-Bruno, vamonos- me dijo Albert apresurandome.

-Espera,- lo detuve, pense una vez mas y hable- no podemos dejarlos así, hay que ayudarlos.

-¿A quienes?.

-A las personas de ahi afuera, no creo que vayamos a volver y aquí hay mucha comida.

-¿Para que? ¿Para que se vuelvan locos y se maten aun mas por la comida de aquí?.

-No lo harán si establecemos el orden.-le plantee.

-¿Como?-añadio.

-Saca tu arma, tengo una idea.

Me dirigi hacia una pared que tenia una pequeña caja como la de los extintores pero habia un hacha adentro. Rompi el cristal con el codo, tome el hacha y me voltee hacia Albert que tenia su arma preparada.

-¿Que vamos a hacer?- me pregunto.

-Yo me encargo tu solo apuntale al que se quiera pasar de listo.- le "explique"

Tome el hacha con las dos manos, di un paso adelante y golpee el candado con la suficiente fuerza para romperlo. Abri la puerta de par en par.

La gente se detuvo y se nos quedo mirando. Un incomodo silencio inundo el lugar.

-¡¡TIENEN COMIDA!!- Grito un hombre al fondo señalandonos y toda la gente corrió hacia nosotros.

Albert solto tres tiros al suelo en frente de los que corrian, los cuales se detuvieron al instante asustados.

-¡Escúchenme!-les grite-¡todos tendrán su comida pero no podremos darles nada si se comportan como animales!

La gente se calmo y empezaron a sentirse apenados. Luego el mismo hombre de antes hablo.

-¡¡Y como sabemos que no sé tomaran todo para ustedes!!- grito, ese sujeto empezó a caerme mal.

-¡¡¿Entonces para que abrimos la maldita puerta?!!-se defendio Albert- ¡¡Simplemente nos hubieramos ido, asi que callate antes de que te meta plomo en el cerebro!!

El hombre se callo, al fin.

-¡Ahora por favor hagan una fila!-les pedi.

Nadie hizo nada. Albert halo del martillo del arma y entonces todo mundo se formo como si estuvieran en un cuartel militar.

Sonrei y empeze a hacerle señas a las personas que estuvieran con niños, embarazadas o a ancianos y le entregaba una caja con alimentos a cada persona.

Después de un rato bajaron Luis y sebas del techo para ayudar.

-Pense que no bajarian -les reclame.

-Estábamos esperando la invitación- bromeo Sebas.

Los tres estabamos repartiendo alimentos a los que llegaban, mientras Albert era el "guardia de seguridad".

Cuando terminamos de entregar todas las cajas aun quedaba gente esperando asi que tuvimos que darles la comida congelada que habia en los refrigeradores, por suerte tanto la comida como las personas se acabaron al mismo tiempo.

Mucha gente se fue feliz y con suficiente comida, la mayoría nos bendecian y nos agradecian. Me sentia orgulloso de mi mismo y también de las personas por haber colaborado.

Ahora estaba totalmente convencido de que el ser humano puede ser una especie que puede superar cualquier cosa si se mantiene unida y colabora en vez de preocuparse solo por si mismo.

-Perfecto- anuncie- eso estuvo perfecto.

-Si, fue genial ayudar a esas personas.-comento luis.

Todos chocamos las palmas celebrando.
Luego entro Heidy por la puerta de enfrente.

Zombienezuela. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora