Elijah sacó de la maleta una caja de zapatos, la caja que contenía la máscara, la daga y el revólver.

 —Tengo una teoría. Vamos a ver si es verdad.

—Nos meteremos en problemas. —Eso no le impidió tomar su daga y la máscara, la cual se colocó sin problema.

—Tú vales todos los problemas del mundo. —La besó en la frente, una dulce costumbre que estaba tomando. —Además, quiero saber cómo matas con un cuchillo de plata.

—Es simple, la punta es de madera para los vampiros, de resto no importa si das un golpe certero. —Bajó la mirada de Elijah se pinchó el dedo, sacando una gota de sangre que cubrió la punta de madera que tenía el cuchillo, tornándola color negro. Elijah se dio cuenta de que eso no era madera, pero lo dejó pasar.  —Mi sangre es el toque final para... —El discurso se vio interrumpido cuando se sujetó la cabeza y frunció el ceño.

—¿Dolor otra vez?

—Si...

—Genial. —Hizo que se sentara y después se alejó, dejándola sola y confundida. Se sujetaba la cabeza, tenía sed de nuevo, agradecía no tener la ansiedad tan marcada, pero su TIC estaba por volver.

Poco después Elijah volvió, sujetando a un hombre de unos treinta años de la camisa rasgada mientras este forcejeaba. Skylar supo de inmediato que era.

—No es justo si tú me los traes... —Cuando su vista dejó al hombre Elijah notó como el ojo temblaba, sus manos también lo hacían mientras hacía presión a ambos lados de la cabeza.

—Será mejor así, mira como estas.

—¡Es porque nunca he pasado tanto tiempo sin matar! —El hombre que sujetaba Elijah se removió aún más.

—¿Un original trabajando con una asesina? No me sorprende. —Su voz gruesa sonaba ahogada por la forma en que Elijah evitaba que se moviera.

—Solo hazlo. —Dijo Elijah como una orden y regaño a la vez.

—¡A mí no me hablas así! —Ataque de ira, en medio de ese ataque se levantó y clavó el cuchillo en el oído del hombre lobo, matándolo instantáneamente.

Elijah entendió todo.

—Por eso no quedan marcas en los cuerpos... —El original no dejaba de ver el cuerpo, sin latidos, signos vitales, lo mató en un movimiento. Se sorprendió aún más al ver a Skylar, quitarse finalmente las manos de la cabeza, suspiró como si todo lo anterior nunca hubiera existido.

Y era verdad, el dolor, el TIC, la incómoda sensación, todo desapareció cuando clavó el cuchillo en aquel hombre. Incluso la libido que sintió desde el hospital hasta el bosque desapareció. 

—Me siento mejor... —Y fue instantaneo, porque incluso el resfriado se curó del todo.

—Confirmada mi teoría... —Elijah soltó el cadáver finalmente y corrió a abrazar a Skylar con fuerza, estaba por tener un ataque de pánico. —Pedacito de cielo...

—Soy adicta a matar... —Su labio temblaba.

—Lo sé. —No la soltaba, solo quería abrazarla y dejarle en claro que nunca la soltaría.

—¿Es normal? —Ella también lo abrazó con fuerza.

—No. —Honestidad, el solo quería ser honesto con la chica que solía ser una simple distracción.

—¿Crees que sea...

—Tu sangre. —Llegaron al punto en el cual completaban la oración del otro, estaban conectados. —Mejor vamos a casa.

—¿A casa?

—Mi casa. —Se corrigió Elijah aunque no quería cambiar lo que había dicho.

—Ya casi vivimos juntos. —Se soltaron, ella se quitó la máscara y la guardó en la caja junto al cuchillo.

Elijah tomó todo y lo guardó. Se acercó por su espalda y la cargó como princesa. Ella cerró los ojos, recostándose en el hombro de su novio.

—Ven a vivir conmigo. —Rompió el silencio Elijah después de media hora caminando por el bosque, cuando estaban por salir.

—¿Prometes no romperme el corazón? —La pregunta lo tomó con la guardia baja, pero no titubeó al responder.

—Sí. —Abrió el auto y la sentó en el asiento del copiloto. Después cerró la puerta y fue hacia el asiento del piloto, dejó la maleta en el asiento trasero y se puso en marcha.

—Nunca había dejado que me cargaran. —Se acomodó, volviendo a cerrar los ojos y lista para dormir. —Además de qué es la segunda vez que entro a un hospital.

—Es porque me amas. —Colocó su mano en la rodilla de Skylar y comenzó a conducir.

—Si. —No abrió los ojos.

—¿Si me amas o sí a vivir conmigo?

—Sí a ambas cosas. —Colocó su mano sobre la de Elijah mientras él sonreía. —¿Que voy a hacer con mi adicción?

—Qué haremos. —Corrigió el original. —Mañana lo hablaremos. Duerme. —No tuvo que repetirlo, su respiración se volvió lenta y se quedó dormida casi al instante.

Media hora después y muchas miradas de Elijah para su novia dormida él estacionó el auto afuera de la casa. Comenzó a moverla suavemente por la pierna. 

—Nena...

—No... Hoy duermo aquí. —Y volvió a dormir. Elijah sonrió y salió del auto, abrió la puerta de Skylar y la sacó, llevándola nuevamente como princesa.

Era curioso como un día tan regular podía mejor a pesar de todo lo que había sucedido.

Entró a la casa y cuando se dirigía a la habitación vio algo que llamó su atención: sus hermanos, Marcel y Hayley estaban en el salón rodeando a una mujer de unos cuarenta años de edad. Elijah estaba por seguir su camino cuando Klaus lo llamó.

—¿Día atareado, Elijah? —Preguntó Klaus viendo a su "bella durmiente"

—Demasiado, hermano, ¿No me presentas a tu nueva amiga? —La curiosidad ganó. Skylar comenzó a moverse, iba a despertar.

—Ella es Dianne. —Se acercó a la mujer de ojos azules, señalándola. —Una bruja, no te dejes llevar por su apariencia, según Freya, tiene cerca de cuatrocientos años.

—Interesante. —Elijah estaba por irse hasta que escuchó a Rebekah hablar.

—Está aquí para hablarnos de la sangre color negro. —Esas palabras alteraron a Elijah y Skylar despertó de golpe.

—Sangre demoniaca. —Finalmente habló latal Dianne, haciendo gestos de asco y odio. —Sangre del infierno, infierno en la tierra, tiene muchos nombres. —Su voz era aguda, nada deleitable para el oído.

—¿Sangre negra? —Elijah bajó a Skylar, dejándola sobre sus propios pies. La tal Dianne abrió los ojos de par en par al verle el rostro.

—¿Por qué te interesa? —Preguntó Marcel. Skylar y el nunca habían cruzado palabras, pero sabía que ella era la mujer de Elijah.

—Soy curiosa con lo que involucra a mi novio y estudié enfermería, nunca había oído de sangre negra. He visto marrón, incluso azul, jamás negra. —Elijah estaba sorprendido de lo buena actriz que era Skylar.

—Que se quede, ya está grande. —Habló Rebekah y Elijah se preocupó, Skylar no lo recordaba, pero su hermana sabia el color peculiar de su sangre.

—Tomen asiento. —Volvió a hablar Dianne. —La historia es larga. —Hizo una mueca de nuevo, como si el recordar fuera doloroso, asqueroso y cualquier otro sentimiento malo.

Distraction {Elijah Mikaelson}Where stories live. Discover now