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—¡Elijah! —Escuchó el grito de su hermana y despertó con el corazón desbocado.

—¡¿Qué pasa?! —Pensó que podían haber atacado a su familia en el corto lapso que pasó desde que cerró los ojos. Estaba alerta y tal vez algo paranotico, tipico de su hermano menor, no de él.

—Hablabas dormido. —La rubia le dedicó una mirada curiosa.

—¿Qu-que decía? —Tartamudeó. Sabía que había soñado, pero no que podría haber dicho.

—Anya, Letty, Charlotte, Keyla. Decías un montón de nombres. —Rebekah no dejaba de mirarlo de forma extraña. Elijah nunca había hablado dormido, cuando eran humanos roncaba, pero nada más.

Él recordaba su sueño, era ella. "Te diré mis secretos si averiguas mi nombre" repetía una y otra vez con voz cantarina, siempre moviendo las manos frente a su rostro como si quisiera distraerlo. Nunca había soñado con ella desnuda, incluso en eso la respetaba, pero la soñaba con vestidos sugerentes de distintos colores.

Había soñado eso desde hacía casi dos semanas, dos semanas sin hablar con ella. Si, la veía llegar a su departamento, pero no había descubierto su nombre.

Sabía sus horarios, el nombre de su compañera de departamento, donde vivía ¿Como no podía descubrir un simple nombre? Fiorella lo iba a volver loco, nunca la llamaba por un nombre de pila, siempre la llamaba "Cielo", "Cielillo", "Cielito", "Pedacito de cielo" -ese último era su favorito- y miles de apodos más. Fiorella era una mujer cariñosa, eso lo había descubierto ¡pero no el nombre!

—Quiero adoptar un perro, pensaba en nombres. —Ni él mismo podría creerse esa mentira, pero Rebekah lo dejó pasar solo por esa vez porque parecía algo alterado.

—Hoy tengo clases hasta tarde. —Dijo la rubia para cambiar de tema mientras su hermano se dirigía al baño para prepararse; otro día sin nada que hacer.

—Muy bien. —Estaba inexpresivo ¿Qué se podía esperar de un inmortal aburrido de la vida?

Poco después Elijah salió impecable del baño ¿Cómo no? Él es el Mikaelson noble y con gracia. Rebekah ya se había ido, Kol también, Klaus estaba hablando con Hope por teléfono y Freya... Ni idea de donde estaba.

Otro día solitario.

Decidió salir, darse un respiro, disfrutar de la paz que tanto merecía. Mil años y finalmente podía respirar sin tener que preocuparse por algo, debía disfrutarlo, aunque le era extrañamente difícil.

¿Por qué era difícil? No le gustaba el caos, pero tal vez estar acostumbrado a él le hacía ver la calma como algo irritante. 

Resultó dando caminatas extrañas por la ciudad durante horas, llegando a parecer un idiota a los ojos de sujeto sentado fuera de la tienda de Vudú Vellager's, quien se dio cuenta de que había pasado ya cuatro veces por ahí.

Decidió que una visita improvisada a Rebekah y Kol en su universidad no le haría mal. Tal vez pelearían y se sentiría mejor viéndose obligado a separarlos como si fueran un par de perros.

Caminó hasta el campus, algo para matar el tiempo. No sudó a pesar del fuerte sol, no se cansó aunque fue casi una hora de camino. Disfrutó de la vista: estudiantes humanos sin preocupaciones más allá de los exámenes, caminando por el verde césped con sus libros, incluso vio a alguien tan inmerso en sus mensajes de texto que chocó con un árbol.

Caminaba tan inmerso en la vida de los alumnos, llegando incluso a envidiar esa ingenuidad, que de forma descuidada chocó con un cuerpo delgado. Por lo menos no fue un árbol como el sujeto anterior.

Distraction {Elijah Mikaelson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora