tomó aire y cambio la llamada a video llamada. Olivia aceptó al instante.

—Muéstrame tus opciones. Veo que estás maquillada.

—Y bueno, tenía que avanzar en algo. Por cierto, estás muy linda —contestó y giró la cámara del celular hacia la cama donde estaban los tres vestidos.

—Creo que me pondré un jean y cualquier suéter grande por ahí.

—Ponte el blanco con estampado de flores y no quiero escuchar que te quejas. Nada de jean. Ese vestido te quedará perfecto —ordenó como si de una niña se tratase—. En 20 minutos estamos ahí y espero que estés lista.

—¿Zapatos? —preguntó sin querer discutir con otra embarazada sobre lo que le quedaría bien o no.

—Los que te sientas más cómoda. No tacos y podrían ser de color café —contestó Alex con una sonrisa, lo de ordenar que se debía poner si le había funcionado, esperaba más quejas de su amiga pero no.

—Bien, gracias. Te veo en un rato.

Diez minutos después de hablar con Alex, Olivia bajó lista para el cumpleaños de su hijo. Se puso el vestido que su amiga había elegido. Uno blanco con estampado de flores rosa, fucsia y pequeños detalles rojos y verdes, nada cargado, en cuello redondo, sin mangas y le llegaba a la altura de la rodilla. Se ajustaba justo donde terminaba su busto lo que hacía más visible su barriga de 5 meses que en realidad parecía de 6. Sandalias bajas de color café y accesorios del mismo tono. Dejó su cabello suelto y en ondas. Se veía radiante. No escuchó ruidos dentro de la casa así que asumió que estarían en el jardín. Ella caminaba hacia las voces de los chicos fuera y Elliot ingresaba a la casa dispuesto a ir a su habitación para tratar de ayudar a Olivia en lo que pudiera con la ropa así tuviera que dormir en el sofá después.

Reencuentros amorososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora