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—Así que... —Elijah no sabía muy bien como decirlo pues era algo extraño, incluso podía llegar a considerarlo complicado cuando era todo lo contrario. —¿Esta es la paz? ¿Finalmente en New Orleans existe la paz? —Preguntó viendo con sospecha a su hermano menor y a Marcel, quienes brindaban con celeridad.

—Finalmente, hermano. Nuestros enemigos han caído y nadie quiere dañar a la familia. —Afirmó Klaus, complacido ante sus propias palabras mientras su vaso y el de Marcel hacían un delicado tintineo al chocar.

—Klaus y yo gobernaremos juntos. —Complementó Marcel como si no fuera un excelente logro, considerado casi imposible.

—Excelente. —Contestó desconfiado Elijah, metiendo las manos en los bolsillos de sus pantalones de vestir. —Si me disculpan... —Sin decir más salió de la habitación y posteriormente de la enorme casa.

Debía meditar esa tregua que su hermano había conseguido por sí solo; le parecía extraño el no haber participado, que Klaus lo hubiera hecho ¡Y con palabras! Eso no era típico de él. Elijah era "El noble", quien hacía los acuerdos y los mantenía pues su palabra era importante (por no decir inquebrantable). Solo por ese hecho desconfiaba, aunque existían otros factores que afectaban sus sentimientos, convirtiéndolos en negativos.

No estaba muy feliz desde hacía meses, eso no era un secreto. Hayley se había marchado con la excusa de "No eres tú, soy yo", aunque dicho en palabras más amables, lo que significa que esa relación había terminado sin más. Su único refugio para el dolor era la guerra entre padre e hijo que libraban Marcel y Klaus. Aquello le distraía, le daba un propósito para levantarse en las mañanas y en las noches esperar el día siguiente.

Ya no tenía nada.

Había paz. Hope y Hayley fueron a buscar licántropos para ampliar la manada Crescent, Freya decidió aprovechar su vida al máximo, ir a conocer el mundo junto a Rebekah y Kol como hacían los hermanos normales, Klaus estaba complacido con lo que había logrado... Todos los Mikaelson tenían algo en sus vidas, excepto él.

Él no era un amante de la guerra, buscaba evitarla, pero siempre estaba listo para ella. No era que deseara guerra, muertes y cubrir sus manos con sangre ajena, solo quería algo que desviara su mente de la realidad: estaba solo en un mundo repleto de gente.

Sus pensamientos de soledad se vieron interrumpidos cuando una voz le llama la atención ¡No! No era la voz lo que llamaba su atención, era lo que decía y como lo decía: estaba molesta.

—Entiende, Logan ¡Esto es lo que quiero! —Segundos de silencio que generaron expectativa en el original. — Il n'est pas à cause de lui.

«No es por él» resonó en la cabeza de Elijah la traducción de lo que había dicho la mujer ¿Acaso era francesa?

—Estoy cansada de... ¡Mierda! —Gritó cuando chocó de lleno contra el hermano Mikaelson mayor. Elijah pudo haber evitado el golpe fácilmente dando un solo paso hacia la derecha, pero quiso curiosear un poco la pelea que tenía ella por el teléfono.

—¿Estas bien? —Pensó en que el cuerpo de un vampiro era fuerte, lo suficiente para lastimar a una humana, aunque al preguntarlo, se dio cuenta de que había sido un golpe pequeño, dudaba que le hubiera dolido.

—Si ¡Las peleas por teléfono me sacan de mis sentidos! —Gritó hacia el teléfono antes de colgar la llamada rodando los ojos, esos hermosos ojos claros.

Elijah era conocido por ver las intenciones de una persona, sus sentimientos, su pasado, incluso el color del alma solo con ver sus ojos; pero los de esa mujer no dejaban ver nada. Los ojos son las ventanas del alma, sí, pero los de ella parecían de vidrio polarizado, con cortinas oscuras y un guardia que impide ver más allá.

—Yo...

—¡Joder, es tarde! —Gritó interrumpiendo al Mikaelson antes de que pudiera presentarse. Ella comenzó a correr un par de metros antes de detenerse abruptamente y girar hacia Elijah. —Lamento haber chocado contigo, lo bueno es que no hubo heridos. —Sonrió levantando los pulgares, un gesto bastante tierno a los ojos del original.

Y volvió a correr de una forma increíblemente rápida mientras Elijah solo pensaba en algo que para cualquiera podría considerarse insignificante: «No tiene acento francés»

Quería seguirla, preguntarle con quien discutía y la razón, incluso de donde era porque la duda surgió debido a su acento sureño.

No lo hizo. Solo necesitaba una distracción y ella se veía apurada, no quería arruinar su día atiborrándola de preguntas tontas que obviamente no respondería a menos de que hiciera uso de la compulsión.

Decidió volver a casa y no pensar más en esa mujer, aunque se le dificultaba porque era preciosa. Tenía los cabellos rojizos levemente ondulados cayendo más allá de los hombros, una piel pálida adorablemente perfecta. Hubiera querido fijarse en el cuerpo, siquiera en lo que llevaba puesto, pero aquellos ojos verdes acapararon la mayor parte de su atención.

Al volver a casa de su corto paseo, se encontró con una gran sorpresa; una rubia más baja que él estaba abrazándolo con fuerza, rodeándole el cuello con los brazos. Después otra rubia más alta se unió al abrazo.

—¡Hermano! —Gritaron al unísono Freya y Rebekah, la menor siendo más alegre que la mayor.

—Volvieron. —Elijah no se lo creía. Su familia, estaban ahí sus hermanas. De la puerta del otro lado entraron Kol y Klaus riendo ante algún comentario que dijo el menor.

—Todos volvieron, la familia está casi completa. —Dijo Klaus y Elijah sabía quiénes faltaban: Hayley y Hope, pero ninguno pensaba nombrarlas por la añoranza, aunque a pesar de eso, el corazón de Elijah se rompió por un segundo ante aquella insinuación hasta que a su mente volvieron esos ojos claros que le causaron curiosidad por su pasado y presente.

Los hizo a un lado porque no eran importantes para así dedicarse a disfrutar que su familia estaba de vuelta y, según Niklaus, pronto estaría completa.

Todo era perfecto hasta que Marcel entró con expresión molesta a la casa.

—Lamento interrumpir, pero debo decirles algo. —Dijo con un tono de preocupación que supo esconder muy bien, camuflándolo con ira.

—No es momento. —Rebekah rodó los ojos notoriamente. Era consciente del dolor que su hermano Elijah sentía por no "tener completa la familia" y quería distraerlo, misión en la que Marcel y sus noticias no ayudaban.

—Siete vampiros, ocho lobos. —Dijo Marcel para llamar la atención de los originales.

—Siete vampiros y ocho lobos ¿Qué? —Se podía jurar que Rebekah estaba lanzando humo del enojo. Un momento para distraer a su hermano arruinado.

—Siete de mis vampiros y ocho lobos de la manada de Hayley aparecieron muertos en el barrio francés.

Debieron sospecharlo, la paz era una utopía: algo imposible.


【TRAILER】

『ACLARACIONES』

★Esta historia ya estaba bastante avanzada, sin embargo, la envié a borradores para poder hacerle ciertas correcciones y cambiar uno que otro personaje a mi parecer.

★La línea del tiempo que manejo aquí es inventada completamente por mí, es decir, no existe The Hollow ni demás cosas que ocurrieron en la serie.

★Esta es una saga y este es el primer libro que debes leer.

★Por último, espero que disfrutes la historia, es de las primeras que escribí (tiene varios años) y le tengo mucho cariño. Voy a terminarla, en serio.

★Nota extra: Tengo otras historias que podrían gustarte, ¿Qué tal si vas a darle una ojeada a mi perfil?

Distraction {Elijah Mikaelson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora