Distraction {Elijah Mikaelson}

7

—¡Mami, Logan tomó mi galleta! —Gritaba la pequeña de ojos claros iguales a los de su madre desde la parte trasera del auto.

—¡Chismosa! —Chilló el niño de ojos verdes como los de su padre, dándole una mordida a la galleta que era de su hermana.

—Niños, no discutan. —La voz dulce de la madre de los niños resonó en el auto mientras que de su bolso sacaba otra galleta, para poder dársela a su hija tuvo que soltarse el cinturón de seguridad y al acomodarse no volvió a colocárselo. —Ya no hay razón para pelear. —Declaró viendo como su hija lamía su galleta para así evitar que su mellizo se la arrebatara de nuevo.

—¡Chismosa! —El niño no quería dejar de pelear pues su melliza lo había delatado.

—Logan, respeta a tu hermana. —Regañó el padre ambos pequeños, pero manteniendo un tono meloso. —Debes cuidarla de todo, recuerda que es tu responsabilidad que nada le pase. —Habló, sonriendo por el retrovisor a sus dos hijos. —Verás lo bueno que es tener una hermana cuando...

Fue interrumpido por un ruido estruendoso, pero nadie además de los involucrados lo pudo escuchar. Metal quebrándose, vidrio explotando, todo eso justo antes de un fuerte golpe, al cual le siguió el olor a gasolina y humo.

El terrible dolor en el brazo hizo que la niña reaccionara, aunque durante varios segundos su cuerpo actuó sin que la mente se encontrara del todo activa.

Ella se levantó del suelo con gran esfuerzo y vio la puerta trasera del auto abierta. En algún momento de la colisión esta se abrió y la niña salió disparada, aterrizando en un matorral; era un milagro que estuviera viva y aún se pudiera mover. Corrió hacia la parte delantera del auto, donde el desastre le parecía peor.

—¡Mami! —Chillaba la pequeña moviendo de un lado a otro la cabeza de su madre; era muy pequeña para entender qué era ese líquido rojo que cubría todo su bello rostro, y por qué parecía sumida en una pesadilla. Debido al siniestro y por no tener el cinturón puesto, la mujer salió disparada por la ventana delantera del auto, rompiendo el vidrio completamente y convirtiéndolo en un millar de pequeños vidrios desperdigados por el césped. —¡Papi! —Al no tener respuesta subió al capó y en él corrió hacia su padre, quien a diferencia de su madre aún estaba en la silla, pero tenía los ojos abiertos de par en par mientras sonreía, una sonrisa que ahora en lugar de ser amable daba miedo.

—¿Sky...? —Una voz aguda le llamó: su hermano, el niño tosió un par de veces, demostrando que no podía hablar más alto.

Ella dio un salto para bajar del capó destruido del auto y corrió hacia donde lo había escuchado. Estaba aún en el auto, atrapado por su cinturón de seguridad, cubierto con aquel extraño liquido rojo corriendo por su rostro; ella también lo tenía, pero no lo había notado. Percibió un olor desagradable, similar al de la cocina cuando su padre quemó la cena el mes pasado.

—Te voy a sacar. —La pequeña Skylar era muy lista y supo qué hacer: quitó varios trozos de vidrio y metal para así crear un camino seguro hacia afuera del auto antes de entrar para desatar el cinturón de seguridad, al tener a su hermano usó toda la fuerza que tenía, ignorando el dolor desgarrador de su brazo para así poder alejarlo del fuego que crecía cada vez más.

Al estar fuera Logan vio a su hermana para asegurarse de que estaba bien, después bajó la mirada hacia sus piernas; le dolían un poco, pero podía mantenerse en pie como ella.

Logan escuchó pasos y debido al miedo que tenía solo atinó a cubrirle la boca a su hermana e hizo que ambos cayeran al suelo, cubiertos por varias hojas de arbustos que solo hacían que sus heridas dolieran más.